Juan Carlos Osorio ha demostrado su valor y que sus críticos estaban equivocados

Juan Carlos Osorio no llevaba si quiera un año como entrenador de la selección de México cuando los inconstantes fanáticos empezaban a pedir la cabeza del colombiano.

La mayoría de los entrenadores tienen una etapa luna de miel, mientras que Osorio fue directamente del altar a la corte de divorcio.

Después de la impredecible victoria del domingo pasado sobre el campeón defensor Alemania – lo que discutiblemente es uno de los triunfos más grandes en por lo menos la última década- los jugadores de Osorio no tuvieron timidez de hablar a favor de su entrenador.

“Deberíamos dedicar esta victoria a Osorio”, dijo Rafa Márquez, el capitán del equipo y líder espiritual.

“Osorio ha tenido que lidiar con muchas cosas, pero se ha mantenido trabajando”, agregó Miguel Layún, uno de los muchos jugadores mexicanos que lloraron después del final del partido.

“Las lágrimas”, explicó, “fueron porque hemos tenido muchas emociones”.

Si el único lugar en el que Osorio es abrigador de manera calurosa es el vestidor, él está bien con eso. Pero incluso el crítico más amargado tendría que conceder su brillantez ante Alemania.

Alemania se preparó para la Copa del Mundo machacando datos con un software avanzado y teniendo a sus jugadores cargar dispositivos que proporcionan retroalimentación de rendimiento. El cuerpo técnico consulta sus tabletas durante los juegos.

Osorio usa lapiceros de diversos colores para sus apuntes en una libreta inseparable y en ese partido del domingo, el lapicero fue más grande que el cable de almacenamiento portátil.

Desde el inicio, México tomó ventaja de su velocidad, contraatacando en números y abrumando al equipo alemán que hizo un plan de juego muy equivocado.

“Los mexicanos usaron diferentes tácticas que esperábamos, que no teníamos los medios para lidiar con ellos”, dijo el entrenador alemán Joachim Low, cuyo equipo se vio lento y viento.

Osorio tomó el trabajo de México en parte para cumplir con un sueño de toda una vida: entrenar en una Copa del Mundo y lo hizo sabiendo que enfrentaría una batalla cuesta arriba. Solo dos de los previos 12 técnicos nacionales eran mexicanos y eso hizo a Osorio, un colombiano, sentirse como un forastero.

Su enfoque cerebral y su inclinación por rotar jugadores dentro y fuera de la alineación, que cambió 48 veces en sus primeros 48 juegos, no seguían la misma línea de los entrenadores pasados.

Osorio se emborracha viendo videos de su vasta colección de partidos, buscando ideas y defectos. El pasado invierno hizo un tour en Europa, haciendo encuestas entre técnicos, exjugadores, periodistas –cualquiera que le pudiera dar un minuto para hablar de futbol. Eso convenció a Osorio de agregar un masajista, un quiropráctico, un terapista y un coach para dormir como parte de su staff.

En conversación, es posible que él opine del lóbulo frontal del trabajo o de las normas de la sociedad en Islandia, como es capaz de hablar de la trampa del fuera de juego.

“Lo llamo, de alguna forma, como un genio porque ellos viven en mundos completamente diferentes que el de nosotros”, dijo Javier ‘Chicharito’ Hernández, el máximo anotador en la historia del Tri, el pasado mes de junio. “Tiene demasiado conocimiento que, si incluso hablas cinco minutos con él acerca de un partido o un jugador, él te da la manera de cómo ve el futbol y la manera de cómo ve a ese jugador. Eso es aprendizaje que puedes aprender si quieres”.

Pero los aficionados mexicanos lo dejaron en claro, ellos querían ver a los mismos jugadores en cada partido y preferían un entrenador que perfecciona lo viejo, no uno que busca algo nuevo.

Incluso los jugadores no sabían qué pensar de su entrenador al principio, pero la lealtad y honestidad de Osorio los ganó.

Cosidere a Márquez, si el año pasado fue duro para Osorio, ha sido más duro para el defensa central.

En agosto, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo acusó de ayudar a un capo de la droga, congelándole sus cuentas y prohibiendo a compañías estadounidenses de hacer negocios con él. Por esta razón, lo que viste durante los entrenamientos en Rusia ha sido despojado de cualquier tipo de logotipos de patrocinadores como visten sus compañeros.

Cuando surgieron las acusaciones, algunos amigos no lo llamaron más; otros no tomaban sus llamadas.

Pero Osorio nunca flaqueó, convirtiendo a Márquez en su capitán, nombrándolo para el equipo de Rusia, mandándolo a jugar en los últimos minutos ante Alemania, permitiéndole igualar el récord de apariciones en cinco mundiales.

“Muchas de las cosas que se han dicho acerca de él, nadie le creyó solo nosotros”, dijo Márquez, quien ha visto 16 técnicos ir y venir en su carrera con el equipo nacional. “Aprecio que me haya puesto en esa lista y que me deje jugar otra Copa del Mundo”.

Después del último juego de preparación a la Copa del Mundo, los aficionados en México los despidió con cánticos de “¡Fuera Osorio!”, una petición que está presente en las redes sociales todo el tiempo, retumbando en sus oídos.

Entonces el equipo armó un frente, ignoró a los detractores y se apoyaron uno al otro, incluyendo a su técnico.

“Hubo tanta gente criticando, que pasamos por tantas cosas”, dijo el portero Guillermo Ochoa, quien tuvo nueve salvadas para dejar en cero a Alemania. “Pero hicimos cosas por nosotros mismos”.

Como vencer a Alemania.