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Reina la decepción en los Dodgers tras segundo fracaso en la Serie Mundial

(Sean M. Haffey / Getty Images)
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El vestidor estaba callado. No había jugadores de béisbol lanzando corchos de champaña al cielo el domingo por la noche.

Estaba tan callado el vestidor que los miembros de seguridad que ponían cinta adhesiva a las cajas se escuchaban del otro lado del cuarto.

Tras la segunda derrota consecutiva en una Serie Mundial, algunos Dodgers, como Pedro Báez, con los ojos rojos, daban entrevistas llenos de emoción.

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“Disculpen, ahorita no”, dijo a un reportero, mientras se alejaba de su casillero.

Otros se quedaron en el vestidor lo suficiente para compartir sus reacciones.

“Al verlos correr en la cancha, no es un buen sentimiento”, dijo Max Muncy. “Es un sentimiento de dolor. De derrota. Hay solo un equipo que puede regresar a casa con la victoria. Queríamos que fuera de nosotros este año, pero no fue, es muy decepcionante”.

El jonrón de Muncy en el Juego 3 terminó un duelo de pocas anotaciones, la cual se prolongó a 18 innings y fue uno de solo seis jonrones que anotaron los Dodgers en la Serie Mundial. Fueron segundos en las Grandes Ligas con 235 jonrones durante la temporada regular, pero los Medias Rojas los dejaron fuera a punta de jonrones en la ronda final. Boston, quien lideró las Mayores en porcentaje de bateo con .453, pegó ocho jonrones en la Serie Mundial. Steve Pearce, quien ganó el premio de Jugador Más Valioso, pegó tres de ellos.

“Cada año es un poco diferente, pero el dolor es muy similar, para ser honestos”, dijo Austin Barnes. “No sabes cuántas veces vas a tener de esta oportunidad”.

Pero el pegar jonrones no fue el único problema de los Dodgers. Batearon .200 (4 de 20) con corredores en posición de anotar y nunca batearon un hit en tres oportunidades con corredores en tercera. La ofensiva de los Dodgers se estancó con jugadores en base, al solamente pegar .169 (11 de 65).

Pero Boston fue dominante en bateo en situaciones importantes desde el inicio de los playoffs. Los Medias Blancas finalizaron con un promedio de bateo de .420, bateo con gente en base de .567, porcentaje de slugging de .780, con corredores en posición de anotación y dos outs en la postemporada. En la Serie Mundial nada más, los Medias Rojas batearon .471 y tuvieron un porcentaje de golpeo de .882 en la misma categoría.

“El equipo que jugó mejor ganó la Serie Mundial, eso es seguro”, dijo Muncy. “Es todo lo que importa. No importa qué equipo es el mejor. Importa quién jugó mejor”.

Los Dodgers otorgaron 28 carreras y permitieron un promedio de bateo de .222. Su promedio de carreras limpias de 4.85 fue más alto que el de Boston por más de dos puntos. Pero desde el momento que tomaron control del Juego 1, los relevistas de los Dodgers sufrieron para apagar el fuego en el momento que Boston atacaba.

Dos de sus cinco carreras limpias que fueron cargadas a Clayton Kershaw fueron anotadas con Ryan Madson en el montículo. Madson heredó tres corredores que anotaron en el Juego 2 y otros dos en el Juego 4. Los relevistas de los Dodgers, quienes fueron cargados con siete carreras limpias durante los primeros dos rounds de los playoffs, permitieron 14 en la Serie Mundial.

Los relevistas de los Medias Blancas, de los cuales había dudas antes de iniciar los playoffs, no tuvieron muchos problemas en la postemporada. Liderados por el desempeño del inicialista Nathan Eovaldi en el montículo, permitieron solamente cuatro carreras limpias en 25 2/3 de innings.

Esa fórmula dejó a los Dodgers empacando antes de lo que esperaban.

Sin embargo, el segunda base de los Dodgers, Chase Utley, quien anunció en julio que se retiraría al final de la temporada 2018, le recordó a sus compañeros algunas cosas positivas que tuvieron como equipo.

“Hablamos un poco después del juego, algunos de ellos dijeron algunas cosas”, dijo Utley. “Sé que perdimos la Serie Mundial, pero este grupo debe de estar orgulloso de lo que han logrado. La adversidad de lo que pasaron este año y el ponerlo a un lado y llegar a una Serie Mundial es muy especial. Así que espero que todos puedan levantar la cara y estar orgullosos de lo que lograron. Y hacer lo mejor de este momento”.

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