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La construcción de prototipos del muro podría comenzar este verano en San Diego

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La administración de Trump está a dos meses de distancia de comenzar la construcción de los prototipos para el muro en la frontera sudoeste, un hecho que resalta las dificultades que enfrenta la Casa Blanca para cumplir con una de las promesas clave de la campaña presidencial.

Aduanas y Protección Fronteriza aún no ha firmado contrato alguno para construir prototipos de una nueva barrera, un primer paso fundamental en los planes para diseñar y erigir una pared a lo largo de la frontera con México, de 2,000 millas de extensión. Así lo confirmó a la prensa este martes Ronald Vitiello, comisionado adjunto en la agencia.

Vitiello afirmó que la construcción de entre cuatro y ocho prototipos podría comenzar a fines del verano. Todo será construido cerca del área fronteriza en San Diego. “Estamos evaluando propuestas al día de hoy”, estimó. “Creemos que comenzaremos en el verano, pero es un poco difícil de estimar”.

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Durante la campaña, Donald Trump prometió que la construcción del muro comenzaría casi inmediatamente, y que México pagaría por ello. Pero el gobierno del país vecino rechazó esa noción, y muchos en el Congreso son cautelosos ante la idea de pagar el costo -de entre $15,000 millones y $66,000 millones, según quien proporcione las estimaciones-. Un documento del Departamento de Seguridad Nacional consideró un valor por $21,600 millones de dólares.

Al ritmo de construcción previsto para el próximo año, tomaría más de 15 años construir un muro a lo largo de más de 1,300 millas de frontera -gran parte de ellas accidentadas y remotas- que no poseen barrera física al día de hoy.

Vitiello expuso que es imposible saber si ese ritmo podría acelerarse y que depende de cuánto y qué tan rápido la agencia reciba el dinero para las encuestas, la ingeniería, los diseños, adquisiciones y construcción.

La solicitud de presupuesto del presidente Trump al Congreso para el próximo año incluye $2,600 millones para seguridad fronteriza. Parte de ello ayudará a construir 74 millas de un nuevo muro -gran parte de él en el Valle del Río Grande, en Texas- y comprar sensores de tierra, cámaras y otras tecnologías para detener los cruces sin permiso.

La ampliación a cientos de millas presentará enormes desafíos de ingeniería, logística y legales. Buena parte de la barrera fronteriza cruzaría propiedades privadas y serpentearía a través de terrenos inundables y montañas. El Departamento de Justicia ha propuesto la contratación de una docena de nuevos abogados sólo para trabajar en casos de expropiación.

Muchos críticos han cuestionado si el proyecto de construcción, terriblemente costoso, se trata de una forma rentable de asegurar la frontera suroeste. El número de personas atrapadas en cruces sin permiso ha caído drásticamente desde la llegada de Trump al poder, de 31,581 en enero pasado a 11,126 en abril, antes de volver a subir a 14,535 en mayo.

Vitiello manifestó que la frontera de San Diego es un buen ejemplo de cómo las barreras pueden hacer una diferencia: en 1992 hubo 560,000 arrestos de inmigrantes indocumentados en esa zona, cerca de la mitad del total para toda la frontera. El año pasado la cifra fue de 68,000, informó. También dijo que la agencia concluyó que no es práctico o necesario construir barreras a lo largo de al menos 130 millas de frontera que incluyen los escarpados cañones del Valle Big Bend y la región de los lagos cerca de Del Río, ambos en Texas. “No es necesario; la barrera natural ya aleja a la gente”, aseguró.

En los documentos de licitación dirigidos a compañías privadas, el Departamento de Seguridad Nacional solicitó propuestas para construir muros de 30 pies de altura, de hormigón, con características destinadas a desalentar las escaladas o los túneles, así como adulteraciones o daños.

Trump, sin embargo, agregó confusión al proceso de diseño, lo cual retardó potencialmente cualquier construcción. En un discurso pronunciado la semana pasada, en Iowa, el mandatario declaró que tal vez quiera construir la pared con paneles solares, “para que cree energía y se autofinancie”.

Vitiello informó que nadie en la Casa Blanca consultó con Aduanas y Patrulla Fronteriza antes de dicho anuncio. Sin embargo, adelantó que algunas compañías ya habían propuesto emplear paneles solares. “Confiamos en la industria para innovar, para mostrarnos qué creen que es posible, factible y novedoso”, aseguró.

La construcción del muro sigue siendo un tema político divisivo, que genera feroz resistencia en algunas comunidades. En California, los legisladores estatales demócratas han rechazado a las empresas que buscan participar de la construcción de la pared. Una propuesta, el Proyecto de Ley Senatorial 30, prohibiría a dichas firmas firmar nuevos contratos -o renovaciones- con el estado.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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