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Como en guerra: Hospitales de California montan tiendas de campaña para tratar a pacientes de gripe

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Ana Oktay corrió al hospital a fines de diciembre con dificultades para respirar, con una fiebre de 102 grados y una tos que no disminuía. La mujer esperaba que los médicos le diagnosticaran neumonía o bronquitis.

“Pero simplemente decían: ‘Es sólo la gripe A. Es lo que está ocurriendo’”, relató Oktay, de 49 años.

Una cepa de influenza A conocida como H3N2 está enfermando tan severamente a las personas en California que miles de ellas se presentaron en las últimas semanas en hospitales que ahora luchan para combatir la infección.

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“Estuve acostada boca arriba y en la cama durante 10 días”, expresó Oktay, quien vive en Palms. “Ésta ha sido sin lugar a dudas la peor gripe que he tenido”.

La gran cantidad de enfermos también pone presión al personal hospitalario, que se enfrenta a la que podría convertirse en la peor temporada gripal en California en una década.

Los centros de salud de todo el estado están enviando ambulancias, trasladando enfermeras desde otros estados y no permiten que los niños visiten a sus seres queridos por temor al contagio. Otros cancelan cirugías y montan tiendas de campaña en sus estacionamientos para poder atender a las hordas de griposos.

“Son todas cosas creativas que normalmente no haríamos, pero en una crisis como ésta, las contemplamos”, aseveró Michelle Gunnett, una enfermera que supervisa los servicios de emergencia de un sistema hospitalario del sur de California.

Los miembros del personal de Torrance Memorial Medical Center trabajan largas horas para cuidar del creciente número de pacientes enfermos, un aumento que comenzó a fines de diciembre, indicó el Dr. James McKinnell, especialista en enfermedades infecciosas. Algunas personas, increíblemente, padecen múltiples cepas de gripe, o una combinación de esta condición y neumonía. “Hay una pequeña sensación de estar en las trincheras. En realidad estamos luchando contra estas infecciones para tratar de controlarlas”, aseguró el médico. “Todavía no estamos seguros de si esto continuará... pero sin dudas es un comienzo desfavorable”.

Connie Cunningham y su personal en el Centro Médico de la Universidad de Loma Linda atendieron a tantos pacientes con gripe después de Año Nuevo, que montaron una especie de tienda de campaña marrón y gigante en el estacionamiento de la sala de emergencias. Varios hospitales en el estado asisten a los enfermos en las llamadas “carpas de emergencia”, destinadas a grandes desastres.

En una reciente mañana de un día laborable, Cunningham caminó por la tienda, llena de sillas plegables y camas separadas por sábanas colgadas del techo.

Cunningham, directora ejecutiva de los servicios de emergencia del hospital, pensaba que desmantelarían la carpa después de unos días, pero el personal sigue atendiendo a 60 pacientes extra diarios en comparación con la cifra habitual. “En toda mi carrera, nunca había visto algo así”, señaló.

La H3N2 es conocido por ser más virulenta que otras cepas de la gripe. Desde octubre pasado, 42 personas en California menores de 65 años han muerto de gripe, en comparación con nueve en la misma época del año pasado, según funcionarios estatales, que recopilan datos sólo entre individuos menores de 65 años; la cifra real de fallecidos por la gripe es mucho más alta.

Para las autoridades no está claro si la reciente alza en los casos significa que la temporada está alcanzando su punto máximo más temprano, o si la temporada de este año es particularmente virulenta. Por lo general, la época de gripe, que se extiende desde octubre hasta mayo, alcanza su máximo en febrero.

“Es como intentar surfear un tsunami”, aseguró el Dr. Brian Johnston, médico de urgencias del White Memorial Medical Center, en Boyle Heights. “Tal vez la ola haya alcanzado su cresta; eso esperamos”.

Palomar Medical Center Escondido, en el norte del condado de San Diego, también montó una carpa este mes, pero ésta se encuentra tan poblada que algunos pacientes debieron ser atendidos en los pasillos, señaló Gunnett, una enfermera que supervisa los servicios de emergencia.

Ahora, en el centro sanitario se están quedando sin camas porque muchos enfermos ingresaron con gripe severa. Gunnett comenzó a cancelar las cirugías programadas y a convertir las habitaciones de un solo paciente en dobles, para generar espacio.

En el hospital Good Samaritan, de San José, el personal notó que los casos iban en aumento y comenzó a despejar un área que se utilizaba como almacenamiento. “Parece que alcanzamos un nuevo récord casi todos los días”, expresó el Dr. Dave Feldman, director médico del departamento de emergencias.

El jueves pasado, el área de almacenamiento comenzó a funcionar como una extensión de la sala de emergencias.

‘Una zona de guerra contra la gripe’ en la sala de emergencias

Cuando Candysse Miller llevó a su padre, de 88 años de edad y residente en Redlands, a una sala de emergencias cercana, el 6 de enero pasado, en el sitio sólo podía haber gente de pie. Muchas personas apretujadas en el pequeño espacio estornudaban y tosían violentamente, relató.

“Era como una zona de guerra contra la gripe”, afirmó Miller, una escritora. “No soy fóbica a los gérmenes ni nada por el estilo, pero esa experiencia te convierte rápidamente en uno de ellos”.

Algunos administradores en hospitales con largos tiempos de espera y salas de emergencias atestadas solicitaron a quienes no están gravemente enfermos que no asistan en busca de tratamiento médico. Otros, preocupados por los contagios dentro de sus paredes, también han comenzado a restringir el ingreso.

Dominican Hospital, en Santa Cruz, recientemente reinstauró reglas que no habían utilizado desde la pandemia de 2009 de la gripe porcina, o H1N1. Las personas menores de 16 años, que se consideran más propensas a transmitir la enfermedad, no pueden visitar a los internados, y los pacientes pueden tener sólo un visitante por la vez, detalló la presidenta del hospital, Dra. Nanette Mickiewicz. “Tal como lo hicimos durante [la pandemia de] H1N1; establecimos las mismas políticas”, dijo. “Hemos tratado casi cinco veces más pacientes con influenza de los que atendemos generalmente”.

Muchos hospitales también aseguran que están demasiado llenos para aceptar más individuos infectados o ambulancias. Cuando a los paramédicos se les permite dejar enfermos en un hospital, la sala de emergencias a menudo está tan colmada que no hay personal disponible para transferirlos a cuidados médicos. Por lo tanto, el personal de respuesta de emergencia no puede volver a salir para responder las llamadas entrantes al 911, comentó Kay Fruhwirth, subdirectora de servicios médicos de emergencia del condado de L.A. “Si no hay una enfermera disponible, ni una cama, ellos esperan allí con el paciente”, precisó.

Las personas saludables también se enferman

Los niños, los adultos mayores y las mujeres embarazadas corren más riesgo de enfermarse gravemente si contraen la gripe, pero cualquier individuo puede enfermarse gravemente, destacó McKinnell, de Torrance Memorial.

“Todos los años tenemos pacientes jóvenes y sanos, que terminan en el hospital incluso con un respirador durante meses debido a la influenza”, afirmó. “Sería absurdo que la gente pensara: ‘Tengo 40 años, estoy saludable, no tengo que preocuparme por la influenza’, eso no es cierto”.

Los médicos afirman que quienes aún no se vacunaron contra la gripe deberían hacerlo. La inoculación toma alrededor de dos semanas en hacer efecto y, según predicen los funcionarios de salud nacionales, ésta puede tener un 30% de efectividad este año, aunque la vacuna también puede reducir la gravedad y la duración de la enfermedad para quienes la contraen.

Únicamente en el condado de L.A., “incluso una tasa de eficacia del 30% puede evitar cientos, quizás miles de hospitalizaciones, y realmente salvar vidas”, remarcó el oficial de salud interino del condado, Dr. Jeffrey Gunzenhauser.

Muchos pacientes ya terminaron hospitalizados en la unidad de cuidados intensivos de Torrance Memorial debido a la gripe, y el cuidado de ellos ha afectado al personal, señaló McKinnell. “Es gente que llega muy, muy enferma”, dijo. “Hay mucho estrés emocional involucrado, porque a uno le importan sus pacientes, realmente quiere que sobrevivan”.

Muertes por condado entre personas de todas las edades

  • Los Ángeles: 36
  • San Diego: 91

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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