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Conductor de una panga es encontrado culpable en accidente mortal en el mar

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Una colisión mortal entre una panga y un buque de la patrulla fronteriza frente a la costa de Encinitas en 2015, fue causada por los esfuerzos erráticos del conductor para evadir su captura, y no por los agentes que intentaban detener la operación de tráfico humano, según un fallo emitido por un juez federal en San Diego.

El dictamen, presentado el 3 de agostopor el juez de distrito de Estados Unidos, Jeffrey Miller, libera a los tres agentes federales a bordo de la nave M901 de cualquier culpa en el accidente, que mató a una mujer mexicana de 32 años de edad, que estaba tratando de entrar a Estados Unidos ilegalmente.

El juez dictó la decisión después de un juicio de dos días.

Los padres de la mujer fallecida, Graciela López Franco, y dos hermanos que resultaron heridos durante el accidente, presentaron una demanda contra Estados Unidos por la muerte y negligencia.

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La panga, con 20 personas a bordo, fue avistada por aviones estadounidenses frente a la costa de Baja California, según Christopher Hunter, un agente de intercepción de CBP que estaba al mando del buque patrulla de 38 pies.

Horas más tarde, a las 2 de la madrugada, agentes de CBP vieron el bote a unos 20 kilómetros de la costa de Encinitas y trataron de detenerlo.

Ninguno de los agentes recordó haber hecho advertencias verbales a través del altavoz a la panga, aunque varias personas en la panga testificaron que oyeron la orden de detenerse.

Los agentes activaron las sirenas y las luces intermitentes, y Hunter dijo que el conductor de la panga, con un impermeable amarillo, aceleró y se alejó. Los agentes dispararon dos tiros de Bengala, pero la panga no disminuyó su velocidad.

Los agentes dispararon ráfagas de escopeta para desactivar el motor y maniobraron para acercar su embarcación, dijo Hunter. En cuestión de segundos después de los disparos, la panga hizo un giro drástico a la izquierda, chocando con el M901.

“Fue un caos. La gente estaba frenética, aferrándose a los objetos, incluso con chalecos salvavidas”, testificó Hunter. “Se lanzaron al agua anillos salvavidas y líneas de rescate a la gente más lejos, y algunos fueron subidos en el M901.”

Hunter y varios otros se dieron cuenta de que un hombre estaba sentado en la parte superior de la panga sosteniendo a una persona.

El agente Craig Jenkins testificó que en algún momento un hombre le dijo que una mujer estaba bajo el barco de la Patrulla Fronteriza. Jenkins, que estaba ocupado transportando gente del agua a la nave, le dijo al hombre que transportara a la mujer pero no reaccionó, según el testimonio.

Franco finalmente fue encontrada después de que los otros habían sido rescatados y subidos a bordo. Los agentes realizaron labores de auxilio durante 30 minutos, pero no pudieron revivirla.

Héctor López García, un pasajero de la panga que resultó herido en la colisión, demandó al gobierno junto con su hermano menor. López dijo que trató de tomar el acelerador del conductor cuando el barco de la CBP lanzó sus luces y sonaba la sirena. Pero el conductor aceleró y le dijo a López que se agachara cuando “las balas volaban por todos lados”.

Los abogados de los demandantes argumentaron que la fuerza utilizada por la CBP no era apropiada para la situación, poniendo a los pasajeros en riesgo innecesario. Además, los aproximadamente 94 segundos entre las luces iniciales y la sirena no permitieron el tiempo suficiente para que los ocupantes de la panga se entregaran.

El Juez concluyó lo contrario.

“La intención clara del conductor era eludir a los M901 y evitar la detención”, dijo Miller. También determinó que la colisión “fue causada únicamente por la conducta errática del conductor de la panga.”

El conductor, José Piña Espinoza, fue sentenciado en 2016 a 30 meses de prisión, mientras que Salvador Sánchez García — quien admitió haber ayudado con las labores de combustible para que le cobraran menos para cruzar a Estados Unidos, recibió 36 meses.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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