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El abuso y la tortura estuvieron ocultos en la casa de los Turpin durante años, dicen las autoridades. Muchos preguntan cómo

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Los cargos de tortura y abuso infantil contra los padres de 13 niños han dejado atónitos a los vecinos de Perris y de todo el país.

También han provocado una pregunta una y otra vez: ¿por qué tardó tanto en darse a conocer la situación que vivían los hermanos?

Los fiscales dicen que David Turpin, de 56 años, y Louise Turpin, de 49, infligieron torturas y abusos durante años de maneras tan extremas que los hermanos, que tienen entre 2 y 29 años, están gravemente desnutridos y algunos muestran signos de deterioro cognitivo y daño nervioso.

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Después del arresto de los Turpins y el rescate de los hermanos este mes, quienes interactuaron con la familia se preguntan si deberían haber visto las cosas de manera diferente.

Aquí hay un resumen de lo que Los Angeles Times descubrió hablando con los vecinos y otros personas que tuvieron algún tipo de relación con los Turpin en Perris y en casas anteriores en Murrieta y Texas:

Una familia disfuncional

Antes de que la familia se mudara a California, vivían en Rio Vista, Texas, una pequeña ciudad a 50 millas al sur de Fort Worth.

Los vecinos dijeron que sospechaban del trato que le daban los padres a sus hijos, pero nunca contactaron a las autoridades.

La familia rara vez salía de la casa de cuatro dormitorios y dos baños en 36 acres de terrenos salpicados de árboles de mezquite, dijo el vecino Ricky Vinyard. Mantenían las luces encendidas a todas horas, las persianas corridas. Una Navidad compraron ocho bicicletas nuevas para los niños que fueron dejadas afuera, sin usar, hasta que se oxidaron, dijo.

Poco después de que llegara la familia, una de las chicas mayores trató de huir pero fue devuelta a su casa por un residente local.

Cuando la familia se mudó, los vecinos dijeron que lo que dejaron los inquietó.

Después de que la familia se fue, dos hombres fueron a recoger los dos autos de la familia que no pagaron. La casa fue rematada. Billy Baldwin y su madre compraron la casa un año después, y se dieron cuenta que el interior estaba destrozado, y el suelo del baño completamente podrido, dijo.

En el interior, Baldwin encontró un puñado de fotografías Polaroid tomadas cuando los Turpin se marcharon. Una muestra una cama con un riel de metal que tiene una cuerda atada, dijo.

“La basura te llegaba hasta la cintura. Había perros y gatos muertos allí”, dijo. “Todo olía a podrido”.

Ahí encontró a dos chihuahuas que habían sobrevivido comiendo restos de un montón de pañales sucios. La camioneta Ford F-150 de la familia estaba llena de pañales sucios y latas vacías de Viena, dijo. “Parecía que eso es todo lo que comían”.

La pareja había afirmado que enseñaban en casa a sus hijos, y la sala de estar estaba llena de heces fecales y de adornos de una clase improvisada, dijo, incluyendo ocho pequeños escritorios, un pizarrón, un alfabeto y carteles con números engrapados a la pared.

Mientras iba de habitación en habitación, notó algo extraño: “Todo tenía cerraduras: el armario tenía cerraduras, el cofre de juguetes, el refrigerador”.

Parecía tan hambriento

Cuando la familia vivía en Murrieta, el vecino Mike Clifford vio a los niños caminando por la noche en círculos frente a dos ventanas frontales.

En ese momento, pensó que los niños podrían tener necesidades especiales y que el círculo repetitivo era terapéutico o simplemente parte de su rutina.

Las señales de advertencia se redujeron porque su esposa a menudo, cuando se dirigía al buzón, hablaba con dos de las hijas de los Turpin.

Los fiscales dicen que los Turpin utilizaron varios métodos para mantener a sus hijos aislados y fuera del alcance del público, lo que incluye forzarlos a dormir todo el día y obligarlos a permanecer despiertos toda la noche. En lugar de enviarlos a la escuela, David Turpin registró una escuela privada en su casa.

A uno de los hermanos se le permitió inscribirse en el Mt. San Jacinto College. Él era “dulce” pero introvertido en una clase de música”, dijo a NBC4. la estudiante Angie Parra.

En una comida en la escuela, él comió como si estuviera realmente hambriento, recordó.

“Se paró junto a la mesa y no se sentó”, dijo Parra. “Literalmente comía plato tras plato tras plato”.

Salynn Simon, vive al otro lado de la calle de la casa de la familia en Perris, y se mudó al barrio Monument Park de la ciudad, al mismo tiempo que los Turpins. Simon dijo que recuerda haber visto a David, a Louise y algunos de sus hijos hace dos años, cuando el vecindario celebró una reunión comunitaria y anunciaron ganadores de un concurso de decoración navideña.

Ella dijo que Louise Turpin hablaba con orgullo acerca de tener 13 hijos - cada uno de cuyos nombres comienza con J, de acuerdo con la denuncia de delito grave presentada en la Corte Superior del Condado de Riverside.

Louis Turpin presentó a Simon a los niños que estaban con ella en el evento. Uno de los muchachos, le dijo Turpin, tenía alrededor de 20 años. “Le dije ‘te ves tan joven, que pareces de 15’”, recordó Simon. El joven sonrió y asintió. Louise Turpin le dijo a Simon que ella y su esposo habían llevado a sus hijos mayores a Las Vegas cuando cumplieron los 21 años.

Turpin se rió que a sus hijos se les pedía constantemente una identificación durante esos viajes porque se ven tan jóvenes. “Con el paso de los años”, dijo Simon, “saludaba con la mano a la familia desde el otro lado de la calle”.

De vez en cuando, les llevaba su correspondencia, y el año pasado, cuando la hija de Simon vendía galletas Girl Scouts, Louise Turpin le compró ocho o nueve cajas, dijo Simon. Siempre estaba claro que la familia no era especialmente sociable, dijo Simon.

Pero las interacciones que tuvieron le hicieron sentir a Simon que “gustaban de su privacidad”. Ahora, dijo Simon, ella y muchos de sus vecinos están luchando por procesar lo que han sabido sobre lo que sucedía dentro de la casa de los Turpins en Muir Woods.

Los hermanos fueron descubiertos después de que uno de ellos escapó por una ventana y llamó al 911. Ella había planeado escapar durante unos dos años, dijeron los fiscales, y ella inicialmente salió de la casa con un hermano. Pero ese hermano se asustó y regresó a casa, dijeron las autoridades.

Cuando los agentes llegaron a la casa en Muir Woods Road, tres de los niños se encontraban atados. La pareja castigó a sus hijos golpeándolos y sofocándolos, atándolos a las camas durante semanas o meses a la vez y los privaban de comida, de acuerdo con el fiscal del condado de Riverside, Mike Hestrin.

No se les permitía bañarse ducharse más de una vez al año, dijo. Incluso cuando los niños sufrían por la falta de comida, los padres compraban comida para ellos y la mostraban para que sus hijos la vieran.

La pareja tenía numerosos juguetes sin abrir en toda la casa, dijo.

Los agentes al principio asumieron, por las apariencias frágiles y desnutridas de los niños, que todos eran menores, pero luego determinaron que siete de ellos eran adultos, según el Departamento del Sheriff.

Los niños no habían visto a un médico en cuatro años, dijeron los fiscales. Ninguno de ellos había ido nunca a un dentista. Muchos de ellos no sabían lo que era un agente de policía, y el joven de 17 años que escapó no sabía qué eran los medicamentos o las pastillas, dijo Hestrin.

Su desnutrición era tan grave que el hombre de 29 años de edad, pesaba solo 82 libras cuando llegaron los agentes, dijo Hestrin.

Una víctima de 12 años pesaba lo mismo que un niño promedio de 7 años. “Este es un abuso emocional y físico severo”, dijo Hestrin. “No hay forma de evitarlo. Esta es una conducta depravada”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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