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El escándalo y el engaño en los ingresos a universidades élite provoca renuncias y cuestionamientos

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El escándalo de sobornos en las admisiones universitarias está afectando a algunas de las escuelas preparatorias más elitistas del sur de California, lo que provocó renuncias y preguntas a medida que los fiscales federales buscan registros de estudiantes de las instituciones.

Douglas Hodge y Michelle Janavs, dos de los padres acusados en investigación, renunciaron a sus cargos en la junta directiva de la famosa escuela Sage Hill en Newport Beach. Se les acusa de pagar sobornos para que sus hijos ingresaran a la escuela argumentando falsos logros atléticos.

Fuentes policiales informaron al Times que varias de las principales escuelas privadas en el área de Los Ángeles, incluida Harvard-Westlake School en Studio City, donde la colegiatura este año ascendió a $ 38,400, recibieron citaciones de los fiscales que buscan información sobre algunos de los estudiantes involucrados en el caso de fraude .

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Aunque las escuelas preparatorias no son el objetivo de la investigación, los fiscales quieren saber si los padres y otras personas acusadas en el caso buscaron o recibieron ayuda de las escuelas, dijeron las fuentes.

Varias fuentes dijeron al Times que los antiguos padres de Harvard-Westlake utilizaban los servicios de William “Rick” Singer, el cerebro señalado en el escandalo. Una de ellas es Jane Buckingham, una gurú del marketing cuya hija asistió a la escuela hasta el año pasado.

Buckingham está acusada de pagar $ 50,000 para que otra persona tomara el examen ACT de su hijo, mientras organizaba que la adolescente hiciera una prueba en casa para hacerle creer que había completado el examen. Buckingham se declaró no culpable.

En una declaración proporcionada al Times, Harvard-Westlake dijo que estaba realizando una revisión interna para “entender completamente el alcance que pudiera tener cualquier relación de Singer con ‘nuestras familias’”.

“También proporcionaremos cualquier información que las autoridades soliciten que le ayude con la investigación”, dijo la escuela. “Harvard-Westlake tiene un compromiso inquebrantable con la integridad y la equidad en las admisiones universitarias”.

Singer, quien se declaró culpable de una gran cantidad de cargos federales y cooperó con el gobierno federal desde septiembre, dirigió su negocio de asesoramiento universitario con fines de lucro y la organización sin fines de lucro que usó para canalizar sobornos de padres solventes a administradores universitarios y entrenadores de Newport Beach.

Tenía vínculos con Sage Hill School y Loyola High School de LA, cuyo sitio web se jacta de que sus estudiantes asistan a ‘Ivy Leagues’ y otras universidades importantes. Los documentos sobre impuestos muestran que la organización sin fines de lucro de Singer, Key Worldwide Foundation, otorgó $ 39,900 a Loyola en 2016. No está claro cómo se distribuyeron los fondos.

Ni Sage Hill ni Loyola respondieron a la pregunta si recibieron citaciones.

Hodge, el ex presidente ejecutivo de Pacific Investment Management Co., con sede en Newport Beach y con 61 años de edad, está acusado de pagar cientos de miles de dólares a Singer y sus diversos asociados para que sus hijas ingresen a USC y Georgetown como falsas atlétas que fueron reclutadas. .

Un documento acusatorio indica que el fidecoimisario de la Escuela Sage Hill trabajó con Singer desde 2008. Ese año, en la solicitud de su hija a Georgetown se especificaba que había ganado varios torneos en la asociación de tenis de EEUU. Pero los registros de la organización indican que nunca jugó un partido, dice el documento.

Cuatro años después, la solicitud a USC de la hija menor de Hodge especificaba que era co-capitana de un equipo de fútbol japonés y una mediocampista ‘All-American’ para un equipo de club en Estados Unidos. En febrero de 2013, los entrenadores de fútbol de la universidad fueron presuntamente sobornados para reclutarla en fútbol.

Al mes siguiente, fue aceptada. Ella asistió a la USC ese otoño, pero no se unió al equipo de fútbol.

Janavs, residente de Newport Beach y ex ejecutiva en el negocio de fabricación de alimentos de su familia, está acusada de pagar grandes sumas para que sus dos hijas asistieran a escuelas prestigiosas mintiendo en el examen de ACT y sobre los logros atléticos de una de ellas.

El año pasado, ella sobornó a un director atlético de USC el año para presentar falsamente a su hija mayor como una jugadora competitiva de voleibol de playa que ganó múltiples torneos en California, según documentos judiciales. A través de Singer, supuestamente también hizo los arreglos para que su hija tomara el ACT con tiempo adicional en un centro de pruebas de West Hollywood en 2017. Obtuvo 32 de 36 puntos.

En lo que respecta a su hija menor, los registros judiciales sugieren que Janavs fue más cautelosa.

“[Mi hija menor] no es como [mi hija mayor] ... No es estúpida”, dijo Janavs, según una transcripción de una conversación grabada incluida en los documentos acusatorios. “¿Cómo haces esto sin decirles a los niños lo que estás haciendo?”. En otra conversación, Janavs y Singer hablaron sobre los planes para que un supervisor estuviera a cargo del examen ACT de su hija menor. Janavs parecía estar frustrada, porque la hija le dijo que quería hacer la prueba una y otra vez hasta que obtuviera un 34.

“Si ella obtiene un 33 y me dice que debe volver a tomarlo, entonces usted negocia con eso”, dijo Janavs, según los registros judiciales.

Días antes de que su hija tomara el examen en febrero, Janavs envió un cheque de $25,000 a la organización sin fines de lucro de Singer, según muestran los registros.

Tanto Hodge como Janavs se han declarado inocentes.

USC dijo que se negará la admisión a seis solicitantes en el ciclo actual que están vinculados a este esquema. La universidad está revisando, uno por uno, los casos de estudiantes y graduados involucrados en la estafa.

Pero las consecuencias se extienden más allá de las familias y los administradores parte del escándalo. Dos estudiantes de la Universidad de Stanford presentaron el miércoles una demanda federal contra ocho universidades parte del escándalo, alegando que el sistema fraudulento les negó la oportunidad de matricularse en las instituciones élite y podría manchar sus títulos.

Erica Olsen y Kalea Woods alegan que sos parte de los despedidos en el proceso de admisión.

Olsen tenía puntajes casi perfectos en los exámenes SAT y ACT y había participado en danza, calificando para ser parte del grupo de baile en Stanford, cuando se graduó de la escuela preparatoria. Ella presentó una solicitud a Yale en 2017 y pagó $80 por la solicitud, pero fue rechazada por la universidad, según la demanda.

“Si ella hubiera sabido que el sistema en la Universidad de Yale estaba distorsionado y manipulado por el fraude, no habría gastado el dinero para solicitar su ingreso”, afirma la demanda. “Ella tampoco recibió por lo que pagó -un proceso justo en la admisión”.

Woods tiene una historia similar, según la demanda. Se inscribió en USC en 2017 con calificaciones ‘estelares’ en sus exámenes de ingreso a la universidad, pagó la tarifa de solicitud de $ 85 y se le negó la admisión.

“En el momento en que presentó la solicitud, nunca se le informó que el proceso de admisión en la USC era injusto y fraudulento, en el que los padres podían hacer que ingresaran sus hijos a la universidad mediante sobornos y planes deshonestos”, afirma la demanda.

Los estudiantes también afirman que dado que Stanford está vinculado al escándalo, sus títulos pueden ser dañados. Una de sus preocupaciones es que los posibles empleadores ahora pueden cuestionar si fueron admitidos en la universidad por sus propios méritos o si sus padres estaban dispuestos a pagar sobornos para garantizar su admisión, de acuerdo con la demanda.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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