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En una táctica ya familiar, Trump mantiene la amenaza de las redadas y reafirma sus exigencias al Congreso

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El sábado, el presidente Trump afirmó que su administración retrasaría una serie de redadas inmigratorias en Los Ángeles y otras ciudades estadounidenses, destinadas a deportar a miles de familias.

No obstante, el primer mandatario afirmó que los operativos se reprogramarían en dos semanas si el Congreso no modifica las leyes de asilo, tal como él desea, para hacer frente al aumento de personas que llegan al sur de la frontera. “A pedido de los demócratas, he demorado el proceso de remoción de inmigrantes ilegales (deportación) durante dos semanas, para ver si ellos y los republicanos pueden unirse y encontrar una solución a los problemas de asilo y las vacíos legales en la frontera sur”, escribió el sábado por la mañana en Twitter. “Si no, ¡comenzarán las deportaciones!”.

Trump había defendido las redadas unas horas antes, al hablar con periodistas en el jardín de la Casa Blanca antes de abordar el Marine One hacia Camp David. El mandatario destacó que los operativos comenzarían en breve y ayudarían a disuadir los cruces ilegales. En un tuit a principios de la semana, el presidente expuso que ICE comenzaría a deportar a “millones de extranjeros ilegales”.

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Su abrupto cambio no logró aliviar o tranquilizar a los inmigrantes y sus defensores.

“Estoy cansada. Me harté”, aseguró Carmen, una joven indocumentada de 17 años, que vive en Los Ángeles. “¿Qué más va a tuitear? Mañana dirá: ‘Sólo bromeaba; estamos empezando con las redadas de nuevo’”.

La joven pasó varias horas, la noche del viernes, creando un plan de emergencia, que incluye compartir la ubicación del GPS de su celular con familiares y amigos, comunicarse con su abogado y unirse a un grupo de chat con familiares en EE.UU y México, para que todos puedan movilizarse en caso de que algo le ocurra. Después de ver el tuit del presidente Trump, el sábado, dejó escapar un suspiro de agotamiento. “La gente olvida que hay seres humanos reales detrás de las leyes y de estos tuits”, consideró. “Parece que fuese sólo un juego para los políticos”.

Para Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles, una entidad sin fines de lucro, los inmigrantes que residen en el país sin estatus legal viven con un tremendo temor por ellos mismos y sus familias, y sienten que sus vidas están en juego. “Creo que es tan cruel lo que él hace, afirmó respecto de Trump. A Salas le resultó particularmente sorprendente “el nivel de deshonestidad [del mandatario], en el sentido de que usa el miedo y a la gente para influenciar en sus exigencias al Congreso”.

El presidente, sugirió, se topó con cierta resistencia por la logística de sus redadas anunciadas, así como con una reacción política adversa tanto dentro como fuera del partido republicano. “Incluso la policía -nuestra LAPD, nuestro sheriff- todos dicen que esta es la forma incorrecta de hacerlo”, afirmó Salas. “Sólo puedo usar la palabra ‘dañino’. Otros dicen ‘vergonzoso’. Todos esos adjetivos realmente hablan de su falta de reflexión acerca del impacto que esto tiene en las comunidades”.

Se trata de una táctica familiar de Trump, que utiliza una amenaza como golpe para obtener concesiones de parte de los demócratas y otros. Pero ésta a menudo no da resultado más allá de lo visible.

En 2017, anunció que pondría fin a un programa de la era Obama que protegía a los llamados Dreamers -jóvenes inmigrantes ingresados sin autorización en el país cuando eran niños- en un intento fallido de presionar al Congreso para que aprobara un proyecto de ley inmigratoria que incluyera nuevas restricciones a la inmigración legal.

El cierre del gobierno durante 35 días, a principios de este año, terminó de manera similar, sin que los demócratas aceptaran los términos del presidente, en ese caso, la financiación de un muro fronterizo. Y Trump cedió a una amenaza, a principios de este mes, para imponer aranceles de importación a México, afirmando que sus advertencias obligaron al gobierno mexicano a actuar para evitar que los migrantes centroamericanos crucen a Estados Unidos

La presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi (D-San Francisco), que telefoneó a Trump el viernes por la noche y lo instó a cancelar las redadas, declaró que la demora es “bienvenida”. Sin embargo, advirtió que [reformular] una ley de inmigración extensa tomará mucho tiempo. “Se necesita tiempo para hacer una reforma migratoria integral”, tuiteó después de que el mandatario anunciara la demora. “Las familias deben permanecer juntas”.

Al comienzo del día, Pelosi había pedido a los líderes religiosos que intentaran detener las redadas dominicales, un día de servicios en las iglesias en muchas comunidades. “La congregación evangélica ha dicho que el programa de reasentamiento de refugiados de Estados Unidos es la joya de la corona del humanismo estadounidense”, expresó Pelosi. “Espero que ellos y otras personas de fe le transmitan ese valor al presidente”.

El Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) emitió una declaración, el sábado, en apoyo de la postergación de Trump de las redadas planeadas para el domingo, pero reafirmó las políticas activas de la administración para hacer frente al aumento de migrantes en la frontera estadounidense. “Los extranjeros ilegales continúan jugando con el sistema mediante el contrabando de niños para obtener acceso a nuestro país”, afirma la declaración. “Después de violar nuestras normas, faltan aún más el respeto a nuestro país al negarse a presentarse a sus audiencias en los tribunales, por lo cual ni siquiera están presentes cuando un juez ordena que sean deportados”.

La agencia agregó que “el aplazamiento del presidente protege a los oficiales [de ICE] y brinda una oportunidad para que el Congreso trabaje rápidamente y de manera bipartidista para poner fin a los incentivos del contrabando de niños, así como para garantizar que todos los extranjeros sin autorización puedan ser deportados lo antes posible después de su arresto en la frontera sur”.

Aunque la administración pasó meses trabajando en un plan para controlar más estrictamente las leyes de inmigración que se enfocan en deportar a los no criminales con órdenes de remoción finales, ICE se ha visto en apuros para cumplir las órdenes del presidente, que sin duda agotarán aún más los ya limitados recursos de la agencia.

Y mientras que los funcionarios gubernamentales admiten en privado que cualquier potencial redada no tendría la escala que el presidente describió en su tuit del lunes, también advirtieron a los demócratas que no interpreten la postergación del sábado como una retractación.

Más allá de que maleable Trump haya vuelto a mostrarse cuando se trata de ceder o, al menos, posponer sus amenazas, sigue centrado en reforzar las restricciones a la inmigración y demostrar progresos cuando se trata de asegurar la frontera, dicen sus partidarios. “Los demócratas deberían saber a estas alturas que él va en serio con este tema”, aseveró un funcionario de la administración, quien habló bajo condición de anonimato. “Está dispuesto a ser flexible y darles más tiempo, pero en algún momento obligará a los demócratas a cambiar estas leyes [de asilo], o ICE seguirá adelante con este plan”.

Cuando Trump anunció por primera vez la noticia de las deportaciones, Maribel Cisneros no estaba segura de cuán seriamente tomarlas. A sus 37 años, esta mujer embarazada, de nacionalidad salvadoreña e indocumentada, lleva en Los Ángeles más de una década, después de escapar de su esposo, quien amenazaba con matarla, precisó ella.

La semana pasada, en su casa cercana a MacArthur Park, Cisneros vio una transmisión televisiva en español, con extractos de noticias acerca de la promesa de Trump. Más tarde, mientras estaba sentada en el parque con su hija, sintió una sacudida de angustia. Con sus manos en el vientre, se preguntó qué pasaría con sus hijos si fuera deportada. “Le pedimos a Dios que nos proteja”, afirmó.

Según Salas, el efecto acumulativo de la maniobra política y la retórica del mandatario agravaron el sufrimiento. “Amamos tanto a este país”, aseguró. “La indiferencia, la insensibilidad y el mensaje continuo del presidente de Estados Unidos, acerca de que todo un segmento que forma parte de Estados Unidos no es deseable... es doloroso, realmente doloroso”.

En medio de la confusión, Salas dijo que su organización seguirá enfocándose en preparar a los inmigrantes sin autorización en el país para que sepan cuáles son sus derechos si los agentes de ICE visitan sus hogares. “Tal vez no podamos controlar lo que este hombre haga”, afirmó acerca de Trump, “pero podemos controlar cómo le respondemos”.

Stokols y Haberkorn informaron desde Washington, D.C., y Hamilton desde Los Ángeles. Cindy Carcamo, Maya Lau, Molly Hennessy-Fiske, Alejandra Velarde-Reyes y Richard Winton contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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