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Experto en exámenes de admisión se declara culpable en escándalo universitario

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A su clientela de líderes financieros, viticultores, herederos y actrices, William “Rick” Singer vendía garantías. En la persona de Mark Riddell, tenía a alguien que podía garantizarlas.

¿Necesita un impulso de 400 puntos en el SAT? “El resultado será lo que necesitemos que sea”.

Por un pago entre $15.000 y $75.000 por prueba, Singer, el autor intelectual del plan, traería a Riddell -a quien llamó “brillante”, su “experto en exámenes” y un hombre capaz de hacer “magia”.

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Riddell volaría desde su casa en Florida a centros de pruebas en Vancouver, Canadá, Houston y West Hollywood, donde se aseguraría de que los hijos de los clientes de Singer recibieran cualquier puntaje que sus padres deseaban en el SAT o ACT, dijeron los fiscales.

Riddell tomó las pruebas para algunos de ellos, se sentó junto a otros y les decía las respuestas, o las corrigió después de que las entregaron, dicen los fiscales.

Riddell, residente de Palmetto, Florida, se declaró culpable el pasado viernes en el tribunal federal de Boston de conspiración para cometer fraude por correo, fraude por servicios y conspiración para cometer lavado de dinero. Aceptó pagar 240.000 dólares y será sentenciado el 18 de julio.

Incluso al haber implicado a Riddell en la estafa a algunas de las mejores universidades del país, Andrew Lelling, el fiscal de Estados Unidos en Massachusetts, reconoció la brillantez del mismo.

Riddell, un graduado de Harvard y administrador de 36 años en una escuela preparatoria exclusiva de Florida, no tenía ninguna información interna.

“Era lo suficientemente inteligente”, dijo Lelling, “para obtener una puntuación casi perfecta a pedido o para calibrar la puntuación”.

Entre las pruebas que Riddell corrigió había un SAT realizado por la hija de la actriz Felicity Huffman, dicen los fiscales. Huffman, que accedió a declararse culpable de conspiración de fraude, pagó $15.000 para que Riddell corrigiera las respuestas de su hija después de que terminara la prueba.

La actriz admitió su culpabilidad el pasado lunes y dijo que había “traicionado” a su hija y a todos los estudiantes que fueron admitidos en la universidad a través de su trabajo honesto. Huffman dijo que su hija no sabía nada del plan.

“Esta transgresión hacia ella y al público la llevaré por el resto de mi vida”, dijo en un comunicado.

De los 33 padres acusados en el plan de Singer, 20 pagaron a Riddell para que se encargara de las pruebas de sus hijos, dicen los fiscales.

Hasta su arresto el mes pasado, Riddell trabajó como director de preparación para el examen de ingreso a la universidad en IMG Academy, una escuela preparatoria en Bradenton, Florida, entre cuyos alumnos se cuentan atletas de élite, como los tenistas Serena Williams, Andre Agassi y Anna Kournikova.

Singer, el consultor de admisiones a la universidad de Newport Beach que ideó el plan, pagó a Riddell alrededor de $10.000 por examen, más los costos de viaje, dijeron los fiscales.

Riddell había realizado pruebas para los hijos de los clientes de Singer desde al menos 2011, cuando tomó el SAT para el hijo mayor de David Sidoo, un empresario de Vancouver y ex jugador de la Liga de Fútbol Canadiense, según los fiscales. Sidoo se ha declarado inocente de los cargos de conspiración por fraude y de lavado de dinero.

Usando una identificación falsa que mostraba su cara y el nombre del hijo de Sidoo, Riddell, quien tenía 28 años en ese momento, tomó el SAT para el joven en septiembre de 2011, dicen los fiscales. Pero debido a que el hijo de Sidoo sólo obtuvo 1460 de los 2400 puntos posibles en una prueba anterior, se le dijo a Riddell que no buscara un puntaje demasiado alto, según una acusación que culpa al padre del joven de una conspiración fraudulenta.

Riddell registró un puntaje de 1670, suficiente para que el hijo de Sidoo fuera admitido en la Universidad de Chapman. Varios meses más tarde, Sidoo supuestamente pagó a Riddell para que también tomara los exámenes de graduación de su hijo.

El año siguiente, dicen los fiscales, Riddell tomó el SAT para el hijo menor de Sidoo usando otra identificación falsa y obtuvo un puntaje de 2280 sobre 2400. El joven fue admitido en UC Berkeley.

Finalmente, Singer prescindió de las identificaciones falsas sobornando a los administradores en los sitios de prueba para hacerse de la ‘vista gorda’, dijeron los fiscales. Durante una prueba en 2015, dijeron, Riddell se sentó junto a la hija de un financiero del Área de la Bahía y la ayudó a completar su SAT. Luego, Riddell y ella se “regocijaron”, dijeron los fiscales, “sobre el hecho de que habían hecho trampa y se habían salido con la suya”.

La joven, hija de Manuel y Elizabeth Henríquez, fue admitida más tarde en Georgetown. Sus padres han sido acusados de cargos de conspiración de fraude y de lavado de dinero.

En algunos casos, Riddell quedaba sorprendido por las bajas calificaciones en los exámenes que los hijos de los clientes de Singer habían recibido en las pruebas anteriores, y Singer, desconfiando de una supervisión más estricta en la revisión del examen, no le permitió a Riddell inflarlos drásticamente, según muestran las conversaciones con los padres. En agosto de 2018, un viticultor de Napa Valley se quejó con Singer de que Riddell le había otorgado a su hija una puntuación SAT de 1380 sobre 1600, lo que la colocaba en el 96 en nivel porcentual, según una transcripción de la conversación citada en una declaración jurada del FBI.

“Si hubieras querido”, dijo el viticultor, Agustín Huneeus Jr., “quiero decir, el puntaje de [mi hija] podría haber sido de 1550, ¿verdad?”

“No”, Singer le devolvió el golpe. “’Porque seguramente me hubieran investigado con base en sus calificaciones”.

Huneeus aceptó declararse culpable de un cargo de conspiración de fraude.

Singer ofrecía los servicios de Riddell a los padres como su arma secreta, de acuerdo con conversaciones grabadas en la declaración jurada del FBI.

“Nadie, nadie puede hacer esto”, le dijo a Gregory y Marcia Abbott, una pareja que divide su tiempo entre la ciudad de Nueva York y Aspen, Colorado.

“Es brillante”, le dijo a Marjorie Klapper, una madre de Menlo Park que es co-propietaria de un negocio de joyería.

Riddell puede “obtener un buen puntaje, es muy bueno”, le dijo Singer a Gordon Caplan, un abogado de Connecticut.

“Puedo hacer que los puntajes aprueben”, dijo Singer a Caplan, “y nadie en el planeta puede hacerlo”.

Sidoo, el empresario canadiense que contrató a Riddell para que le hiciera exámenes a dos de sus hijos, tenía tanta confianza en la capacidad de Riddell que, según los documentos judiciales, llamó a Singer para decirle que su hijo mayor estaba solicitando ingreso a la escuela de negocios y tendría que tomar el Graduate Management Admission Test o GMAT.

Le preguntó a Singer si su hijo podría obtener un puntaje de 2100 en la prueba, aunque en realidad tenía un puntaje entre 200 y 800, según la acusación de Sidoo.

“No tienen un puntaje de 2100 para el GMAT”, le dijo Singer supuestamente. “Pero haré todo lo posible por conseguirlo para tí”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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