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Los incendios empeoran a medida que la lluvia de otoño en California desaparece a causa del calentamiento global

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Este es un lugar húmedo para los estándares de California.

Tiene un promedio de alrededor de 55 pulgadas de lluvia al año, gracias a su ubicación privilegiada en las verdes colinas de la Sierra Nevada, que recibe todas las tormentas del Pacífico.

Pero cuando el incendio de Camp Fire se desató el pasado 8 de noviembre, la zona de Paradise estaba seca. El área generalmente recibe alrededor de 15 tormentas durante el verano y principios del otoño, que suman hasta cinco pulgadas de lluvia.

Pero este 2018, obtuvo un miserable séptimo de pulgada. La vegetación alrededor de Paradise se encontraba extremadamente seca, lo que provocó el peor incendio en la historia moderna de California que dejó 7,000 estructuras destruidas, al menos 42 muertos y resultados aún inciertos.

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En toda California, la falta de lluvia de otoño está teniendo graves consecuencias. En el condado de Ventura, donde el incendio de Woolsey destruyó cientos de hogares, casi no llovió durante el verano y el otoño. Se suponía que las tormentas tempranas habrían permitido dar por terminada la temporada de incendios en el norte de California para dirigirse al sur de California para combatir incendios causados por los vientos de Santa Ana.

Con el incendio en el Condado de Butte, los funcionarios dijeron que había menos bomberos a la mano para combatir el incendio que arrasó Thousand Oaks, Westlake Village y Malibu.

“Muchos de los recursos en los que normalmente confiamos no estaban disponibles”, dijo Daryl Osby, el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles. “Nuestra ayuda vino de más lejos”, incluso de Texas.

Los científicos dicen que en un futuro afectado por el cambio climático, California debería esperar otoños más secos, con más lluvia y nieve concentradas en los meses de invierno.

Estas son malas noticias para los bomberos, que dependen de las lluvias tempranas para aliviar la amenaza de los vientos extremos que afectan a California a partir de fines de septiembre y ayudan a propagar rápidamente muchos de los peores incendios que afectan a California.

“Anticiparía que veremos esta extensión de la temporada de incendios con más frecuencia hasta el otoño e incluso a principios del invierno”, dijo Nina Oakley, climatóloga regional del Centro Regional del Clima Occidental. En los últimos seis años, la región costera del sur de California ha sido más seca que el promedio durante el otoño.

Los expertos en clima siempre han dicho que la temporada de incendios es realmente una carrera sobre lo que llegue primero: los vientos o la lluvia. Con mucho menos lluvia en el otoño, “estás en espera de que ocurra un desastre”, dijo John Abatzoglou, profesor asociado de geografía de la Universidad de Idaho, que ha estudiado extensivamente el clima de California.

La falta de lluvia trajo una sequedad récord para la vegetación, y eso ha ayudado a que los incendios sean más explosivos. La vegetación seca alimenta los incendios; envió una cantidad excepcional de calor al aire durante el incendio de Carr en julio, lo que llevó a un “tornado de fuego” que abrió impredecible su propio camino en Redding para propagar las llamas, lo que provocó la muerte de un bombero.

En Paradise, a unas 80 millas al norte de Sacramento, la vegetación seca contribuyó a una expansión turboalimentada que muchos residentes no esperaban.

“Ha saltado un lago de 300 pies al menos tres veces, extendiéndose a áreas donde se esperaría que el fuego no continuara”, dijo Jonathan Pangburn, analista de comportamiento de incendios del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.

Paradise se encuentra en las estribaciones de la Sierra, en una elevación de unos 1,000 pies. No es raro que la ciudad reciba 20 pulgadas de lluvia en un solo mes durante la temporada de lluvias.

“Paradise es un lugar bastante húmedo”, dijo Johnnie Powell, del Servicio Meteorológico Nacional. Pero, “en todo el norte de California, ha sido uno de los puntos más secos”.

Paradise tiene un pluviómetro en una estación de bomberos, y ese lugar fue uno de los mejores puestos de observación del clima de Powell. El último informe meteorológico de Paradise se envió el miércoles 7 noviembre, el día antes de que comenzara el incendio. Desde entonces, la estación de informes se ha silenciado.

Un comienzo extremadamente tardío de la temporada de lluvias en el sur de California en 2017 también contribuyó a las condiciones de sequía antes de que el incendio de Thomas en diciembre devastara los condados de Ventura y Santa Barbara, lo que llevó al segundo incendio forestal más grande de California en los últimos tiempos, quemando 282,000 acres.

Típicamente, más de 4 pulgadas de lluvia caen en Camarillo entre julio y diciembre; en 2017, solo cayeron 0.09 pulgadas.

“Si el norte de California hubiera recibido cerca de la cantidad típica de precipitaciones de otoño de este año”, dijo el científico del clima de la UCLA, Daniel Swain, “el comportamiento del fuego y la sorprendente tragedia en Paradise seguramente no se habría producido”.

Si la zona alrededor de Paradise hubiera estado húmeda, incluso los fuertes vientos que bajan, empujados por ráfagas de 50 mph desde el noreste, no producirían el mismo tipo de incendio forestal, dijo Swain. “Ese acortamiento de la temporada de lluvias, que estamos viendo por dos años seguidos, es realmente importante”.

No es solo la ampliación de la superposición entre la estación seca y el inicio de la temporada de Santa Ana, sino que es un problema. Además del clima inusualmente seco, las temperaturas cada vez más altas también están secando la vegetación a niveles récord.

Una cosa clave “que se necesita para generar estos incendios apocalípticos es una carga de combustible extremadamente seca y extremadamente pesada”, dijo el climatólogo Bill Patzert. “Arriba y abajo del estado, todo está en la misma situación.

Y ha estado caliente en todo el estado recientemente. California experimentó el mes más caluroso de su historia en julio pasado. El 6 de julio, los registros récord de temperatura de todos los tiempos se establecieron en el sur de California, con UCLA alcanzando 111, Van Nuys 117 y Chino 120.

Tener incendios forestales tardíos también plantea problemas para la próxima temporada de lluvias. Después del incendio de Thomas, semanas después, las lluvias provocaron deslaves mortales que mataron a más de 20 personas.

“Cuando tienes estos incendios forestales muy cerca de las primeras lluvias ... hay muy poco tiempo para realizar evaluaciones y emplear estrategias de mitigación de daños antes de que ocurra la lluvia”, dijo Oakley. “Tenemos comunidades que todavía se están recuperando de un incendio forestal y necesitan prepararse para la amenaza de flujos de escombros después del incendio”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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