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Mientras más camboyanos y vietnamitas son deportados, activistas dicen que ‘no pueden permanecer en silencio’

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Todos los días, el hijo de dos años de Victoria Martínez la acribilla con cuestionamientos sobre la desaparición de su padre, un inmigrante camboyano.

“¿Dónde está papá?”, pregunta Shawn Ly a su madre. “¿Cuándo regresará papá a casa?”

Ella no sabe qué responder, y llora a menudo.

La pareja de Martínez, Sreang Ly, fue detenido por Inmigración y Aduanas (ICE) a principios de octubre pasado. Ly, quien tenía una condena previa por posesión ilegal de armas, fue una de las más de 200 personas de ascendencia camboyana y vietnamita detenidas este otoño debido al recrudecimiento de los controles de la administración de Trump para deportar a inmigrantes con antecedentes penales.

Muchos asocian la retórica del presidente sobre las deportaciones directamente con los latinos, dada su promesa de construir un muro fronterizo, sus afirmaciones de que los inmigrantes mexicanos son “violadores” y traficantes de drogas, y su decisión de terminar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), para aquellos inmigrantes que ingresaron sin permiso a este país cuando eran niños, la mayoría de los cuales son latinos.

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Pero los activistas de inmigración argumentan que las redadas de personas de ascendencia camboyana y vietnamita no tienen precedentes y han despertado ansiedad en las comunidades de inmigrantes asiáticos.

“La gente puede pensar que solo los latinos están siendo amenazados cuando se trata de deportaciones. Pero hay todo tipo de inmigrantes afectados, y no podemos permanecer en silencio”, resaltó Laboni Hoq, director de litigios de la sede de Los Ángeles de la organización de derechos civiles Asian Americans Advancing Justice. “Éste es un problema político. La administración está tomando medidas enérgicas para cumplir sus promesas de la campaña, y van de comunidad en comunidad para dar a conocer sus acciones”.

Las sedes de Asian Americans Advancing Justice de San Francisco y Los Ángeles, junto con el bufete de abogados Sidley Austin LLP, presentaron una demanda en octubre contra el gobierno federal, alegando que los inmigrantes camboyanos fueron detenidos ilegalmente y deberían ser liberados.

Luego de que los detenidos supieran que el gobierno comenzaría los procedimientos de deportación el 18 de diciembre, el juez de distrito estadounidense Cormac J. Carney emitió una orden de restricción temporal para detener las expatriaciones y darle tiempo a la corte para considerar los “complejos asuntos” involucrados en la demanda.

Brendan Raedy, vocero de ICE, indicó que la agencia no comenta sobre casos pendientes.

Los familiares cuyos seres queridos están detenidos sienten la urgencia de hablar sobre sus preocupaciones y tratar de disipar las ideas preconcebidas sobre los inmigrantes asiáticos. “A veces se ignora a las comunidades asiáticas porque no creemos que puedan sufrir deportaciones”, expresó Posda Tuot, cuyo primo, Kim Nak Chhoeun, fue detenido en octubre. “Ellos son los buenos, los que persiguen sus propios intereses. Entonces, cuando surge algo malo, debemos ejercer presión para generar entendimiento de su situación”.

Sean Commons, socio de Sidley Austin, escucha “historias múltiples de personas que cambian sus vidas, se convierten en pilares de sus comunidades, y de repente las detienen y desaparecen. ¿Por qué? Deben dar aviso a la gente. Estas personas no son un peligro, no presentan riesgo de fuga. Han estado aquí durante años, y muchos tienen padres, cónyuges o hijos que son ciudadanos de los EE.UU. ¿Por qué dividir a las familias?”.

Cathee Khamvongsa, de Modesto, declaró en octubre que los agentes de ICE detuvieron a su esposo de 42 años, Mony Neth, quien fue declarado culpable por posesión de armas de fuego robadas cuando tenía 20 años de edad.

En el momento en que fue arrestado, relató Khamvongsa, Neth tenía un rol activo en la iglesia y hacía trabajo voluntario alimentando a personas sin hogar.

“Los asiáticos tenemos que luchar en voz alta, no permanecer bajo tierra como lo hemos hecho durante muchos años”, aseguró. “Si no eres visible, no tienes poder político”.

Muchos de los camboyanos representados en la demanda colectiva huyeron de Camboya cuando eran niños, en la década de 1970, cuando el Khmer Rouge lanzó una campaña de genocidio de un año de duración en la cual murieron casi dos millones de personas.

Aunque muchos de los detenidos tienen condenas previas, los años de vivir y trabajar en Estados Unidos les permitieron establecerse y convertirse en residentes legales permanentes, dicen sus defensores.

“Lo que es tan impactante aquí es que muchas personas que han sido detenidas llevan rutinas tranquilas, han transformado sus vidas”, resaltó Jenny Zhao, abogada del Asian Law Caucus, con sede en San Francisco y perteneciente a Asian Americans Advancing Justice. “Pero esta administración ha sido agresiva al ir tras ellos. Está muy en línea con su xenofobia”.

Más de 1,900 personas de ascendencia camboyana están sujetas a la detención inmediata y deportación, según ICE. De ellos, alrededor de 1,400 tienen condenas penales.

Camboya tiene un largo historial de no aceptar deportados, y muchos ciudadanos camboyanos que de otra manera habrían sido deportados han permanecido en este país legalmente en libertad supervisada.

A Zhao le preocupa que más asiáticos sean blanco de deportación mientras Trump avanza en su segundo año de mandato. “Nunca antes hemos visto algo en esta escala; un gobierno que presiona a los países para que se lleven a la gente”, destacó.

Para las familias de los detenidos, los últimos meses han sido agonizantes.

Victoria Martínez, quien vive en Fontana, se ha quedado sola para criar a Shawn, de dos años, y el hermano recién nacido de éste, Benjamin, desde que Sreang Ly fue detenido.

“Soy una persona que trata de criar a dos niños solitarios que realmente extrañan sus caricias y su voz”, aseguró la mujer, sollozando. “Seguíamos esperando que él estuviera en casa para la Navidad o después. Y ahora, ¿ocurrirá alguna vez?

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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