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Por primera vez, guatemaltecos votan en L.A en las elecciones presidenciales de su país

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Después de viajar seis horas en autobús desde Oakland, Mynor Hernández llegó a Los Ángeles a última hora del sábado con su esposa, su bebé de 6 meses y su hijo de 7 años. Su objetivo: votar en las elecciones nacionales de Guatemala sin tener que regresar a su patria.

Hernández emitió su voto poco después de las 7 de la mañana del domingo, cuando se abrieron las urnas en el Consulado General de Guatemala en Echo Park.

El domingo fue la primera vez que los ciudadanos guatemaltecos que viven en Estados Unidos pudieron votar en las elecciones de su país sin tener que regresar a Guatemala.

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En Guatemala, los votantes eligieron a un nuevo presidente, miembros del Congreso y otros legisladores. Pero en Estados Unidos, los guatemaltecos sólo pudieron votar por presidente y vicepresidente.

Los Ángeles es una de las cuatro áreas de Estados Unidos - junto con la ciudad de Nueva York, Houston y Silver Spring, Md., todas ellas con grandes comunidades guatemaltecas - donde los originarios de Guatemala pudieron votar en ausencia; en Estados Unidos este grupo de gente ha presionado por ese derecho durante años.

“Me hace muy feliz poder hacer esto”, dijo Hernández, de 32 años, frente al consulado. “Quiero que los sistemas de gobierno de nuestro país cambien y la corrupción se detenga”. Su hijo de 7 años se paró a su lado, agarrando una manta amarilla, mientras su esposa acunaba a su bebé.

Más de 20.000 guatemaltecos se registraron para votar en Los Ángeles, según el Tribunal Supremo Electoral del país, que organiza los comicios de la nación y estuvo preparando el proceso de votación en el extranjero durante meses. Cinco miembros del tribunal viajaron la semana pasada a Los Ángeles para hacer los arreglos.

El comienzo de la mañana fue relativamente lento: 100 personas habían votado antes de las 10:00 a.m., pero los funcionarios esperaban que ese número aumentara drásticamente a lo largo del día. Las urnas se abrieron a las 7 a.m. y se cerraron a las 6 p.m.

El condado de Los Ángeles alberga a casi 215.000 guatemaltecos, según las cifras del censo de 2010, aunque las cifras han aumentado a más de 250.000, según las estimaciones. California es el hogar de la comunidad guatemalteca más grande del país, concentrada principalmente en el área de Los Ángeles.

Los votantes tuvieron que llevar al consulado su documento oficial de identidad guatemalteco, conocido como DPI. Los que están fuera de Guatemala también tuvieron que registrarse en línea para votar antes del 17 de marzo.

Los funcionarios del tribunal electoral del país supervisaron la actividad en docenas de mesas instaladas en el consulado y se pusieron en contacto con los voluntarios de las mesas electorales, que contaron con más de 120 personas. “Todos están emocionados de estar aquí; la gente ha estado aquí desde las 5 de la mañana”, dijo Silvia Castellanos, de 42 años, una de las coordinadoras del tribunal.

Castellanos dijo que las reformas aprobadas en Guatemala hace cuatro años permitían a los emigrantes elegibles votar desde fuera del país. Pero la nueva ley no entró en vigor hasta este año. Guatemala se une a México y a otros países que desde hace mucho tiempo cuentan con sistemas que permiten a los expatriados cumplir con su derecho al voto desde el extranjero.

Para algunos guatemaltecos como Alba Rojas, la noticia no llegó lo suficientemente pronto. Rojas, de 70 años, llegó a Estados Unidos hace más de 20 años. Ella todavía no tenía su DPI cuando se enteró este año que la votación estaría disponible en Los Ángeles. Tuvo que ir al consulado para solicitar su cédula de identidad, pero no estuvo lista hasta después de la fecha límite de inscripción de marzo.

“El tribunal electoral no nos informó a tiempo de todos los documentos que necesitábamos para votar”, dijo Rojas. “Realmente tienes que rogarles a estos oficiales para que aceleren el proceso. Y aun así, mi identificación tardó una eternidad en llegar, y ahora no pude emitir mi voto”.

Rojas, que es de la ciudad de Quetzaltenango en el occidente de Guatemala y se gana la vida vendiendo dulces tradicionales guatemaltecos, llegó mucho antes de las 7 a.m. al centro de votación para apoyar a sus compañeros y montar su puesto de venta, lleno de bocadillos para los votantes.

“Necesitamos empleos en Guatemala; todos los jóvenes se gradúan y no encuentran trabajo porque todos los políticos nos quitan el dinero”, dijo Rojas. Tiene 10 hijos en Guatemala, muchos de los cuales no encuentran trabajo después de graduarse de la universidad, dijo. “Por eso hay tanta gente, como yo, que sigue emigrando a Estados Unidos. Tenemos que luchar por nuestras familias en casa”.

Su amigo Edgar Barrera, de 59 años, gerente de Chapines Express, una tienda que envía paquetes a Guatemala, dijo que tampoco pudo conseguir sus documentos a tiempo para registrarse para votar. “Toda la información que nos dieron fue confusa y llegó demasiado tarde”, dijo.

Como muchos guatemaltecos, tanto dentro como fuera del país, Barrera expresó un sentimiento de desilusión con la corrupción rampante en el país. “La elección es frustrante cuando tienes que votar por el candidato que crees que es menos corrupto que los demás”, dijo.

En Guatemala, las elecciones han estado plagadas de controversias. Diecinueve compitieron por la presidencia, pero como no se espera que ninguno de los contendientes obtenga la mayoría, se proyecta una segunda vuelta entre dos candidatos principales para agosto.

Pero en el consulado de Los Ángeles, la moral fue alta. Los voluntarios tenían panfletos que mostraban a los candidatos presidenciales junto con sus opciones para la vicepresidencia. A los votantes se les asignaron mesas específicas, donde los voluntarios verificaban los documentos de identidad y entregaban las papeletas. Los organizadores los enviaban a marcar sus elecciones en un pequeño centro de votación.

La boleta es la misma que emitieron los votantes en Guatemala, dijo la voluntaria Marta Alicia Barrientos, de 46 años. Llegó al Condado de Orange desde su país hace 10 meses y quería apoyar a sus compañeros capellanes, dijo, usando un término entrañable para referirse a los miembros de su comunidad guatemalteca. “Estoy aquí porque quiero transparencia dentro de nuestras instituciones”, dijo.

Aroldo Ramírez, de 61 años, fue uno de los primeros votantes del día. Dijo que viajó a Guatemala con otros líderes comunitarios varias veces en el transcurso de seis años para discutir el proceso del voto extranjero con los funcionarios electorales.

A pesar de los obstáculos para el registro, Ramírez dijo que este día representó un avance importante para la comunidad guatemalteca en Estados Unidos.

“Durante 35 años viviendo en Estados Unidos, no he podido votar en mi país de origen”, dijo. “Aunque hubo problemas con la organización del voto extranjero, siento que nuestro gobierno, de alguna manera, finalmente nos está tomando en cuenta”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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