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YouTube promete eliminar más contenido de supremacistas blancos tras quejas de acoso

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El martes, los insultos eran “claramente hirientes”, pero no violaban las reglas de YouTube. El miércoles, formaban parte de “un patrón de acciones atroces” y, como castigo, la compañía suspendió los ingresos al canal ofensivo. La rápida decisión de YouTube ante un caso de acoso de alto perfil es la prueba más reciente de que a la compañía le cuesta definir sus reglas y hacerlas cumplir con coherencia. En medio de la reacción negativa, la plataforma de videos implementó nuevas pautas para prohibir ciertos contenidos de supremacía blanca que le han valido críticas durante años.

Esta controversia sobre el hostigamiento racista y homofóbico en la plataforma de videos dominante de Google comenzó hace dos años. El popular comentarista de derecha Steven Crowder usó algunas veces su canal de YouTube para burlarse de un videoperiodista de Vox Media, Carlos Maza. En un clip, Crowder llamaba a Maza, que es homosexual y latino, “una mariquita tediosa”, al tiempo que efectuaba una mueca en referencia al sexo oral. Cada vez que publicaba un nuevo video, Maza se despertaba con incesantes ataques de los fanáticos de Crowder en su Twitter e Instagram. El año pasado, fue bombardeado con cientos de mensajes de texto después de que su información personal, incluido su número de teléfono, fue publicada en línea. Harto de lo que describe como el hostigamiento de Crowder y sus seguidores, Maza unió la semana pasada clips en los que el comentarista de derecha hace acotaciones directas sobre su sexualidad y etnia, y en una serie de tuits, denunció a YouTube por seguir permitiendo que Crowder lo acose.

YouTube investigó la cuestión y, el martes, concluyó que Crowder no violó sus políticas y que la empresa no tomaría ninguna medida. El razonamiento es el siguiente: los videos de Crowder no son principalmente ataques maliciosos, sino opiniones. YouTube afirmó que Crowder no había dado instrucciones a sus seguidores de que hostigaran a Maza, y que ninguna información personal de este último había sido revelada en el contenido subido. Pero el miércoles, la compañía cambió su opinión respecto de Crowder, suspendió el flujo de ingresos de su canal y citó “un patrón de acciones atroces” (el gigante tecnológico generó más confusión cuando tuiteó que el usuario podría recuperarse con tan sólo quitar un enlace a su tienda de comercio electrónico, que vende camisetas decoradas con un insulto homofóbico. La empresa luego aclaró que debería abordar el patrón completo de mala conducta para obtener nuevamente acceso desde YouTube).

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Crowder - quien no respondió a una solicitud de comentarios de este periódico- se defendió a sí mismo en los videos, diciendo que sus comentarios eran “amistosos”, y acusó a Vox de intentar “silenciar las voces que le desagradan”. Pero sus clips contra Maza fueron una clara violación de la política de acoso de larga data de YouTube, indicó una investigadora visitante de la Universidad de California en Irvine, Kat Lo, quien estudia moderación de contenidos. “El uso de lenguaje acosador y el enfoque en una persona marginada ha incitado claramente al hostigamiento”, consideró Lo. “Este caso es especialmente interesante porque la transgresión es muy clara en términos de uso de lenguaje racista, homofóbico y deshumanizante, pero la interpretación de la política [de YouTube] es muy, muy flexible, lo cual sugiere que hay otros factores en juego”. Es típico que las empresas vuelvan atrás en sus decisiones o sean más agresivas en la forma en que moderan el contenido en función de la reacción del público, agregó la experta. El último intento de YouTube de frenar el discurso de odio también es un cambio en la política de una compañía que ha sido cautelosa de intervenir en disputas sobre contenidos. Las nuevas pautas, que YouTube describió en una publicación de blog, prohíben los videos que “alegan que un grupo es superior para justificar la discriminación, la segregación o la exclusión” por motivos de raza, género, casta, religión, orientación sexual y otras categorías protegidas. Eso incluye clips que respaldan la supremacía blanca y aquellos que niegan eventos violentos bien documentados, como el Holocausto y el tiroteo de masas de 2012 en la primaria Sandy Hook. YouTube afirmó que comenzaría a quitar los videos ofensivos de sus servidores, y las cuentas que repetidamente cometan infracciones estarán sujetas a sanciones, incluida la exclusión de los ingresos compartidos y la suspensión total. Aunque la prohibición del discurso neonazi es clara en la política, YouTube destacó que no inhabilitará “el contenido dudoso y la información errónea dañina, como los videos que promueven una cura milagrosa falsa para una enfermedad grave, o que afirman que la Tierra es plana”, pero intentaría aplacar la circulación de estos limitando su promoción. Los canales que producen contenido odioso ocasional pueden acumular “errores” en lugar de ser vetadas la primera vez. YouTube no es el único que hace frente a las críticas por el control débil o inconsistente de las políticas de hostigamiento y el discurso de odio. La plataforma de video, junto con Facebook y Twitter, han recibido un mayor escrutinio en Washington por permitir la difusión de información falsa e ideologías discriminatorias. El teórico de la conspiración, Alex Jones, creó su audiencia en YouTube a pesar de años de quejas sobre su información errónea, antes de que fuera expulsado de la plataforma, el año pasado. Facebook hizo lo mismo en marzo pasado, cuando vetó al fundador de InfoWars y a otras figuras controvertidas por violar las políticas sobre el discurso de odio y promover la violencia. A fines de mayo, un video manipulado de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, acumuló millones de visitas en Facebook y se difundió en YouTube y Twitter. YouTube eliminó el clip después de que el Washington Post publicara un informe al respecto. Lo, la investigadora de la Universidad de California en Irvine, destacó que las plataformas a menudo dudan en quitar contenidos de las figuras públicas, especialmente cuando podrían estar sujetos a críticas que aleguen animadversión contra los conservadores. La especialista agregó también que el accionar de YouTube para dejar en línea los videos de Crowder les dará a los usuarios una estrategia clara para evitar que se eliminen sus contenidos por considerarlos discursos de odio. Mientras la mayoría de sus clips no contengan una retórica de animadversión, deberían poder escabullirse de cualquier moderación, señaló. “Creo que tendrán más poder para hacerlo, en lugar de sentirse presionados para no usar un lenguaje intolerante, lo cual es muy absurdo para mí”, expresó. La iniciativa de YouTube para quitar accesos al contenido de odio hará poco para detener a los malos usuarios, agregó Maza. “Los abusadores lo usan como prueba de que están siendo ‘discriminados’”, escribió en Twitter. “Luego ganan millones vendiendo productos, presentándose en vivo y haciendo que sus seguidores los apoyen en Patreon (plataforma de membresía). Los ingresos por publicidad no son el problema; la plataforma lo es”. Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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