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Boeing enfrenta presión por accidente, mientras aerolíneas extranjeras dejan en tierra el 737 Max

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Boeing Co. se enfrenta a una creciente presión internacional para dar cuenta de la segunda caída de su avión 737 Max, mientras que China y otros países decidieron estacionar sus flotas y los inversores castigaron las acciones de la empresa aeroespacial en las operaciones del pasado lunes.

Los investigadores encontraron las cajas negras del avión de Ethiopian Airlines que se estrelló el pasado domingo, poco después del despegue, matando a 157 personas. Los datos aún no se han descargado y la información sobre la causa del accidente sigue siendo limitada.

No obstante, los expertos en aviación señalaron similitudes con el desplome de un 737 Max de Lion Air en octubre, poco después de despegar de Jakarta, Indonesia. Una investigación preliminar destacó que el accidente estaba relacionado con una modificación del software en el nuevo avión que, erróneamente, hizo que la aeronave entrara en una serie de caídas en picado.

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La Administración Federal de Aviación emitió el pasado lunes una declaración de confianza en la seguridad del 737 Max, diciendo que “tomará medidas inmediatas y apropiadas” basándose en información adicional, pero que “hasta la fecha no se nos han proporcionado datos para sacar conclusiones o accionar”.

Boeing anunció el pasado lunes por la noche que actualizaría el software en el sistema de control de vuelo de los aviones en las próximas semanas.

Varias aerolíneas estadounidenses, que enfrentan llamadas y correos electrónicos de pasajeros nerviosos, expresaron su apoyo a la nave.

Southwest Airlines, la aerolínea nacional más grande y el mayor operador del 737 Max, con 34 aviones y 219 adicionales pedidos, declaró: “Confiamos en la seguridad y la aeronavegabilidad de toda nuestra flota de más de 750 aviones Boeing 737. No tenemos ningún cambio planificado para las operaciones del 737 Max. Estamos respondiendo algunas preguntas de los clientes que consultan si su vuelo será operado por el Boeing 737 Max 8”.

Pero las autoridades y las aerolíneas en China, Indonesia, Etiopía y otros lugares se apresuraron a aterrizar sus flotas del 737 Max 8, el modelo más exitoso y más nuevo de Boeing, y uno de sus mayores generadores de ganancias.

Los riesgos que enfrenta Boeing quedaron en claro el pasado lunes, cuando sus acciones se desplomaron hasta un 13% en las primeras operaciones en Nueva York. Cerraron con una baja de $22.53, o 5.3%, a $400.01 en intensa operación.

“Debido a que este es un modelo nuevo y hay similitudes entre los dos accidentes, Boeing debería poner la seguridad en primer lugar y dejar este avión en tierra”, dijo Jim Hall, ex presidente de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, en una entrevista. “Después de lo ocurrido con Lion Air, Boeing iba a proporcionar una solución al sistema, algo que aún no ha hecho”.

En una declaración, Boeing comentó: “Estamos tomando todas las medidas para comprender en su totalidad los aspectos de este accidente, trabajando estrechamente con el equipo de investigación y todas las autoridades reguladoras involucradas. La investigación se encuentra en sus primeras etapas, pero en este punto, según la información disponible, no tenemos ninguna base para emitir nuevas orientaciones para los operadores”.

Si un defecto fuera responsable de ambos accidentes, representaría una amenaza potencialmente grave para el producto más importante de Boeing. Hasta enero, el fabricante tenía más de 4.700 pedidos de todo el mundo, para el avión de dos motores de bajo consumo. Boeing se encuentra entre los principales exportadores industriales del país y es responsable de la mayor parte de $121 mil millones en exportaciones anuales de aviones comerciales.

“Boeing está en problemas”, consideró Robert Ditchey, un testigo experto en asuntos de seguridad aérea, ingeniero aeronáutico y ex ejecutivo de una aerolínea. “Esto es como una bomba nuclear para ellos. Tratarán de obtener la respuesta a esto lo más rápido posible”.

Media docena de expertos en seguridad entrevistados por The Times advirtieron que casi ninguna causa del accidente de la aerolínea etíope podría descartarse, incluidos defectos en el sistema de aviación, errores humanos, terrorismo o incluso el suicidio de los pilotos.

Pero habrá más preguntas que respuestas hasta que los investigadores puedan al menos descargar la información del registrador de datos de eventos y la grabadora de voz de la cabina del avión que se encontraron en el lugar del accidente, al suroeste de Addis Abeba, la capital de la nación.

Ditchey explicó que los restos de la aeronave se hallaron en partes en un área limitada, lo cual sugiere que golpeó el suelo de punta, en un ángulo agudo.

El aeropuerto de Addis Abeba se encuentra a 7.200 pies de altitud. El 737 no llegó a más de 2.000 pies por encima del suelo antes de que se estrellara, ocho minutos después del despegue, una duración que normalmente llevaría al avión cerca de su altitud de crucero, de más de 30.000 pies. Flightradar24, un sitio web que rastrea vuelos, informó que durante sus primeros tres minutos, el avión experimentó inflexiones repetidas de su velocidad vertical, y en un punto cayó aproximadamente 400 pies.

“No estaba ni cerca de lo que es un ascenso normal”, dijo Ditchey.

La otra pista inusual de Flightradar24 son datos que mostraban que la aeronave viajaba a casi 400 nudos, muy por encima de la velocidad permitida en EE.UU para aeronaves, a una altitud inferior a 10.000 pies. Los expertos consideran que tal velocidad probablemente no podría justificarse en ningún escenario.

El accidente del avión de pasajeros de Lion Air probablemente involucró múltiples causas, incluidos flagrantes fallas de mantenimiento, errores de pilotos y deficiencias de entrenamiento. La nave cayó con una docena de movimientos descendentes debido a una función de software en su sistema de control de vuelo, conocido como Sistema de Aumento de Características de Maniobra (MCAS, por sus siglas en inglés), que se basó en datos erróneos de un sensor que medía su ángulo de ataque, el ángulo en el cual el aire fluye sobre el ala.

El software MCAS fue colocado en el 737 Max para contrarrestar la posibilidad de que el avión se levante a velocidades lentas y pierda sustentación. Los pilotos pudieron haber apagado el software, lo cual había hecho una tripulación el día anterior, cuando experimentó el mismo problema.

La tendencia de que la punta levante a velocidades lentas después del despegue comenzó cuando Boeing acercó los motores al fuselaje para rediseñar el 737, que data de mediados de los años 1960.

“Boeing tiene que analizar por cuánto tiempo debería seguir actualizando este avión”, expuso Douglas Moss, instructor del Programa de Seguridad Aéreas Viterbi, de la USC, excapitán de United Airlines, abogado y ex piloto de pruebas de la Fuerza Aérea. “Estamos llegando al punto en que las características heredadas son una resistencia tan grande para el avión, que tendríamos que crear una aeronave desde cero”.

Richard Aboulafia, un analista aeroespacial y vicepresidente de Teal Group, escucha esas sugerencias todo el tiempo. “No está claro que la nueva tecnología de diseño que implementaron pudiera resultar en un jet de fuselaje estrecho”.

Aunque Boeing sufre un “ataque a su reputación” con este hecho, advirtió que el accidente de Etiopía podría deberse al error de un piloto o al terrorismo. “Si no tiene nada que ver con el sistema del avión, entonces Boeing no tiene la culpa”, afirmó. “Hay mucho en juego. Pronto sabremos más”.

Sin embargo, la senadora estadounidense Dianne Feinstein (D-California) solicitó a la FAA que ordene mantener en tierra los 737 Max “hasta que se conozca la causa del choque y esté claro que no existen riesgos similares en la flota nacional”.

Paul Hudson, presidente del grupo de derechos de los pasajeros FlyersRights.org, se hizo eco del pedido de Feinstein: “La actitud de ‘esperar y ver’ de la FAA pone en riesgo la vida y la reputación de seguridad de la industria de la aviación de Estados Unidos”.

Según Hall, el ex presidente de la NTSB, su recomendación de dejar en tierra estas aeronaves se basa en parte de lo que aprendió durante su primera investigación en un accidente, que involucró a un avión de pasajeros 737, que se estrelló cerca de Pittsburgh en 1994.

Hall lideró esa investigación, que se convirtió en la más larga en la historia de la NTSB, con una duración de cinco años. Boeing insistió, dijo Hall, en que el accidente había sido causado por un error del piloto. Pero la averiguación finalmente encontró que un defecto en el sistema hidráulico hacía que el timón cambiara de dirección. “Cuando presionabas el pedal del timón de una manera, el avión se desviaba al otro lado”, recordó. “Mi preocupación en esa experiencia con Boeing en el 737, en la década de 1990, era la transparencia. No pudieron ser transparentes. Pienso que desde un punto de vista empresarial, lo más prudente es dejar el avión en tierra”.

En 2013, la FAA ordenó a las aerolíneas que suspendieran las operaciones del nuevo 787 Dreamliner de Boeing luego de cinco incidentes en cinco días, con incendios originados en la batería de iones de litio del avión. Ninguna de las naves se estrelló y Boeing implementó una solución para el problema de sobrecalentamiento de la batería. Antes de eso, la FAA había puesto en tierra por última vez un avión fabricado en Estados Unidos en 1979, cuando ordenó el cese de los vuelos del McDonnell Douglas DC-10.

Cuando Boeing presentó la versión más nueva de su 737, hace unos años, las compañías estadounidenses se mostraron entusiasmadas con su promesa de eficiencia de combustible -Boeing presume de tener un 10% más de millaje de combustible que el siguiente avión de pasajeros de fuselaje estrecho más económico-, y su interior silencioso. El 737 Max, ensamblado en Renton, Washington, se convirtió en el avión más vendido de Boeing.

Además de Southwest en EE.UU, American Airlines tiene 24 aviones de línea 737 Max en su flota y 90 pedidos adicionales para los próximos dos años. United Airlines posee 14 en servicio, y pedidos por 100 más.

El pasado lunes, esas compañías aéreas también expresaron confianza en los aviones de pasajeros. “Hemos dejado en claro que el Boeing 737 Max es seguro y que nuestros pilotos están debidamente capacitados para volar el Max de forma segura”, declaró United Airlines en un comunicado.

American Airlines emitió una declaración similar: “Tenemos plena confianza en la aeronave y en los miembros de nuestra tripulación, que son los mejores y más experimentados en la industria”.

Las aerolíneas destacaron que no han visto un aumento significativo por parte de los pasajeros de cancelaciones o nuevas reservas de vuelos.

El pasado lunes, en el aeropuerto internacional de Los Ángeles, las compañeras de trabajo Jenny García y Christina Pérez habían llegado desde Houston, en Southwest Airlines. Pérez no estuvo preocupada, porque la aerolínea había sido confiable en el pasado. “Tal vez [lo hubiera estado] si hubiese sido un vuelo internacional”, consideró.

García estaba al tanto del accidente, pero tampoco se sentía preocupada. “Las posibilidades de que eso suceda son muy escasas”, expresó.

Las aerolíneas del mundo registraron el año más seguro en 2017, con solo 1.1 accidentes por cada millón de vuelos, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, un grupo comercial de las compañías aéreas del mundo. En 2018, la tasa aumentó a 1.35 accidentes por cada millón de vuelos, o uno por cada 740.000 vuelos.

¿Quién vuela con aeronaves Boeing 737 Max?

Aerolínea

Naves en la flota

Southwest Airlines

34

China Southern Airlines

26

American Airlines

24

Air China

15

Shanghai Airlines

12

Xiamen Air

10

Lion Air

10

MIAT Mongolian Airlines

8

China Eastern Airlines

3

Cayman Airways

2

Fuente: L.A. Times, FlightRadar24

Melissa Gomez y Alexa Díaz, redactoras de planta del Times, contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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