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Los maestros del LAUSD en huelga, por primera vez en 30 años

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Los maestros de Los Ángeles desafiaron el clima frío y lluvioso del 14 de enero por la mañana, para abandonar sus puestos de trabajo y concretar su primera huelga en tres décadas para exigir clases más pequeñas, más personal de apoyo en las escuelas y mejores salarios.

Aunque las escuelas estarán abiertas, se desconoce cuántos alumnos acudirán a clases en el segundo sistema escolar más grande del país. Algunos se unirán a sus maestros en la línea de protesta.

Para aquellos que asistan a la escuela, es poco probable que el día cumpla con sus rutinas, mientras que un cuerpo de voluntarios, aproximadamente 400 sustitutos y 2,000 empleados de las oficinas centrales y regionales reemplazan a 31,000 maestros, enfermeras, bibliotecarios y consejeros. En 10 escuelas, los empleados no docentes se sumarán a una huelga de solidaridad, que creará dolores de cabeza adicionales mientras los administradores intentan gestionar tareas como preparar y servir comidas.

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Todavía estaba oscuro cuando una maestra de educación física, Lin Joy Hom, llegó alrededor de las 6:15 a.m. al portón del estacionamiento de Marshall High School, en Griffith Park Boulevard, con la leyenda “UTLA es fuerte” estampada en letras rojas, en las ventanas de su auto. Su colega de educación física, la profesora Orquida Labrador —compañera de trabajo de Hom y exalumna de Marshall, egresada en 1987—, se apresuró a ayudarla a descargar botellas de agua y rosquillas para los educadores en la línea de protesta.

Un corredor les gritó “¡Buena suerte!” mientras pasaba por allí, y los conductores tocaban las bocinas de sus autos en señal de apoyo. Las maestras saludaron a un subdirector que llegaba en su vehículo, pero trataron duramente a alguien que no reconocieron.

“¡Vamos!”, dijo el profesor de español Adrián Arellano.

“Soy una administradora”, afirmó la mujer mientras pasaba con su auto.

“Estoy con todos ustedes, pero tenemos que ir a trabajar”, expresó una asistente administrativa a los maestros, también desde su vehículo.

Arellano comentó que sus clases tienen 46 estudiantes, un número demasiado alto. Esa es una razón principal por la cual se adhirió al paro. Lo mismo le ocurre a Dee Dee Paakkari, que es docente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), hace 33 años. En 1989, participó en la última huelga, que duró unos nueve días. En ese momento, se trataba más sobre el dinero, recordó, pero esta vez es por el tamaño de las clases.

Paakkari, profesora de orquesta y rock ‘n’ roll en Marshall, señaló su aula oscura, ubicada justo al pasar las puertas. En un día normal, habría estado enseñando su clase de orquesta a las 7 a.m., comentó.

“Si tienes una clase de banda de rock, y hay seis niños en cada banda, hay ocho bandas de rock”, expuso. La sala realmente solo tiene capacidad para cinco, por lo cual algunos de los más de 40 estudiantes de la clase pasan su tiempo sentados.

Durante la última huelga de maestros, aproximadamente la mitad de los estudiantes del distrito asistieron a clases.

El plan en muchas escuelas para esta huelga es reunir a los alumnos en grupos grandes, para que puedan ser supervisados por menos adultos. No está claro cuánto aprendizaje tendrá lugar, más allá de las lecciones de educación cívica en tiempo real que tendrán lugar en las calles.

En una conferencia de prensa a las 7:30 a.m., los líderes gremiales locales se reunirán con Randi Weingarten, presidente de la Federación Estadounidense de Maestros, y con Lily Eskelsen García, quien encabeza la Asociación Nacional de Educación.

A las 10:30 a.m., el sindicato programó un mitin en Grand Park, frente al Ayuntamiento, seguido de una marcha a la sede del distrito escolar, ubicada al oeste del centro de la ciudad.

La huelga se convirtió en un recurso inevitable el viernes 11 de enero por la tarde, cuando las negociaciones entre el LAUSD y United Teachers Los Angeles (UTLA) se interrumpieron. Los funcionarios del distrito mejoraron su oferta anterior apoyados en el incremento de fondos para todos los distritos escolares contemplado en la propuesta presupuestaria estatal que dio a conocer la semana pasada el gobernador Gavin Newsom.

El distrito también recibió un impulso de los supervisores del condado de Los Ángeles, que podrían votar el martes 15 un plan para proporcionar al LAUSD hasta $10 millones para servicios de enfermería y salud mental.

PHOTOS: L.A. teachers go on strike »

Sobre la base de estos desarrollos, la última oferta del distrito incluye una enfermera de tiempo completo para cada primaria. En la actualidad, el distrito paga un día de enfermería por semana, aunque muchas escuelas utilizan fondos discrecionales para proporcionar días extra.

Según el distrito, su oferta actual agrega alrededor de $130 millones y 1,200 puestos a las propuestas anteriores. Además de la enfermería de tiempo completo, la oferta presentada el viernes reduciría el tamaño de las clases en aproximadamente dos estudiantes en las escuelas medias.

Ello se sumó a una propuesta de principios de esa semana, en la que el distrito afirmó que reduciría el tamaño máximo de clases de cuarto a sexto grado de 36 a 35 alumnos, y en las preparatorias de 42 estudiantes a aproximadamente 39 (las clases promedio ya son más pequeñas).

Las escuelas con más necesidades tendrían mayores reducciones de tamaño en sus clases, de aproximadamente cuatro estudiantes. Además, todas las escuelas medias contarían con un bibliotecario, un rol que falta en algunas. En las preparatorias, habría un consejero académico adicional.

Sin embargo, el aumento de personal solo estaría garantizado por un año. Según los funcionarios del distrito, esto es necesario porque los fondos provienen de una reserva única. No obstante, para el presidente del sindicato de docentes, Alex Caputo-Pearl, la naturaleza temporal del aumento de personal hizo que la propuesta fuese desestimada.

Las dos partes no están tan distanciadas en la cuestión del salario. LAUSD ofrece un 6% distribuido en los primeros dos años, en un acuerdo de tres años. El sindicato pretende un 6.5% de una vez, retroactivo al año anterior.

Ambos bandos están tan atrasados en las negociaciones, que incluso si alcanzaran un nuevo acuerdo por tres años esta semana, este estaría vigente solo por 18 meses. El contrato anterior expiró en junio de 2017.

No se esperaban conversaciones el lunes 14, mientras el gremio presidía el inicio de la huelga y los funcionarios del distrito manejaban su propia logística, aunque Austin Beutner, superintendente escolar de L.A., aseguró que su equipo de negociación estará disponible durante todo el día.

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