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Ali Stroker, de ‘Oklahoma!’, podría ser la primera actriz en silla de ruedas coronada con un Tony

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Desde su primera canción en la audaz nueva versión de Daniel Fish de “Oklahoma!”, la actriz Ali Stroker presenta una Ado Annie como nunca antes había visto el público.

En parte se debe a su increíble voz, fuerte, clara y hermosa, mientras canta “I Cain’t Say No”, también por su deliciosa interpretación de Annie, el personaje que enloquece por los hombres, que se mueve alrededor de las mesas con la banda en el escenario y otros miembros del elenco, cantando y bromeando.

Su actuación la convirtió en una favorita para llevarse el premio Tony como Actriz Destacada en un Musical y, si gana, se convertirá en la primera actriz en silla de ruedas que recibirá el mayor honor de Broadway.

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Stroker, una actriz de 31 años y con sólida experiencia, se hizo conocida en 2012 como finalista en “The Glee Project”, el concurso televisivo de Ryan Murphy, en el cual los participantes competían por un papel en “Glee”. Sus diversos créditos en televisión incluyen “Drunk History” y “Lethal Weapon”, se presentó en teatro regional y del off-Broadway, hasta que finalmente se convirtió en la primera actriz en silla de ruedas en aparecer en un escenario de Broadway, en la nueva versión de “Spring Awakening”, del Deaf West Theatre, en 2015.

“Cuando comencé a cantar, fue la primera vez que sentí que no había límites”, recordó la actriz rubia y de ojos azules, mientras tomaba un café en Chelsea durante la siguiente conversación, que fue editada en pos de la extensión. “Mi voz no tenía límites. Podía saltar y correr con ella. Cantar para mí es como salir a correr para otras personas. Mis endorfinas suben y me siento muy bien después de hacerlo. No tuve la posibilidad de caminar o correr. Pero tengo la capacidad de cantar.

¿Qué fue lo que más te intrigaba de interpretar a Ado Annie?

Estudiamos muchos espectáculos de Rodgers y Hammerstein en la universidad, y realmente me gustaba ella. Sentí que muchas veces, la gente la juzgaba como una caricatura, como alguien que no es tan inteligente. Pero ella es muy inteligente y no se disculpa por lo que es. Su canción “I Cain’t Say No” es realmente un himno para no disculparnos por lo que somos y lo que queremos, y creo que todos necesitamos un poco de eso.

Una de mis partes favoritas de hacer este papel es que, de repente, sin necesidad de hablar de ello, abordamos la discapacidad y la sexualidad. La gente no está segura de cómo abordar estos temas, y lo que me encanta es que no tenemos que hablar de ellos. Sólo tenemos que verlos en acción.

¿Cómo trabajaste con el director, Daniel Fish, y el coreógrafo, John Heginbotham, para prepararte para el espectáculo?

Antes de comenzar los ensayos, me reuní con ellos para conversar un poco sobre la manera en que me muevo y las cosas que podíamos explorar. Luego, una vez que estábamos ensayando, el director me permitió estructurar cómo podían funcionar algunos de esos momentos.

¿Sueles reunirte con el coreógrafo al comienzo de una obra?

Depende del proyecto, pero creo que es importante para mí dialogar con el coreógrafo. Y lo primero que siempre digo es: “Tú haz lo tuyo y no cambies nada por mí todavía. Voy a traducirlo en la forma en que sé hacerlo para mi cuerpo. Entonces, colaboremos”.

¿Y son receptivos los coreógrafos?

Muy receptivos. Ellos buscan el movimiento. Si estoy teniendo problemas, pueden ayudarme.

Hablemos de ese equilibrio sobre ruedas…

No mucha gente ha visto a alguien usar una silla de ruedas como yo lo hago. Uso una silla desde que tuve un accidente automovilístico, cuando tenía dos años, por lo cual la forma en que me muevo sobre ella es muy orgánica. Los wheelies [hacer equilibrio en la silla de ruedas] son un movimiento impredecible que uso a lo largo del espectáculo, y lo hago a propósito. Lo comparo con alguien que hace un movimiento de baile. La forma en que me muevo en la silla de ruedas es una de las partes más emocionantes para mí de hacer este revival.

¿Cómo comenzaste en la actuación?

Después de que me lesioné, mi madre tocaba música todo el tiempo. Era realmente relajante y curativo, pero no hice la conexión que podía cantar hasta que me presentaron el teatro musical. Cuando tenía siete años, mi vecina, de 12, decidió que quería dirigir una producción de “Annie” y que yo interpretaría el personaje principal. Recuerdo haber visto infinidad de veces la obra en VHS y aprender las canciones. Al final del verano, hicimos una producción en el patio trasero.

Nunca olvidaré lo que sentí al tener los ojos de todos sobre mí mientras cantaba. Hasta ese momento, estaba acostumbrada a que me miraran porque sentían pena por mí. Era como si todo se hubiera puesto de cabeza; ahora me miraban porque yo era una estrella, y eso cambió la forma en que me vi a mí misma.

Así que, luego fue el campamento de teatro, los programas de verano, actuar en la preparatoria y estudiar en la Escuela de Artes Tisch de la Universidad de Nueva York.

Pude sumergirme completamente en el teatro, y creo que esa fue otra parte de la estrategia de mis padres. No había tiempo para mirar lo que no podía hacer. No íbamos a poner nuestra atención en el hecho de que no podía jugar al fútbol. Sólo pondríamos todo nuestro esfuerzo en lo que sí podía hacer.

¿Qué tipo de desafíos enfrentas cada día en términos de la actuación?

Salgo de casa una hora y 45 minutos antes de la función. Todos en el espectáculo han sido de gran apoyo para mis necesidades, me han proporcionado un automóvil para ir y venir del teatro y me ayudan a ingresar a la sala. Debido a que hay muchas escaleras en la entrada principal, entro por el edificio de oficinas de al lado, y luego Circle in the Square coloca una silla sube escaleras, para que pueda bajar a los vestidores y al nivel del escenario. También pusieron una rampa detrás del escenario, para que yo pueda moverme. Los teatros tienen funciones accesibles para los espectadores, pero la mayoría de ellos no son accesibles detrás del escenario. Por lo tanto, esto fue una cuestión importante.

¿Qué es lo que sigue en tu futuro?

Escribí un libro con mi socio de escritura, sobre una niña en silla de ruedas que descubre el teatro por primera vez. También sueño con tener mi propia serie de televisión, y me encantaría ser parte de su producción y elenco, porque tengo una visión tan específica sobre cómo se puede representar la discapacidad. Sería parte de la trama, así como en “Oklahoma!” y “Spring Awakening”; cada escena no necesariamente tiene que ser sobre la discapacidad.

Hasta el día de hoy, atribuyo gran parte de mi supervivencia y felicidad al teatro. Entiendo lo que es ser reconocida por superar los desafíos físicos de estar paralizado, pero también quería ser reconocida por mis habilidades. Ahora sé que, si quería ser aceptada por el mundo, primero tenía que aceptarme a mí misma. Tienes que aprender a organizar tu propia fiesta.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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