Stephen Hawking, físico revolucionario y aclamado autor, muere a los 76 años

Stephen Hawking, el físico británico cuyo cuerpo estaba encadenado a una silla de ruedas por los estragos de una enfermedad neuromuscular degenerativa, pero con una mente que ilustró los límites del universo y más allá, murió el miércoles por la mañana en Cambridge, Inglaterra, confirmó Associated Press. Él tenía 76 años.

Su muerte se debió a complicaciones de la esclerosis lateral amiotrófica, más conocida como enfermedad de Lou Gehrig, que padeció desde los 20 años.

Hawking, cuyas contribuciones a la física teórica se comparan con frecuencia con las de Albert Einstein, fue el profesor Lucasianiano de matemáticas en la Universidad de Cambridge, ocupando el mismo asiento que alguna vez tuvo Sir Isaac Newton. Desde esa posición venerada, cambió la forma en que universos y laicos ven al universo: el primero a través de sus teorías sobre la naturaleza de los agujeros negros y el origen del universo, el último con un libro, “Una breve historia de Tiempo “, que cumplió su ambición al aparecer en los estantes de los quioscos de los aeropuertos de todo el mundo.

Hawking llevaba a cabo complejos cálculos matemáticos en su cabeza debido a su incapacidad física para usar lápices -una hazaña una vez comparada con Mozart anotando toda una sinfonía en su cabeza- y hablaba a través un sintetizador de voz controlado por computadora. Hawking reformuló las ideas básicas sobre el universo no solo una vez, sino en dos ocasiones. Primero ayudó a promover la teoría de que el universo se originó en un “big bang” hace unos 15 mil millones de años, luego revertió el campo y postuló un universo sin principio ni fin.

El campo de Hawking fue la cosmología, la rama de la física que se ocupa del origen, la estructura y la evolución del universo. “Mi objetivo es simple”, dijo Hawking una vez a la revista Science. “Es una comprensión completa del universo, por qué es como es y por qué existe en absoluto”.