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El ataque de los falsos mariachis en Ciudad de México está vinculado a la guerra por territorios de los cárteles

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Los asesinos llegaron en motocicletas a un emblemático lugar de la ciudad: Plaza Garibaldi, centro de la próspera escena musical de mariachis en la Ciudad de México, popular entre turistas y lugareños.

Estaban vestidos con chaquetas bordadas y pantalones de mariachi, pero no vinieron a tocar música.

Todos eran sicarios aparentemente profesionales.

Su asalto armado el viernes 14 de septiembre por la noche, frente a un restaurante de comida rápida en la bulliciosa Plaza Garibaldi, dejó cinco muertos, incluidas dos mujeres y ocho heridos, y sorprendió a la capital en medio de las celebraciones de la independencia mexicana.

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Un video de la plaza en el momento del ataque mostró a la gente escapando de la escena normalmente festiva mientras se escuchaban múltiples disparos silenciando las serenatas.

El domingo, los informes de los medios indicaron que los asesinatos estaban relacionados con una guerra territorial entre dos bandas rivales.

Los responsables del asalto, de acuerdo con las versiones publicadas, fueron asesinos de la Unión de Tepito, llamada así por el notorio barrio de Tepito, centro de tráfico de drogas, extorsión y otras actividades ilícitas.

Los objetivos del asesinato eran miembros de una mafia conocida como la Fuerza Anti-Unión, que ha estado luchando contra el cártel más establecido por el territorio en el centro de la ciudad.

Citando fuentes de “seguridad nacional”, el periódico Milenio dijo que el ataque de la Unión de Tepito estaba dirigido contra el reputado líder de la pandilla rival.

No estaba claro si el presunto capo de la pandilla o alguno de sus asociados se encontraban entre las víctimas. No todas las víctimas habían sido identificadas.

Dos de los asesinados, informó el diario Reforma, eran hermanas que dirigían una tienda de comida rápida en la plaza. El tiroteo tuvo lugar en las cercanías del restaurante.

Las autoridades contaron más de 50 proyectiles en la escena del ataque en el corazón de la capital mexicana.

Los cinco asesinos, según las autoridades, se alejaron velozmente en motocicletas, un escape bien organizado que fue capturado en parte por imágenes de cámaras de circuito cerrado que circularon en los medios.

El audaz asalto se produjo una noche antes de que multitudes se reunieran el sábado en la plaza central de la capital, a poco más de un kilómetro de la Plaza Garibaldi, para escuchar el tradicional grito de “¡Viva México!” del presidente, la culminación de las celebraciones de la independencia.

La ola de violencia del crimen organizado que ha golpeado muchas partes de México ha sido menos pronunciada en la Ciudad de México que en otras regiones. Pero la capital ha visto recientemente un aumento en los homicidios, lo que refleja el incremento de homicidios en todo el país.

Después de los asesinatos en Plaza Garibaldi, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, reiteró su promesa de atacar el aumento de la delincuencia con un nuevo “plan de seguridad” que se dará a conocer en octubre.

López Obrador, quien asume el cargo el 1 de diciembre, fue elegido en julio en una votación aplastante en medio de la insatisfacción pública generalizada con el partido gobernante de México debido al aumento de la criminalidad, la corrupción desenfrenada y una desaceleración económica.

Después del tiroteo, una cinta amarilla de la policía selló la escena del ataque frente a una tienda de comida rápida, en la planta baja de un edificio de dos pisos. Algunos transeúntes dejaron velas para conmemorar a las víctimas.

El sitio está a pocos metros de la estatua de bronce del difunto Javier Solís, un popular cantante mexicano que se representa con un sombrero mexicano de ala ancha.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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