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Cinco hábitos saludables podrían extender su vida por una docena de años o más

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Usted sabe que hacer ejercicio, comer vegetales y dejar de fumar es bueno para su salud, pero un nuevo estudio muestra lo buenos que son esos hábitos en términos de la cantidad de años que pueden agregar a su vida.

Las mujeres estadounidenses que siguieron cinco “factores de estilo de vida saludable” vivieron unos 14 años más que las mujeres que no siguieron ninguno de ellos, según un informe publicado en la revista Circulation, el 30 de abril. Para los hombres, la diferencia fue de aproximadamente 12 años.

Los cinco factores de estilo de vida saludables identificados en el estudio no sorprenden a nadie: llevar una dieta nutritiva, hacer ejercicio al menos 30 minutos al día, mantener un peso saludable, no fumar y beber con moderación.

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La única sorpresa podría ser cuánto pueden beneficiar su calidad de vida estas saludables elecciones.

El mayor provecho fue visto por aquellos que se adhirieron a los cinco factores. Pero seguir cualquiera de ellos se asoció con años extra de vida.

Los investigadores cuantificaron estos beneficios al analizar datos de 78,865 mujeres que se inscribieron en el Nurses Health Study, en 1976; y 44,354 hombres que se unieron al Health Professionals Follow-Up Study, en 1980.

En 2014, 42,167 de estos hombres y mujeres habían muerto, incluyendo 10,689 que murieron de enfermedades cardiovasculares y 13,953 que sucumbieron al cáncer.

El riesgo de muerte no se distribuyó uniformemente entre los participantes del estudio. Después de tener en cuenta factores como la edad, el origen étnico, el uso de vitaminas y el historial familiar de ciertas enfermedades, los investigadores vieron una fuerte correlación entre las elecciones de estilo de vida que las personas hicieron y sus posibilidades de sobrevivir en 2014.

Los hombres y mujeres que tenían 5 de 5 factores de estilo de vida saludables, tuvieron un 74% menos de probabilidad de morir durante el período de estudio que sus contrapartes que tenían 0 de 5.

En particular, los investigadores hallaron que tenían un 65% menos de posibilidades de morir de cáncer y un 82% menos de probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares.

A los 50 años, las mujeres que tenían los estilos de vida más saludables podían esperar vivir hasta los 93 años, 14 años más que las mujeres con estilos de vida menos saludables. Entre los hombres de 50 años, los más saludables podrían esperar vivir hasta los 87 años, 12 años más que sus contrapartes menos saludables.

Sin embargo, solo el 8% de los adultos estadounidenses cumplían con los cinco criterios para una vida sana a partir de 2006, anotaron los autores del estudio. El sobrepeso y obesidad fue el principal obstáculo, agregaron.

En total, aproximadamente la mitad de las muertes prematuras por cáncer y casi tres cuartas partes de las muertes debidas a enfermedades cardiovasculares podrían ser atribuidas a la incapacidad de mantener un estilo de vida saludable, hallaron los investigadores.

Pero no tiene por qué ser así. “La prevención debe ser una prioridad para la política nacional de salud, y la atención preventiva debe ser una parte indispensable del sistema de salud”, escribieron los investigadores.

Los cinco factores:

1. Peso saludable. Se consideró que las personas con un índice de masa corporal en el rango “normal”, entre 18.5 y 24.9, tenían un peso saludable.

Las mujeres que no siguieron ninguno de los factores de estilo de vida saludable tenían un IMC promedio de 29.8, apenas por debajo de la frontera entre el sobrepeso y la obesidad. Los hombres que obtuvieron una puntuación de 0 de 5 en los factores de estilo de vida tenían un IMC promedio de 28.2. En general, cuanto más saludable sea el estilo de vida general de una persona, menor será su IMC.

En comparación con un grupo de referencia de personas con un IMC en el extremo superior del rango normal (entre 23 y 24.9), las personas con un IMC en el rango de sobrepeso (entre 25 y 29.9) tenían un 5% más de probabilidades de morir por cualquier motivo durante el curso del estudio. Las personas obesas con un IMC en el rango de 30 a 34.9 tenían un 25% más de probabilidades de morir, y el riesgo era un 67% más alto para las personas con un IMC superior a 35.

Ser obeso se asoció con un aumento del 12% al 24% del riesgo de morir de cáncer durante el período de estudio, encontraron los investigadores. Pero el mayor peligro para la salud fue la enfermedad cardiovascular. En comparación con el grupo de referencia, los que presentaron sobrepeso tenían un 16% más de probabilidades de morir a causa de esta enfermedad durante el período de estudio. Para aquellos con un IMC entre 30 y 34.9, el riesgo era 66% más alto, y para aquellos con un IMC mayor de 35 el riesgo era más del doble.

2. Ejercicio. Hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio moderado o vigoroso cada día califica como tener una cantidad saludable de actividad física.

Las personas que cumplieron con este objetivo fueron un 56% menos propensas a morir por cualquier causa durante el período de estudio en comparación con las personas que no hicieron ejercicio en absoluto.

Además, sus posibilidades de morir de cáncer eran un 45% más bajas y sus posibilidades de morir de enfermedades cardiovasculares eran un 61% más bajas.

Cualquier cantidad de ejercicio pareció reducir todos estos riesgos. Por ejemplo, aquellos que hicieron entre 3.5 y 5.9 horas de ejercicio moderado a vigoroso por semana, tenían un 50% menos de probabilidades de morir que las personas inactivas. Las personas que hacían ejercicio de 1 a 3.4 horas por semana vieron su riesgo caer en un 44%. Incluso aquellos que hacían ejercicio por menos de 1 hora por semana tenían un 35% menos de probabilidades de morir por cualquier causa mientras los seguían.

3. Fumar. Las personas más sanas en este punto fueron las que nunca habían fumado. En comparación con este grupo, las personas que fumaban al menos 25 cigarrillos por día tenían casi tres veces más probabilidades de morir de cáncer, enfermedad cardiovascular o cualquier otra causa durante el transcurso del estudio.

Los fumadores actuales que consumían menos cigarrillos por día tenían todavía al menos el doble de probabilidad de morir que los que nunca habían fumado durante el período de estudio.

Entre los ex fumadores que dejaron de fumar, el riesgo de muerte por cáncer fue 50% más alto durante el período de estudio, y el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y por cualquier causa fue aproximadamente 40% mayor que para los que nunca lo hicieron.

4. Alimentación saludable. Una dieta saludable es calificada en el 40% superior, según el Índice Alterno de Alimentación Saludable. Según este criterio, los puntajes más altos corresponden a las personas que comen al menos cinco porciones de verduras y cuatro porciones de fruta por día, junto con al menos una porción de nueces o legumbres, sin carne roja o bebidas azucaradas y un mínimo de sodio, entre otras cosas.

En comparación con los hombres y mujeres cuyos puntajes AHEI los colocaron en el 20% inferior, aquellos en el 20% superior tenían un 37% menos de probabilidades de morir por cualquier motivo durante el período de estudio. Aquellos en el segundo grupo más alto tenían un 30% menos de probabilidades de cumplir con esto.

En comparación con el grupo de línea de base con los puntajes más bajos de AHEI, aquellos en el grupo superior tenían un 30% menos de probabilidades de morir de cáncer y un 3% menos de probabilidades de morir de enfermedad cardiovascular durante el transcurso del estudio. Las personas en el segundo grupo más alto vieron estos riesgos caer en un 24% y un 25%, respectivamente.

5. Consumo moderado de alcohol. Para ser considerado un bebedor moderado, la opción más saludable, las mujeres deben consumir entre 5 y 15 gramos de alcohol por día. Para los hombres, el rango ideal fue entre 5 y 30 gramos por día.

Los hombres y las mujeres que bebían más de 30 gramos de alcohol por día tenían un 25% más de probabilidades de morir por algún motivo comparados a sus pares moderados. Además, su riesgo de morir de cáncer fue 21% más alto y su riesgo de morir de enfermedad cardiovascular fue 17% mayor. Curiosamente, los hombres y mujeres que se abstuvieron totalmente del alcohol tenían un 27% más de probabilidades de morir por cualquier causa durante el período de estudio que los bebedores moderados. Eso fue similar al riesgo para los bebedores más fuertes.

Entre los abstemios, el aumento en la mortalidad por todas las causas parecía estar alimentado por su mayor riesgo de muerte debido a enfermedad cardiovascular, que fue 49% más alta que para los bebedores moderados durante el período de estudio.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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