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En un mercado laboral en auge, los trabajadores no renuncian, simplemente ‘desaparecen’

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Según los economistas, los trabajadores están empezando a actuar como los millennials en Tinder: abandonan sus trabajos sin siquiera enviar un solo mensaje de texto.

“Varios contactos afirmaron que habían sido víctimas de un ‘empleado fantasma’ (ghost, en inglés), una situación en la que un trabajador deja de trabajar sin previo aviso y luego es imposible contactar”, señaló el Banco de la Reserva Federal de Chicago en el informe Beige Book de diciembre, que rastrea las tendencias de empleo.

Faltan datos nacionales sobre estos ‘fantasmas’ económicos. El término, que normalmente se aplica al mundo de las citas, apareció por primera vez en Dictionary.com en 2016. Pero las empresas de todo el país señalan que las salidas silenciosas de los trabajos van en aumento.

Los analistas culpan al mercado laboral cada vez más estrecho de Estados Unidos. Las ofertas de trabajo han superado el número de solicitantes por ocho meses consecutivos, y la tasa de desempleo se mantiene en un punto mínimo de los últimos 49 años, de 3.7%, desde septiembre pasado.

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Conserjes, baristas, soldadores, contadores, ingenieros, todos tienen demanda, detalló Michael Hicks, economista laboral de Ball State University, en Indiana. Por ello, más personas pueden optar por omitir las conversaciones difíciles y deslizarse hacia el siguiente paso.

“¿Por qué molestarse con un jefe y un montón de papeleo de renuncia cuando, literalmente, todo el mundo está contratando?”, cuestionó.

Los reclutadores en la firma mundial de personal Robert Half notaron un aumento del 10% al 20% en las desapariciones fantasmas en el último año, afirmó el presidente del distrito D.C., Josh Howarth. Los solicitantes faltan a las entrevistas, los nuevos empleados no se presentan, los trabajadores se van una noche y nunca vuelven.

“Parece que alguien tiene un alto nivel de interés, y luego desaparece”, relató el experto.

Durante el verano, los problemas que escuchó de los clientes surgieron en su propia vida. Una candidata a un puesto de reclutadora pidió un día para reflexionar sobre la oferta, alegando que quería discutir los términos con su cónyuge. Después de eso, dejó de comunicarse.

“Para ser justos”, indicó Howarth, “algunas personas podrían tener tantas oportunidades para considerar, que honestamente lo olvidan”.

Keith Station, director de relaciones comerciales en Heartland Workforce Solutions, que conecta a buscadores de empleo con empresas en Omaha, señaló que los trabajadores en su área tienen más probabilidades de abandonar puestos de servicio con bajos salarios. “La gente simplemente desaparece de la faz de la Tierra”, dijo respecto del área, cuya tasa de desempleo es especialmente baja (2.8%).

Algunos empleadores en Nebraska tratan de captar los turnos sin cubrir ofreciendo programas de aprendizaje que garanticen aumentos y capacitación adicional con el tiempo.

“Entonces uno desea quedarse allí y ver crecer su salario”, expuso Station.

Otras empresas de reclutamiento apuntan a soluciones de China, donde el efecto fantasma despegó durante el crecimiento explosivo de la última década.

“Generalmente hacemos dos ofertas por cada trabajo, porque alguien no se presentará”, indicó Rebecca Henderson, directora ejecutiva de Randstad Sourceright, una firma de adquisición de talentos. Y si ambos contratados se quedan, detalló, sus clientes multinacionales están felices de ampliar su personal.

Si bien la tendencia de los trabajadores fantasma en Estados Unidos aún no requiere ese nivel de planificación de respaldo, los consultores instan a los empleadores a establecer relaciones significativas en cada etapa del proceso de contratación.

Alguien que se siente comprometido en una empresa tiene menos probabilidades de rebotar, señalaron Melissa y Johnathan Nightingale, que han escrito sobre liderazgo y gestión disfuncional. “Los empleados dejan los trabajos que apestan”, afirmaron en un correo electrónico. “Trabajos donde son abusados. Trabajos donde no les importa la tarea que hacen. Y mientras menos comprometidos estén, menos necesidad tendrán de avisar a sus jefes”.

Algunos empleados son simplemente jóvenes e inquietos, expresó James Cooper, exgerente del Old Faithful Inn en el Parque Nacional Yellowstone, donde la gente ‘desaparecía’ con regularidad.

Algunos de sus empleados eran estudiantes universitarios que vivían en dormitorios del parque durante el verano.

“Mi favorito”, relató, “fue un chico que dejó una nota en el suelo de su dormitorio, que decía: Lo siento, hermanos, tuve que desaparecer”.

Otros ‘fantasmas’ describen haber sentido una voz interior que simplemente les dice: no.

Zach Keel, un camarero de 26 años en Austin, Texas, sintió la llamada en 2017 para huir de una combinación de cine y bar al darse cuenta de que tendría que limpiar el lugar hasta el amanecer. Siempre habría más trabajo a la vuelta de la esquina, pensó. “No llamé”, reconoció Keel. “No me presenté. Pensé: no tiene sentido sentirse culpable por algo que no es un problema tan grande. La rotación es muy alta, de todos modos”.

Paquette escribe para el Washington Post.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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