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No hay riesgo de salud por el incendio de Woolsey que afectó un sitio de pruebas nucleares, según funcionarios estatales

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El Departamento de Control de Sustancias Tóxicas del estado, que supervisa una limpieza de la antigua instalación de prueba de motores de cohetes e investigación nuclear en Simi Hills, cerca de Chatsworth y Simi Valley, dijo que los bomberos creían que el incendio “no presentaba ningún riesgo más que los que normalmente están presentes en una situación de incendio forestal”.

Una declaración del departamento emitida a la 1:30 am del viernes 9 de noviembre, horas después de que el incendio llegara a esa área, dijo que los científicos y toxicólogos del estado “no creen que el incendio haya provocado la liberación de materiales peligrosos que representen un riesgo para las personas expuestas al humo”.

Kai Vetter, profesor de ingeniería nuclear en la Universidad de California en Berkeley, dijo que el peligro potencial de cualquier material radioactivo propagado en el aire por el fuego sería superado por los efectos del humo y las partículas sobre la salud.

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“Aunque existe la posibilidad de que los materiales radiactivos, puedan dispersarse a través del fuego y la columna de humo, se espera que el riesgo de efectos en la salud debido a la radiación sea pequeño”, dijo Vetter.

Pero esas garantías no han atenuado las preocupaciones de los grupos de vigilancia y los ambientalistas, que temen que el fuego disperse materiales radioactivos, carcinógenos y otros contaminantes presentes en el sitio debido a décadas de pruebas de motores de cohetes, derrames químicos tóxicos y una fusión nuclear parcial en 1959.

“El fuego de Woolsey probablemente liberó y propagó la contaminación química y radiológica que se produjo en el suelo y la vegetación de la SSFL a través del humo y la ceniza”, dijo el doctor Bob Dodge, presidente de Physicians for Social Responsibility-Los Angeles.

Los miembros de la comunidad y los grupos de defensa han criticado durante mucho tiempo a las autoridades estatales y federales por actuar lentamente y no limpiar el sitio de 2,850 acres, una vez conocido como Rocketdyne.

En 2007, el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas del estado firmó una orden de consentimiento según la cual Boeing, la NASA y el Departamento de Energía debían completar una limpieza del sitio para 2017. Hay planes para demoler edificios y reparar el suelo contaminado y el agua subterránea. Pero más de una década después, la limpieza no ha comenzado.

El Departamento de Control de Sustancias Tóxicas dijo en una declaración a última hora del lunes que su personal accedió al sitio el sábado por la mañana para evaluar los daños y “confirmó que las instalaciones de la SSFL que anteriormente manejaban materiales radiactivos y peligrosos no se vieron afectadas por el incendio”.

“Durante el fin de semana, nuestro equipo compuesto de múltiples agencias tomó medidas de la radiación y compuestos peligrosos, tanto en el sitio como en la comunidad circundante”, dijo el departamento.

“Los resultados de esta ronda inicial de pruebas no mostraron niveles de radiación por encima de los niveles normales, y no hay niveles elevados de compuestos peligrosos distintos de los que normalmente están presentes después de un incendio forestal”.

El estado dijo que llevaría a cabo pruebas adicionales de suelo y aire durante los próximos días “para mayores precauciones”.

Una portavoz de Boeing, responsable de una parte del sitio, dijo en un correo electrónico el lunes 12 que “las estimaciones preliminares muestran que más de la mitad de la propiedad de Boeing en Santa Susana fue quemada, sin embargo, estas evaluaciones indicaron que no se dañaron estructuras importantes”.

Un portavoz del Distrito de Administración de la Calidad del Aire de la Costa Sur dijo que había distribuido máscaras contra el polvo a algunos residentes que se encontraban en la dirección del viento de los incendios forestales, pero no realizó ningún monitoreo especial de contaminantes del aire en las instalaciones de Santa Susana.

Esa agencia remitió las preguntas al departamento de tóxicos del estado y al vecino Distrito de Control de Contaminación del Aire del Condado de Ventura. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos también remitió preguntas al departamento de tóxicos.

Los grupos de vigilancia, mientras tanto, pidieron mayor transparencia y acusaron a las autoridades de subestimar el riesgo para el público.

“Debería haber un control radioactivo y químico inmediato”, dijo Daniel Hirsch, presidente del Committee to Bridge the Gap, que ha monitoreado la seguridad nuclear en el sitio durante décadas. “Este es uno de los sitios más contaminados del país, con una gran cantidad de material radioactivo”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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