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Los escándalos provocan una caída en la recaudación de fondos en USC

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La USC, conocida a nivel nacional por su energética recaudación de fondos, sufrió una fuerte caída de las contribuciones en la segunda mitad de 2017, período en el cual los escándalos sacudieron su escuela de medicina.

La contabilidad interna revisada por The Times muestra que las donaciones a la universidad disminuyeron casi $100 millones entre julio y diciembre del año pasado, en comparación con el mismo período de 2016. Esto representa un descenso del 22%, que se acentuó gravemente en la Escuela de Medicina Keck, donde las donaciones cayeron un 55%, o aproximadamente $45 millones de dólares.

Dos semanas después del inicio del período contable, el 1º de julio, The Times informó que el exdecano de Keck, Carmen Puliafito, había usado metanfetamina y otras drogas mientras dirigía la facultad de medicina y atendía pacientes en la clínica oftalmológica del campus. La USC posteriormente reconoció que el presidente de la entidad, C. L. Max Nikias, había mantenido a Puliafito -un prolífico recaudador de fondos- en el cargo a pesar de años de quejas por parte del profesorado y personal acerca de su comportamiento.

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En el otoño, Puliafito se vio obligado a renunciar como decano después de que The Times descubriera que la USC había resuelto mediante un acuerdo una demanda de acoso sexual en su contra, y el principal recaudador de fondos de la universidad para su programa de ciencias de la salud se alejó en medio de acusaciones de acoso a sus subordinadas.

La USC descartó la importancia de la baja recaudatoria, atribuyéndola a las fluctuaciones normales en las donaciones. Los administradores negaron que estuviera relacionada con los escándalos y señalaron que la relación entre los líderes universitarios y los principales benefactores sigue siendo sólida. “Una cantidad ligeramente inferior de contribuciones en este período no evidencia un descenso a más largo plazo”, indicó un portavoz de la universidad.

Dos empleados de la USC que tratan regularmente con los contribuyentes afirmaron que algunos donantes habituales no respondieron sus llamadas, mientras que otros aportaron menos de lo habitual. Según los empleados, que hablaron bajo condición de anonimato, los donantes dijeron que se habían sentido desalentados por los escándalos consecutivos.

“Lo que estamos escuchando es que la brújula moral de la organización no se ajusta a la de ellos”, aseguró un empleado. Otro describió a los donantes como “bastante molestos” por la forma en que los líderes universitarios respondieron a la crisis. “Dicen: ‘¿Qué está sucediendo en los más altos niveles?’”, expresó el empleado.

Varios administradores universitarios se negaron a hacer comentarios. El grupo de 57 miembros, que incluye a algunas de las personas más ricas y poderosas de California sostuvieron una reunión este miércoles.

El principal recaudador de fondos de la USC, Albert Checcio, defendió lo que llamó “uno de los programas de avance más exitosos en la educación superior”. “Sugerir que a USC o a la Escuela de Medicina Keck les cuesta recaudar fondos es totalmente equivocado”, destacó en un comunicado Checcio, vicepresidente sénior de avance universitario. “El momento de las contribuciones fluctúa a lo largo del año, y cualquier punto único en el tiempo no es una proyección precisa de cuánto obtendrá la universidad, especialmente en una campaña de varios años”.

La disminución en las donaciones se produce mientras la USC enfrenta costos crecientes debido a los escándalos de la escuela de medicina. La universidad contrató a una exfiscal federal de uno de los bufetes de abogados más importantes de la nación para dirigir una investigación que ha durado más de seis meses, y contrató a un exejecutivo de Sony para que se desempeñe como consultor de comunicaciones de crisis.

Otro posible costo es un potencial acuerdo con la familia de una joven que sufrió una sobredosis de drogas mientras festejaba con Puliafito. La familia de Sarah Warren contrató al abogado de alto perfil Mark Geragos, el año pasado, para negociar un pago por parte de la USC. Ni él ni los miembros de la familia han devuelto las llamadas de los periodistas desde noviembre pasado. Cuando se le preguntó si había un acuerdo, un portavoz de la USC, Christian Gunning, respondió en un correo electrónico: “No vamos a hablar sobre los Warren”.

En los últimos meses, la USC lanzó una campaña de austeridad, llamada Project Renewal. Se espera que los administradores de cada departamento escolar y universitario reduzcan los gastos en aproximadamente un 5% en tres años.

El vocero de la casa de estudios indicó que la entidad está en una “posición financiera sólida” y que el programa de ahorro de costos es una práctica empresarial “normal y responsable”, que tomó forma mucho antes de los escándalos de Keck.

La recaudación de fondos fue clave para el ascenso de la USC en el ranking académico y de prestigio en las últimas dos décadas. La universidad tiene unos 450 empleados dedicados a la recaudación de fondos a tiempo completo, y el calendario de Nikias está lleno de viajes internacionales y nacionales donde corteja a exalumnos, padres y otros posibles donantes, a veces en compañía de la banda de música de la escuela.

Una piedra angular de la recaudación de fondos es una campaña de $6 mil millones lanzada en 2011, que luego se describió como la mayor medida de ese tipo en la historia académica. La universidad recolectó obsequios y promesas de contribuciones futuras hasta superar la meta unos 18 meses antes de lo previsto, según la USC. Los administradores le otorgaron a Nikias un bono de $1.5 millones por única vez hace tres años, en parte por el “progreso excepcional” alcanzado en la campaña, de acuerdo con las declaraciones de impuestos federales.

Cuando Puliafito era decano de la facultad de medicina, promocionaba regularmente su éxito para atraer donaciones multimillonarias de exalumnos y otros benefactores. En el año fiscal 2015, Keck recaudó “casi $200 millones”, según el boletín informativo del decano, de octubre de ese año. El exdecano renunció en marzo de 2016. La recaudación total de fondos para la escuela de medicina durante el año fiscal 2016 no estuvo disponible de inmediato, pero en el siguiente recibió más de $148 millones, según documentos internos.

David Callahan, editor de Inside Philanthropy y autor de “The Givers”, que examina la influencia de los megadonantes, destacó que el descenso en la recaudación de fondos en la USC podría ser “un mal sabor de boca a corto plazo para la gente”, o algo más significativo. “Podemos imaginar que algunos donantes perdieron la fe en la institución”, dijo Callahan. Cuando esas dudas se infectan, agregó, algunas universidades buscan un nuevo liderazgo.

Aun así, expuso Callahan, los patrones de contribuciones pueden oscilar y un puñado de grandes donaciones podrían eliminar el déficit por completo.

En su declaración, la USC dijo que había varias “donaciones significativas en camino”, que eventualmente cerrarán la brecha de recaudación para Keck.

Callahan destacó que la USC podría trabajar para reconstruir la confianza con los donantes al ser transparente sobre cómo la universidad lidió con Puliafito.

Los administradores comisionaron ese informe, pero aún no han publicado ninguno de sus hallazgos. El verano pasado, la universidad contrató a la exfiscal estadounidense Debra Wong Yang, de la firma de primera línea Gibson, Dunn & Crutcher, para que lidere una investigación sobre la conducta de Puliafito como decano y la respuesta de la universidad.

Algunos profesores y personal de Keck se sometieron a rondas de entrevistas por parte del equipo de Yang durante el verano y el otoño, pero los líderes de la universidad no han hablado sobre los descubrimientos de los abogados. Los administradores han sido informados regularmente sobre la investigación, pero se han negado a decir si alguno de sus hallazgos se hará público.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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