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China busca una nueva forma de proteger a sus hijos: la educación sexual

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Cincuenta estudiantes de escuela primaria se apiñaron en un salón estropeado en Tongxin Experimental, una escuela para niños de trabajadores migrantes en las afueras de Beijing. La mayoría de los días estudian matemáticas, ciencias, historia y otras materias obligatorias del gobierno.

Pero los viernes, aprenden sobre sexo. La lección de hoy: cómo prevenir las agresiones sexuales.

“Si un amigo de internet te pide conocerte solo en persona, ¿qué le vas a decir?”, preguntó la profesora, Li Xueyan, representante de la industria farmacéutica, de unos 30 años de edad. Li, maestra de tiempo parcial, se ofrece voluntariamente los viernes para trabajar en Xixi Garden, una organización no gubernamental (ONG), con sede en Beijing que enseña educación sexual en escuelas chinas de bajos ingresos.

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“¡No!”, gritaron los estudiantes al unísono.

El mes pasado, China se vio sacudida por múltiples escándalos de abuso sexual en el jardín de infantes, incluido uno particularmente desgarrador en el jardín Red Yellow Blue, de Beijing. Los detalles del caso, que involucran pastillas para dormir y revisiones de salud sospechosas, desencadenaron una polémica nacional y una rara ira pública. Muchos chinos se preguntaron cómo se podía prevenir el abuso.

Después de que una investigación oficial concluyó que no hubo abuso sexual, los padres parecen estar tomando el asunto en sus propias manos. La educación sexual es testigo de una ola de renovado interés. Los libros de texto de salud sexual vuelan de los estantes; los padres han inundado los cursos en línea sobre cómo hablar con los niños de sexo. En una sociedad con poca confianza en las instituciones públicas, los padres parecen estar haciendo un cálculo simple: si no se puede eliminar el abuso sexual, es mejor evitarlo.

Han Xuemei, fundadora de Xixi Garden, supervisa una organización que opera en docenas de escuelas del área de Beijing y brinda educación sexual a más de 9,000 estudiantes de escuelas primarias de esa ciudad, principalmente en las áreas más pobres. Después de que se hicieron públicos los escándalos del jardín de niños, el mes pasado, relató Han, las escuelas comenzaron a contactarla para establecer programas. “Después de Red Yellow Blue, la gente comenzó a prestarnos mucha más atención”, afirmó. “Varios jardines de infantes nos pidieron que ayudemos a entrenar a sus maestros”.

Debido en parte a los tabúes culturales de larga data sobre el sexo y la reproducción, China no tiene un plan de estudios de educación sexual a nivel nacional. Como resultado, la educación sexual varía ampliamente de una escuela a otra, y muchos estudiantes no reciben ninguna educación al respecto. En muchas áreas, especialmente en las regiones más pobres o fuera de las principales ciudades, programas como Xixi Garden ofrecen la única educación sexual que los estudiantes recibirán en sus vidas.

“Mientras crecía, no tenía la menor idea de lo que realmente significaba el sexo”, narró Liu Yang, de 33 años, profesor de una escuela privada en Beijing. “Lo aprendí del cine”.

El gobierno chino dio pasos tentativos para mejorar la educación sexual. En 2008, el Ministerio de Educación emitió un conjunto de directrices sobre “Educación en salud sexual”, que estipula que los estudiantes de primer y segundo grado deben aprender sobre el embarazo y “de dónde vienen los bebés”. En 2011, el Consejo de Estado, gabinete de China, emitió el “Esquema del desarrollo infantil chino 2011-2020”, que ordena a las escuelas incluir lecciones sobre sexo y reproducción en el plan de estudios obligatorio.

Sin embargo, los expertos dicen que muchas escuelas aún tienen que avanzar para integrar el sexo en el plan de estudios. “Hay algunas ONG que funcionan, algunos profesores que están interesados en hablar de ello. Pero en realidad son muy limitados en alcance y escala”, destacó Lily Liu, directora de Marie Stopes International China, que brinda servicios de salud sexual, reproductiva y educación.

Los padres han sido una gran fuente de resistencia. En marzo de este año, un nuevo libro de texto de educación sexual chino, “Treasure Your Life”, atrajo la controversia de los padres por su franca discusión sobre los órganos sexuales masculinos y femeninos. Sus dibujos de una pareja adulta teniendo sexo circularon ampliamente en internet. En un país que prioriza el recato y se considera pudoroso, muchos vieron el libro como grosero o vergonzoso. A otros les preocupaba que el libro pudiera desorientar a los niños.

“Muchos padres no confían en sus propios hijos”, consideró Han. “Piensan que si les enseñas sexo a los niños, lo probarán. Les preocupa que ello acelere su desarrollo sexual”.

En respuesta a la controversia, los editores del libro enfatizaron su papel en la prevención de los ataques. En una sección titulada “¿Por qué hicimos esto?” citaron estadísticas sobre agresiones sexuales a niños, desglosadas por la edad de la víctima. Entender los órganos sexuales, escribieron los autores, era una forma de prevenir el abuso.

“Esperamos que este libro de texto les permita a los pequeños… respetarse a sí mismos y a los demás, reconocer los peligros y usar medidas apropiadas para protegerse”.

Los padres han respondido. El mes pasado, “Aprender a protegerse”, subtitulado “Enseñar a los niños cómo evitar el abuso sexual”, llegó a la lista de los 10 mejores vendidos en Dangdang.com, un vendedor chino de libros para niños. Permaneció allí durante tres semanas.

“Después del incidente de Red Yellow Blue, me apresuré a comprarle a mi hijo un libro sobre educación sexual”, dijo Weng Limin, de 45 años, madre en Shanghai. “Como dicen: ‘Puede preocuparse de que su hijo sea demasiado pequeño para la educación sexual, pero un criminal no tendrá el mismo reparo’”.

Los medios estatales chinos parecen haber respaldado el movimiento. A fines de noviembre, el China Daily publicó un artículo titulado: “La educación sexual es necesaria en todas las escuelas, señalan los expertos”. Unos días más tarde, el periódico estatal Global Times publicó una nota titulada “La educación sexual gana reconocimiento entre los padres chinos”.

“Enseñar a los niños sobre el sexo, que tradicionalmente ha sido un tema tabú y embarazoso para muchos padres en China, ahora está saliendo del armario”, decía el artículo del Global Times.

Para Han, renovar la atención al sexo es una bendición mixta. Ella acoge con satisfacción un mayor interés en la educación sexual, pero también teme que se convierta en sinónimo de prevención de abuso. Durante años, Xixi Garden ha intentado equilibrar la prevención del asalto sexual con la atención a todos los aspectos de la vida sexual, incluido su potencial para alimentar las relaciones saludables.

“Muchos padres quieren que asustemos a los niños, para enfatizar cuán terrible es el sexo, cuán peligrosa es nuestra sociedad”, expuso Han. “Pero si usamos tácticas de miedo, eso podría afectarlos más adelante en la vida. Un día querrán casarse, sentir amor. Si creamos la idea de que el sexo es feo y horrible, ¿cómo enfrentarán su futuro matrimonio? ¿a su futuro compañero?”, se preguntó.

Sin embargo, a medida que los repetidos escándalos sexuales convulsionan a la sociedad china, es difícil evitar el enfoque en el abuso. Independientemente de si los perpetradores son llevados ante la justicia o si el sistema se reforma, la desconfianza hacia las instituciones públicas es profunda. Los padres toman las medidas necesarias para proteger a sus hijos de daños. “Actuaste de forma muy valiente; el tío Wang no debería haber tratado de tocarte”, le dice una madre a su hija en una lección del libro de texto de Xixi Garden, acunando el brazo de la niña en su mano. “A partir de ahora, mantente lejos de él”.

DeButts es un corresponsal especial.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer este artículo en inglés, visite:

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