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Buscan mejorar el rendimiento de los estudiantes negros en San Francisco

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Los estudiantes negros en San Francisco estarían mejor en casi cualquier otro lugar de California. Muchos asisten a escuelas segregadas, y la mayoría de los alumnos negros, latinos y de las islas del Pacífico no alcanzaron los estándares de nivel de grado en las recientes pruebas de matemáticas o inglés del estado.

Un líder local de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) pidió que se declare un “estado de emergencia” para el logro académico de los estudiantes negros, un problema que la junta escolar de la ciudad reconoció. “El tema no puede reducirse a una enfermedad o una cura”, expresó el reverendo Amos C. Brown, presidente de la sede de NAACP en San Francisco. “Los estudiantes negros han sido poco exitosos. Están viviendo en situaciones tóxicas. Es increíble que les haya ido tan bien hasta ahora, pero es criminal que los niños sofisticados de la progresista San Francisco se estén desempeñando en estos niveles”.

Pero, ¿la solución es arreglar lo que está roto o comenzar todo desde cero? Responder a esa pregunta desató un acalorado debate político en el norte de California.

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La estrategia del distrito apunta a cambiar la instrucción, la contratación, la cultura escolar e infundir la creencia de que todos los niños pueden aprender. Se espera que Vincent Matthews, superintendente del Distrito Escolar Unificado de San Francisco desde mayo, presente una estrategia detallada de mejoras a principios del nuevo año. Pero un plan opuesto, de una polémica organización sin fines de lucro llamada Innovate Public Schools, exige comenzar desde cero nuevas escuelas, públicas o charter.

Durante décadas, los habitantes de San Francisco han llamado la atención sobre la brecha de rendimiento. Después de una demanda de la NAACP con respecto a la discriminación, la ciudad introdujo un decreto de acuerdo extrajudicial de 1983 que ordena la desegregación. Desde entonces, el distrito modificó sus reglas de asignación escolar.

Más recientemente, un grupo de organizadores de Innovate, que ha creado algunas escuelas charter en el Área de la Bahía de San Francisco y recibe dinero de la Walton family Foundation, ha convocado a padres de familia y llamado mayor atención sobre el problema.

En septiembre pasado, Innovate publicó un informe que hizo sonar la alarma sobre la brecha de rendimiento en San Francisco, y pidió que la ciudad cree nuevas escuelas como solución. Los organizadores y padres de Innovate realizaron una conferencia de prensa en el exterior del Ayuntamiento y organizaron una reunión con Matthews.

En la ronda más reciente de pruebas, el 87% de los estudiantes afroamericanos del Distrito Escolar Unificado de San Francisco obtuvieron un rendimiento por debajo de los estándares en matemáticas, al igual que el 79% de los estudiantes latinos y el 78% de los isleños del Pacífico. El 96% de los distritos en California que trabajan con alumnos negros obtuvieron mejores puntajes de lectura para estudiantes afroamericanos de bajos ingresos que San Francisco, descubrió Innovate. Muchos estudiantes de minorías asisten a escuelas que se concentran muy racialmente, en vecindarios como Bayview-Hunters Point, con altas tasas de rotación de personal y profesores relativamente inexpertos. Estos factores, de acuerdo con un informe reciente del distrito, producen “una forma de segregación académica que puede ser sumamente difícil de superar”.

Después de décadas de gentrificación y desplazamiento por parte de los trabajadores de la tecnología, las familias negras se están mudando: en el año escolar 1998-1999, los estudiantes afroamericanos comprendían el 16% de los alumnos totales del SFUSD, comparado con el 7% registrado el pasado año escolar.

Algunos padres se sorprendieron al ver estas estadísticas: individualmente, sabían que había problemas, pero no se daban cuenta de que éstos sumaban a un todo mayor. Los pobres resultados educativos contrastan marcadamente con la reputación que la ciudad ha construido como un centro de innovación tecnológica en el país.

Ha funcionado mal durante mucho tiempo”, afirmó Geraldine Anderson, una madre de tres hijos que vio cómo las escuelas locales reducían las horas de un niño a otro. “Veo que las empresas de tecnología de la información vienen a San Francisco y que ingresa tanto dinero a la ciudad, pero nuestros hijos no podrán vivir aquí ni participar”.

Innovate halló defensores en los padres que luchan por encontrar una educación adecuada. Cyn Bivens, una nativa de Los Ángeles, relató que creció con calificaciones ‘F’ y sintió que sólo la pasaban de un grado al siguiente. La mujer sintió que su generación, a la cual se le permitió una educación igualitaria por primera vez después de Brown vs. la Junta de Educación, creció sin saber cómo es estar bien educado. Para su hija, ella deseaba algo diferente. Por ese motivo se mudó a San Francisco. Envió a la niña a una escuela pública y se sorprendió al enterarse de que una maestra de jardín de infantes le hizo mostrar el pañal a la niña frente a toda su clase. “La avergonzó y la humilló”, aseveró Bivens. Más tarde, se enteró de que otra maestra había tomado a su hija por el cuello. Entonces la trasladó a una escuela charter, que le pareció mejor pero no lo suficientemente buena. “Es un poco mejor, pero todavía no es suficiente”, dijo.

Como niñera de residentes acomodados de San Francisco, que trabajan en tecnología, inversión y medicina y envían a sus hijos a escuelas privadas, Vanessa Martínez se mueve entre los distintos mundos de la ciudad. Se mudó a San Francisco cuando tenía 14 años, se casó a los 20 y tiene dos hijos. Ella también sacó a su hijo de una escuela pública y lo incorporó a una charter, pero no está satisfecha.

En ambas escuelas, Martínez ha tenido problemas para que su hijo, Arthur, de 13 años, reciba la instrucción de lectura que necesita. “Está tan atrasado que es difícil llegar al mismo nivel que los otros niños”, afirmó. Arthur creció hablando inglés, pero todavía se lo clasifica como aprendiz. Ahora, la mujer busca una buena escuela secundaria que pueda ayudarlo, pero no la encuentra. “No tenemos el dinero para pagar una institución privada”, dijo. “Fui a ver todas las preparatorias públicas, y ni siquiera una es buena; los niños no están aprendiendo”.

Su esposo, nativo de San Francisco, tuvo algunos de los mismos maestros que Arthur. “Mucha gente viene aquí en pos de mejores oportunidades. Facebook está aquí”, consideró Martínez. “Nuestros hijos, toda nuestra historia familiar está aquí. No necesitamos más personas foráneas… Necesitamos niños que puedan estar listos para el trabajo”.

Poco después de que Innovate publicara su informe, los críticos dijeron que el grupo se aprovechó de los padres de familia para apoyar los planes de las charter en crecimiento. “Parecen pensar que... la única solución son las escuelas nuevas, las charter”, reflexionó Matthews. Como superintendente en San José, Matthews vio el apoyo de Innovate a las charter. También mantuvo reuniones con padres organizadas por Innovate en ambos distritos y dijo que “encontró fascinante” que estos, en ambos lugares, “tuvieran exactamente el mismo guión”.

Los funcionarios de Innovate sostienen que apoyan a las buenas escuelas, ya sean públicas o charter. “El modelo es comenzar nuevas escuelas... y dejar que el director contrate el equipo soñado”, afirmó Matt Hammer, fundador y director ejecutivo de Innovate. En cuanto a los críticos, dijo, “están desviando el foco del problema y centrándolo en un par de nuestros patrocinadores”.

Matthews busca atacar la brecha de rendimiento mediante la mejora de la calidad de su fuerza laboral, asegurándose de que los maestros puedan atender a diferentes tipos de alumnos dentro del mismo salón de clases y garantizando que los estudiantes y los docentes vean los logros como algo que puede crecer, en lugar de ser un punto fijo. Mantiene una estrecha vigilancia sobre las escuelas que parecen tener éxito pero que fallan a grupos específicos de estudiantes. “Si esos alumnos tienen éxito, ¿por qué los alumnos afroamericanos no triunfan allí?”, se preguntó. “Estamos haciendo todo lo posible para mantener a los maestros de alta calidad en nuestro sistema” y brindar capacitación “culturalmente relevante”.

Matthews no está seguro de si querrá dar pie a nuevas escuelas. “No creo que haya una sola solución”, consideró. El presidente de la junta escolar, Shamann Walton, se negó a hacer comentarios.

El problema ha dividido a la comunidad, incluyendo al clero local y los miembros de la NAACP, que ha pedido una moratoria nacional para las charter -algo que Brown, el presidente de la sede de San Francisco, apoya-. Pero otro pastor y miembro de la NAACP, Arelious Walker, llegó a la conclusión de que el vecindario de Bayview necesita escuelas charter. “¿Por qué después de 70 años no nos hemos mudado? Las academias charter tienen la solución”, dijo. “Conozco la NAACP y su postura nacional, y no estoy de acuerdo con ellos”.

Matthews aseguró que continuará hablando con los padres y el personal a medida que desarrolle su plan. “Lo que vamos a hacer es seguir avanzando”, dijo. “Cosas como Innovate y terceros se sumarán; voy a presentar el plan a nuestro distrito”.

En tanto, los padres de familia están impacientes. “Saben que hay una brecha en el rendimiento”, afirmó Cynthia Segura, una madre. “A ellos les da lo mismo: no son quienes viven el problema”.


Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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