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La persistencia de una estudiante de UC Berkeley ayudó a flexibilizar las reglas para obtener la matrícula estatal

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Ifechukwu Okeke pensó que sería una candidata segura para la matrícula de residentes del estado cuando fuera admitida en UC Berkeley, en el otoño de 2016.

En 2012 se había mudado a Estados Unidos desde Nigeria para asistir a Chaffey College, en Rancho Cucamonga. Cuando su transferencia fue aceptada por la Universidad de California (UC), donde quería estudiar biología molecular y celular, la joven llevaba cuatro años en California. Tenía una licencia de conducir del estado, cuenta bancaria y registros de alquiler como prueba.

UC Berkeley, sin embargo, dictaminó que no era residente, lo cual significaba que debía pagar casi $27,000 más.

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La universidad afirmó que Okeke no cumplió con el requisito de demostrar que había sido económicamente independiente de sus padres, que viven fuera del estado, durante al menos dos años. Solo había presentado una declaración de impuestos de un año, pero UC Berkeley requería de dos.

Okeke se quedó muy sorprendida. Sin suficiente dinero para la matrícula de no residente, se vio obligada a retirar su solicitud. Sin embargo, comenzó a aparecer en las reuniones de los regentes de la Universidad de California, para defender su caso una y otra vez.

El esfuerzo puede haber parecido quijotesco, pero las autoridades universitarias escucharon su historia. La semana pasada, aprobaron por unanimidad un cambio clave que ayudará a las personas en su situación, y que entrará en vigor en el año académico 2019-2020.

“No puedo creerlo”, afirmó Okeke, ahora de 21 años. “Tengo sentimientos encontrados sobre cuánto tiempo tomó, pero también un gran júbilo porque la presión estudiantil sí genera una diferencia”.

Los regentes de la UC no cambiaron dos requisitos estatales básicos para la residencia. Los alumnos deben vivir en California por más de un año. También deben demostrar que pretenden que el estado sea su hogar principal y permanente, a través de documentos como declaraciones de impuestos de California y licencias de conducir.

Pero la UC ahora se conformará con la ley estatal y requerirá que los estudiantes menores de 24 años comprueben un año de independencia de sus padres, no dos.

Los funcionarios de la UC no estaban seguros de cuántos alumnos recibirían ayuda. Christopher Carter, director de apoyo financiero estudiantil, dijo que aproximadamente una cuarta parte de los estudiantes que aceptan ofertas de admisión a la UC -unos 17,500 de primer año y de transferencia, según datos del año pasado- no tienen una categoría de residencia completamente clara.

Aproximadamente 300 alumnos apelan sus decisiones de residencia cada año. Con los cambios, Carter afirmó a los regentes, las apelaciones exitosas podrían subir de entre el 5% y 10% hasta un tercio.

Los estudiantes que califican para la residencia en California pueden acceder a la ayuda financiera estatal y de la UC, además de la matrícula estatal. El impacto financiero de la política aún está por verse.

Los padres de Okeke, ambos educadores, la apoyaron durante los primeros 18 meses en los que asistió a Chaffey College. Pero después de que la economía de Nigeria comenzó a colapsar, en 2014, su madre perdió su trabajo y el gobierno suspendió el sueldo de su padre. La joven se vio obligada a valerse por sí misma, asumiendo varios trabajos, incluidas las tutorías de biología, química y matemáticas.

Okeke entregó a la UC sus registros bancarios y formularios W-2 para demostrar esta independencia financiera, pero la universidad exigía las declaraciones de impuestos. “Estaba desconsolada”, aseguró.

Aun así, se ofreció como voluntaria en un proyecto de investigación de UC Berkeley, mientras trabajaba en tres empleos.

También habló en cuatro de las reuniones bimensuales de los regentes, desde noviembre de 2016. La chica les pidió no solo cambiar la política, algo que podía llevar años, sino también proporcionar una solución temporal para estudiantes como ella, que necesitaban ayuda inmediata.

Su persistencia impresionó al regente John A. Pérez, quien se reunió con ella y luego pidió a los funcionarios de la UC que informaran a los regentes sobre el tema de la residencia en su reunión de mayo de 2017. “Mi sensación, y puedo estar equivocado en esto, es que si alguien está lo suficientemente motivado para volver una y otra vez para plantear un problema, es porque siente que realmente no se está abordando”, afirmó Pérez en esa reunión.

El regente y los miembros de un grupo de trabajo de la UC propusieron las revisiones aprobadas la semana pasada. La nueva política también facilita para ciertos estudiantes -incluidos aquellos en servicio militar activo, o quienes huyen de sus hogares y no tienen donde vivir o están en riesgo de quedarse sin hogar- calificar para la residencia, independientemente de la situación de sus padres. Los cambios ponen las políticas de residencia de la UC en línea con las reglas federales de ayuda financiera.

En la reunión de la semana pasada, el vicegobernador Gavin Newsom, un regente exoficio que se postula para gobernador, preguntó con qué frecuencia las familias intentan explotar la política de residencia para grandes ahorros financieros. Los funcionarios de la UC dijeron que descubrieron que algunos padres se mudaban a California el tiempo suficiente para aparentar ser residentes, pero luego regresaban a sus casas una vez que sus hijos estaban inscriptos.

Para protegerse de tales abusos, los regentes de la UC no cambiaron la política más estricta que la ley estatal, que asume que la mayoría de los estudiantes menores de 24 años aún dependen financieramente de sus progenitores y residen en el mismo estado, a menos que puedan demostrar lo contrario. La ley de California vincula la residencia del estudiante y de los padres sólo hasta los 18 años.

Okeke no estuvo presente para la votación de los regentes, la semana pasada, pero se sintió encantada con la noticia. Aunque pudo obtener su estado de residencia y volver a inscribirse en Berkeley el año pasado, después de presentar un segundo año de declaraciones de impuestos, espera que los cambios ayuden e inspiren a los futuros estudiantes. “Esto me dice que nadie es insignificante para generar cambios”, aseguró. “No hay nada que sea demasiado grande para enfrentar”.

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