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Ecuador: presidente confirma que periodistas están muertos

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Associated Press

Los tres integrantes del equipo periodístico del diario El Comercio presuntamente secuestrados por disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron asesinados, dijo el viernes el presidente ecuatoriano Lenín Moreno.

En tanto, ambos países lanzaron una ofensiva militar en la región fronteriza donde los comunicadores habían sido secuestrados el 26 de marzo.

“Lamentablemente tenemos información que confirma el asesinato de nuestros compatriotas”, afirmó Moreno en rueda de prensa. “Más allá de los esfuerzos realizados hemos confirmado que estos criminales parecería que nunca tuvieron la voluntad de entregarlos sanos y salvos... lo único que han querido es ganar tiempo”.

El mandatario agregó que dispuso el despliegue de las unidades élite y de la policía a la frontera y la reanudación de las operaciones militares en esa zona.

Por la tarde, la delegación de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) para los diálogos de paz con el gobierno de Colombia en Quito, expresó en un comunicado su solidaridad a Ecuador “frente a la agresión de grupos narcotraficantes que han asesinado a los dos periodistas y su conductor”. Identificó a los agresores como “bandas narco-paramilitares” dedicadas al negocio del narcotráfico “y no a la lucha revolucionaria, así algunos de sus integrantes hayan pertenecido en el pasado a las FARC”.

Poco después, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) dijo en un comunicado que “no solo estos tres colegas sino también los pueblos de Ecuador y Colombia, y el periodismo de toda América Latina, han sido ultrajados por este tipo de crimen inhumano y atroz que creíamos desaparecido de la región”.

El documento añadió que “en esta hora de luto y dolor, exigimos Justicia y Protección, así como el fin de la Impunidad, en nombre de los miles de periodistas que a diario arriesgan sus vidas para mantener al público informado”

En tanto, el presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo en Lima, Perú, donde inicia la Cumbre de las Américas, que “ya comenzamos las operaciones (militares) del lado colombiano, como comenzaron las del lado ecuatoriano”.

El gobierno ecuatoriano ofreció una recompensa de 100.000 dólares por información que conduzca a la captura de alias “Guacho”, líder del grupo disidente de las FARC que habría tomado cautivos a los comunicadores.

Tras la intervención de Moreno, el coronel de policía Polivio Vinueza dijo que el gobierno hace gestiones con la Cruz Roja Internacional y la Iglesia católica para recuperar y repatriar los cuerpos.

En un comunicado al que tuvo acceso The Associated Press, los secuestradores, que se identifican como Frente Oliver Sinesterra, solicitaron “a los organismos internacionales que hagan el trámite respectivo para retirar los cuerpos de los periodistas y sus respectivas pertenencias”.

Cientos de ecuatorianos recibieron en medio de gritos y llanto la noticia de la muerte mientras estaban concentrados frente al palacio de gobierno en el centro de Quito.

Decenas de periodistas de varios países de la región guardaron un minuto de silencio en la sede de la Cumbre de las Américas por la muerte de sus colegas, mientras mujeres y hombres dejaron sus cámaras, micrófonos y libretas de apuntes sobre las mesas de una sala de redacción dentro del centro de convenciones de la cita regional en Lima.

Alcibíades Onofre, un periodista de la cadena ecuatoriana de noticias TC Televisión, dijo en esa capital que estaba conmovido por el brutal crimen y lamentó que los gobiernos de Ecuador y Colombia no hayan actuado “con cuidado”.

El director para las Américas de la organización Human Rigths Watch, José Miguel Vivanco, calificó a lo sucedido de “noticia atroz que sumió a Colombia y Ecuador en el duelo” y manifestó “mi enfático repudio a los responsables de este crimen atroz”.

Por su parte, la cancillería de Argentina manifestó “enérgica condena al asesinato de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra y reafirma su compromiso con la libertad de prensa y el trabajo de los comunicadores sociales”.

Fotos de los tres hombres acribillados a balazos circulaban desde el jueves en las redes sociales pese a lo cual el gobierno ecuatoriano no quiso confirmar la muerte de los comunicadores.

El periodista Ortega, de 32 años, el fotógrafo Rivas, de 45, y el conductor Segarra, de 60, fueron tomados cautivos en la frontera con Colombia el 26 de marzo. Sus captores exigían un canje por tres presos y la rotura de un convenio antidrogas entre ambos países.

El mandatario ecuatoriano interrumpió sorpresivamente el jueves su participación en la Cumbre de las Américas en Lima tras recibir información sobre la situación de los periodistas.

Santos dispuso el viaje a Ecuador del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas; al comandante general de las Fuerzas Armadas, general Alberto Mejía, y al director de la policía, general Jorge Nieto.

El equipo periodístico de El Comercio había ido a la frontera con Colombia para recabar información sobre la violencia generada en la zona por grupos armados ilegales colombianos. Fueron secuestrados por presuntos disidentes de las disueltas FARC. Ni las autoridades colombianas ni las ecuatorianas han confirmado o negado esa versión.

La analista Grace Jaramillo, de la universidad de Queen en Kinston, Canadá, explicó a AP que Ecuador está enfrentando esta situación porque “no llegó a articular un sistema de inteligencia enfocado en el crimen organizado internacional” al tiempo que señaló que el país no estaba preparado “para la violencia en la frontera con Colombia”.

Añadió que para manejar temas como la violencia y los grupos irregulares armados con presencia en la frontera “se debe tener un servicio de inteligencia extraordinario y compartir inteligencia con otros países más fuertes en el continente... y Ecuador no tiene”.

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El corresponsal de AP en Lima, Franklin Briceño, contribuyó en esta nota.

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