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Jaksche afirma que “se trataba de eludir la normativa, no de cuidar la salud”

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El alemán Jorg Jaksche, excorredor de ONCE y Liberty, afirmó hoy que el tratamiento de transfusiones sanguíneas al que se sometió con Eufemiano Fuentes “trataba de eludir la normativa vigente, no de cuidar la salud” y que desde mediados de 2005 fue él y no su equipo quien asumió el coste del mismo.

Jaksche, primer ciclista que comparece como testigo en la octava sesión del juicio de la Operación Puerto, admitió que contactó con Fuentes, que no era el médico del equipo, por indicación de su director deportivo, Manolo Sáiz, y que el facultativo canario le ofreció desde el primer momento productos como EPO, anabolizantes e IGF1 (factor de crecimiento) para mejorar su rendimiento.

“Inmediatamente me dijo que podía ofrecerme anabolizantes que hacían en Rusia específicamente para él y se mostraba orgulloso de eso. Yo no quería más dopaje con EPO porque había controles al margen de las competiciones”, afirmó Jaksche a preguntas de las acusaciones al relatar su primer encuentro con Fuentes, uno de los acusados en el juicio, en Canarias a principios de 2005.

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Jaksche explicó que Fuentes tenía un colaborador en Alemania, el doctor Markus Choina, que le trató durante una etapa del Tour de Francia en 2005, y otro en París, al que no llegó a conocer por la detención del canario en mayo de 2006 y dijo que había otros corredores del Liberty que iban al piso de Fuentes en Madrid.

“Exactamente no sé quién, pero sé que otros iban porque una vez me enseñó un mapa de Francia con círculos, que eran los lugares donde se hacían las transfusiones y en los círculos estaban los códigos y los números de los ciclistas. De la cantidad de círculos que había casi no se podía ver Francia”, dijo.

Jaksche, que testificó en alemán junto a una traductora, explicó que cuando se incorporó al Liberty (2005 y 2006) Manolo Saiz otro de los acusados, le habló de la posibilidad de utilizar los servicios de Fuentes, que se pondría en contacto con él.

Según dijo, mantuvo unos diez o quince encuentros con Fuentes en los que éste o el doctor Merino sólo en dos o tres ocasiones le realizaron extracciones o reinfusiones de sangre en sus domicilios o en hoteles y sólo un par de veces le hicieron análisis previos para comprobar su hematocrito y “decidir el siguiente paso”.

Jaksche aseguró que Fuentes nunca le pidió su consentimiento por escrito para realizar las extracciones o reinfusiones; que nunca le informó sobre posibles riesgos para su salud y que tuvo miedo de que alguna vez se le reinfundiera sangre que no era suya, porque las bolsas de plasma no estaban marcadas.

“Yo tenía miedo a que se hubiera cambiado porque se oyó por ahí que en el caso de Tyler Hamilton las habían intercambiado. A veces cuando teníamos poco tiempo la bolsa de sangre no estaba suficientemente caliente y se realizaba de forma muy rápida, el brazo se ponía frío y a veces cuando volvía a casa en avión tenía como malestar. Una vez de camino al aeropuerto noté como arritmia cardiaca”, narró.

El testigo también relató que normalmente Fuentes extraía medio litro de sangre y luego se la llevaba en una mochila “de las de ir de cámping” y que desde mediados de 2005 él empezó a pagar a Fuentes por sus servicios durante el Tour de Francia cantidades que podían oscilar entre 4.000 euros por una bolsa y 6.000 por dos.

“En la segunda mitad de 2005 tuve que pagar yo los gastos, en la primera no. El cambio tiene que ver con el tema del hematocrito de Isidro Nozal y teníamos que pagar nosotros”, señaló tras responder afirmativamente a la pregunta de si cree que al principio era la dirección de su equipo la que asumía los pagos.

Jaksche añadió que “no sabe si Nozal era cliente” de Fuentes, aunque supone que había una relación entre la obligación de realizar los pagos personalmente y el hematocrito alto de Nozal en un control previo a la Dauphine Liberé en 2005.

El alemán indicó que Saiz conocía que él continuaba con Fuentes después de este incidente y detalló que los pagos que hizo al médico canario, desde un banco suizo a otro de Ginebra, ascendieron a unos 15.000? aunque la EPO y “el polvo blanco” una sustancia que añadida a la orina impedía detectar la anterior se pagaba en efectivo.

Jaksche reconoció que entre las bolsas de sangre incautadas por la Guardia Civil en los domicilios de Fuentes algunas pertenecen a él; dijo no tener inconveniente en que se analicen ahora y aclaró que la idea de utilizar apodos y números para identificarlas los suyos son Bella y 20 fue de Eufemiano Fuentes porque tenía “miedo”.

“Me preguntó qué nombre de código quería tener porque tenía miedo a que se identificaran fácilmente nuestros nombres. Miedo de la Guardia Civil, de los periodistas, de que todo el negocio fuera descubierto”, afirmó.