Anuncio
Anuncio

Reabre el que en su día fue el primer gran hotel de lujo del Caribe

Share

El Condado Vanderbilt, inaugurado en octubre de 1919 junto a una de las mejores playas de San Juan y cerrado a finales de los 90, reabre el miércoles sus puertas como el único de la capital con cinco estrellas y con la intención de volver a ser referencia del lujo en el Caribe.

El director del establecimiento es Nicholas Gold, un londinense con tres décadas de experiencia en el sector, que explica a Efe en vísperas de su reinauguración que se ha marcado el objetivo de recuperar aquel espíritu de distinción del que gozó el Vanderbilt en los años 20 del pasado siglo, cuando se convirtió en el primer gran hotel de lujo del Caribe.

“Ese espíritu de autenticidad es lo que buscamos”, apunta en una entrevista el directivo, que tiene la responsabilidad de amortizar los 270 millones de dólares invertidos en el establecimiento, que ya en octubre de 2012 abrió parcialmente sus salones de eventos y convenciones.

Anuncio

Casi un siglo después de su apertura, Gold quiere que sus huéspedes experimenten el lujo del que en su día gozaron personalidades como Carlos Gardel, Errol Flynn, Arthur Rubinstein o Franklin Roosevelt, que formaron parte de la alta sociedad del mundo entero que atraía este hotel y que supuso el estreno de Puerto Rico como destino turístico de lujo.

“Siempre con nuestro personal ‘amable’”, asegura Gold utilizando esa palabra en español para remarcar cuál es el espíritu que quiere que transmita el establecimiento, originalmente desarrollado por Frederick William Vanderbilt, nieto del magnate Cornelius Vanderbilt.

Él le encargó el trabajo a Warren & Wetmore, una de las firmas de arquitectura más importantes del momento, responsable de hoteles emblemáticos como el Biltmore de Nueva York o la imponente Grand Central Station neoyorquina.

Situado en Ashford Avenue, la avenida más prestigiosa de la capital puertorriqueña, y con sus terrazas al borde del mar, el Condado Vanderbilt es reconocible por su imponente planta de reminiscencias españolas en la que alberga quinientas habitaciones, de las que algo más de un centenar son suites, todo atendido por un equipo de cerca de quinientos empleados.

La decoración del inmueble, que forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos de EE.UU., ha estado a cargo del estadounidense Hugh A. Andrews y el español Jorge Rosselló, quienes tenían el encargo de rememorar el lujo del Vanderbilt de antaño.

El mallorquín, una de las referencias de decoración en Puerto Rico desde hace casi medio siglo, diseñó cada uno de los detalles de los salones y áreas públicas del hotel, incluidas alfombras y lámparas, elaboradas en la localidad italiana de Murano.

Rosselló incorporó una minuciosa selección de piezas de coleccionista y objetos de arte para adornar cada rincón del hotel, que en su día fue también el primero de Puerto Rico en tener casino.

Las 110 suites, que son atendidas por decenas de mayordomos, gozan de vista al mar, cocina de estilo europeo, topes de granito y suelos de mármol, según relata orgulloso el director del hotel.

“Es un intento de que nuestros clientes experimenten la exclusividad”, apunta Gold, que reconoce que los precios de las habitaciones son acordes a esa exclusividad: unos 350 dólares para la habitación más sencillas y hasta 5.000 dólares por quedarse una noche en una de las suite presidencial.

Una de las ofertas distintivas es su “spa” de más de 10.000 pies cuadrados (930 metros cuadrados) ubicado frente al océano atlántico y con el único baño turco de Puerto Rico.

Varias piscinas diseñadas por Roselló y seis salones de actividades completan un hotel se encuentra en la turística zona de Condado, lo que permite a sus visitantes desplazarse a pie por las cercanías o, incluso, acercarse al casco colonial del Viejo San Juan.

La oferta culinaria del establecimiento incluye el restaurante Ola, dirigido por la cocinera Natalia Rivera y también diseñado por Rosselló con un cuidado estilo de playa con reminiscencias de los años 50 del pasado siglo.

El hotel también ofrece las propuestas del cocinero Juan José Cuevas en el restaurante 1919, uno de los más lujosos de la isla.

Detrás de la inversión de este hotel que después de décadas de decadencia cerró sus puestas a finales de los 90 del pasado siglo están la sociedad International Hospitality Enterprises (IHE) y el multimillonario estadounidense John Paulson, hombre de negocios con otras inversiones en la isla caribeña.