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Récords para una crisis

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Mientras el mundo sigue en plena crisis financiera, el libro Guinness de los Récords explora las plusmarcas en precios de hoteles, vestidos de novia, plazas de garaje, subastas o fortunas con cifras no aptas para envidiosos o gente de a pie tendente a la frustración.

En época de recortes, puede resultar obsceno saber que si uno va a Ginebra (Suiza) puede alojarse en la habitación de hotel más cara del mundo, siempre y cuando tenga disponibles 65.000 dólares para gastar en una noche. Eso sí: podrá dormir tranquilo con su cristal antibalas, sus vistas al Mont Blanc y sus 1.680 metros cuadrados de espacio. No está mal.

Quizá sería la habitación ideal para pasar la luna de miel, tras haberse casado con un vestido de novia de 12 millones de dólares, obra del joyero Martin Katz y el modisto Renee, y después de una ceremonia que emule a la más cara jamás celebrada.

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Fue la de los indios Vanisha Mittal, hija de un multimillonario, y el banquero Amit Bhatia, que tuvo lugar en Versalles durante seis días y costó 55 millones de dólares, en los que iba incluidos algunos invitados “muy cotizados” como Shahrukh Khan y Kylie Minogue.

Si por casualidad algún día le invitan a una boda de este tipo, para estar a la altura le recomendamos regalar un diamante de 100,10 kilates con forma de pera, de rango de color “D” y sin defectos, que se vendió por 16,5 millones de dólares en Ginebra en 1995. Quedará muy bien.

Pero lo lógico es que, ante esos precios, haga como el alemán Tafzi Ahmed, que se dio hasta 43 cabezazos y partió 43 sandías en un minuto, o como el estadounidense Joshua William Reed, que en ese mismo tiempo se dio 115 patadas en la cabeza.

Es de suponer que el público objetivo de estas “ofertas” sea, más que Ahmez o Reed, el millonario más joven del mundo, Dustin Moskovitz, que tras dejar Facebook, con 27 años y su propia empresa, tiene una fortuna de 3.500 millones de dólares.

A Facebook no le fue bien en Bolsa y la crisis es, oficialmente y según el libro Guinness de los Récords, la peor desde la Gran Depresión de 1929, por lo que en el libro, además de datos tan poco acordes al momento, también hay datos que ahora suenan a utopía, como el de la acción más cara, que fue en 2000, la de Yahoo! Japan que llegó a 120,4 millones de Yenes (1,12 millones de dólares).

En términos de economía actual, los récords se enmarcan, más bien, en la mayor quiebra corporativa de la historia, la de Lehman Brothers en 2008, cifrada en un pasivo de 613.000 millones de dólares, aunque Estados Unidos sigue siendo el país con más multimillonarios: 412 de los 1.210 que se contabilizaron en 2011, aunque Moscú sola ya acumula 79, según la revista Forbes.

Eso sí, aunque el hombre más rico del mundo sigue siendo el mexicano Carlos Slim con una fortuna de 69.000 millones de dólares, su patrimonio es muy inferior a lo que hoy tendría Rockefeller (se calcula que 322.000 millones de dólares) o la familia judeoalemana Rothschild, que, con su emblema de “concordia, integridad, industria” amasó un billón de dólares.

Ni en Estados Unidos, ni en Moscú, ni en México ni en Alemania, donde más cuesta aparcar es en Londres, concretamente en el barrio de The City, donde se paga hasta 1.083 dólares al mes por una plaza.

Y ninguno de estos millonarios, seguramente, será cliente del McDonald’s, que pese al auge de la alta gastronomía sigue siendo la cadena de restaurantes más rentable, con 4.900 millones de dólares en beneficios a base de hamburguesas.

Y es que los placeres baratos son lo que mantienen el tipo en época de crisis. El cine sigue batiendo récords en 2012 y “Los vengadores” recaudó 207 millones de dólares en un fin de semana solo en Estados Unidos y en Broadway, “El rey león” superaba los 850 millones de dólares mientras “Hugh Jackman: Back in Broadway” consiguió recaudar más de dos millones de dólares con un solo actor entre el 27 de diciembre de 2011 y el 1 de enero de 2012.

Mateo Sancho Cardiel