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Saquean docenas de tiendas durante protestas en Nicaragua

Un grupo de manifestantes lanza consignas tras bloquear una calle en un confrontamiento con las fuerzas de seguridad cerca de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) en Managua, Nicaragua, el sábado 21 de abril de 2018. (AP Foto/Alfredo Zúñiga)

Un grupo de manifestantes lanza consignas tras bloquear una calle en un confrontamiento con las fuerzas de seguridad cerca de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) en Managua, Nicaragua, el sábado 21 de abril de 2018. (AP Foto/Alfredo Zúñiga)

(Alfredo Zuniga / AP)
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Associated Press

Docenas de tiendas fueron saqueadas el domingo en Managua al continuar la inconformidad por las reformas del gobierno al Seguro Social, lo cual ha derivado en varios días de enfrentamientos en los que han muerto 26 personas, según grupos activistas.

Imágenes transmitidas por medios de comunicación locales mostraron las tiendas saqueadas en el extenso distrito oriental de la ciudad, incluido un Walmart.

Aparentemente la policía no intervino, en contraste con la fuerte respuesta que ha dado a las manifestaciones, en las cuales ha habido decenas de heridos y detenidos.

Los medios de comunicación controlados por el Estado culpan a los manifestantes de los saqueos, mientras que los críticos conjeturan que se han permitido para presionar al sector empresarial, el cual ha fijado condiciones para negociar con el gobierno, incluido el que se ponga fin a las reformas.

“Estamos viviendo en Nicaragua un caos social provocado por la ausencia de liderazgo gubernamental, y se han juntado la crisis con la pobreza, y eso en cualquier sociedad es una bomba de tiempo”, dijo el sociólogo y analista Cirilo Otero.

“Podría creerse que se está promoviendo desde el gobierno (el saqueo) para hacer presión a la empresa privada y que cedan al diálogo sin que se pare la violencia, y el costo puede ser muy alto”, añadió Otero.

Desde el Vaticano, el papa Francisco manifestó que está “muy preocupado” por lo sucedido en Nicaragua y se unió a los obispos para pedir que cese toda violencia.

Algunas naciones latinoamericanas también hicieron saber su preocupación. En un comunicado, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú lamentaron los actos de violencia en Nicaragua y expresaron sus condolencias y solidaridad con las víctimas de la violencia y sus familiares.

Además hicieron “un urgente llamado a todos los sectores a deponer la confrontación y cesar los actos de fuerza”, y exhortaron a la prudencia para favorecer el diálogo y evitar que la crisis crezca.

Los disturbios estallaron en respuesta a la labor del presidente Daniel Ortega para reforzar el aquejado sistema de Seguro Social con una combinación de beneficios reducidos e impuestos más altos.

Ortega dijo el sábado que acordaría negociar sobre las reformas al Seguro Social para que no haya más “terror para las familias nicaragüenses”, pero indicó que las discusiones sólo se llevarían a cabo con líderes empresariales.

Además pareció intentar justificar lo que ha sido una severa respuesta del gobierno y grupos aliados, al acusar a los manifestantes, en su mayoría jóvenes universitarios, de ser manipulados por los intereses políticos de “unas minorías” no especificadas y de estar infiltrados por pandilleros.

“Esto que está aconteciendo en nuestro país no tiene nombre. Los muchachos que ni siquiera saben el partido que los están manipulando”, sostuvo Ortega. “Incorporan a pandilleros a las protestas de los muchachos y criminalizan las protestas; por eso los ponen en riesgo”.

Tales declaraciones parecieron atizar el fuego, al provocar que miles de personas salieran nuevamente a las calles en siete ciudades, entre ellas Managua.

El sábado, el periodista Ángel Gahona estaba transmitiendo en vivo a través de Facebook las protestas en la ciudad sureña de Bluefields cuando murió baleado. Al menos otras 25 personas han muerto desde el miércoles, de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos de Nicaragua, aunque el gobierno solo ha confirmado nueve decesos.

“Estamos en las calles pidiendo a Ortega y a su esposa que se vayan. Esto ya fue más allá del tema de Seguridad Social. Ha habido muertos, heridos y él ni siquiera se disculpa por sus asesinatos o por la despiadada represión contra la gente”, dijo Mauri Hernández, uno de los miles de manifestantes en la rotonda central.

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