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“The Wire” y su retrato de “las plagas de una sociedad libre”, ahora en libro

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La serie “The Wire” alcanzó el éxito global con su disección de la sociedad estadounidense hecha desde las entrañas del crimen, la política y el periodismo de la ciudad de Baltimore, y ahora todos los secretos de ese retrato de “las plagas de una sociedad libre” se publican en un libro.

“Lo juro por Dios, nunca fue una serie de policías (...) aunque había policías y gánsteres en abundancia”; así David Simon, creador de la serie que para muchos es la mejor de la historia de la televisión, la introducción de la obra “The Wire.Toda la verdad”, que firma Rafael Álvarez, guionista de esta ficción de HBO.

Para los seguidores de “The Wire”, esta aclaración será obvia, ya que en las sus cinco temporadas, que concluyeron en 2008, la serie abordó sucesivamente temas como el narcotráfico, la política, la educación o los medios de comunicación.

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En la serie se retratan “la mayoría de las plagas de una sociedad libre, guiándonos por el principio fundamental de que sencillamente hay una gran parte de la población a la que el capitalismo ni necesita ni quiere”, explica en entrevista con Efe Rafael Álvarez (Baltimore, 1958), autor de una guía oficial de esta ficción, que resume capítulo a capítulo toda su trayectoria.

“The Wire. Toda la verdad” (editorial Principal de los libros) incluye en sus 600 páginas, además de una extensa introducción de David Simon, 300 fotografías inéditas en blanco y negro y color que acompañan a ensayos y entrevistas entre cuyos autores destacan George Pelecanos, Laura Lippman o Nick Hornby.

Para quienes han visto “The Wire”, el libro ayudará saber “dónde está el corazón” de la serie, y si los lectores no la han seguido encontrarán “la llave del reino”, asegura Álvarez, periodista, compañero y amigo de David Simon cuando ambos trabajaban en el Baltimore Sun “escribiendo obituarios y persiguiendo policías y ladrones”.

“The Wire” se articula en torno a las intervenciones telefónicas judiciales encomendadas a un grupo policial de Baltimore (Maryland), un retrato descarnado de una sociedad que no educa (un joven detenido es capaz de creer que una fotocopiadora es una máquina de la verdad), o cuyos policías no llegan con su sueldo a fin de mes.

El nobel Mario Vargas Llosa ha dicho que viendo “The Wire” ha “gozado” tanto “como leyendo una de esas grandes novelas decimonónicas las de Dickens o de Dumas que aparecían por capítulos en los diarios a lo largo de muchas semanas”.

Para Álvarez, las claves del éxito de “The Wire” residen en la experiencia del coproductor Ed Burns como detective de homicidios de la policía de Baltimore y los años que Simon pasó con la gente de los guetos de Baltimore (de ahí salieron sus libros “Homicidio” y “La esquina”) antes de hacer la serie.

“Se ganaron su confianza”, añade el guionista estadounidense, que recuerda que muchos de los actores de la serie fueron extras: “Estuvo bien poder ofrecer trabajo a jóvenes de barrios marginales. Algunos actuaban con naturalidad. Afortunadamente encontraron un camino por el que seguir adelante”.

El libro dedica un capítulo entero a estos actores amateur, como Felicia “Snoop” Pearson, a quien la realidad acabó atrapando y en 2011 se declaró culpable de un delito de tráfico de drogas.

Las autoridades de Baltimore no acogieron muy bien el descarnado retrato de sus calles, “que es real, aunque a menudo menos duro que la realidad”, apunta el guionista, “pero les gustaba el dinero que la producción aportaba a las arcas públicas, aunque cuando Simon amenazó con trasladar la serie a Filadelfia, la ciudad cedió”.

Álvarez desconoce si la serie tendrá alguna vez continuidad, pero sí tiene claro que “todos los ejecutivos de televisión” con los que ha hablado “dicen que les encantaría haber hecho una serie como ‘The Wire’, pero ninguno de ellos tiene la valentía, el poder o la paciencia de contar una historia que se construye tan lentamente”. Manuel Carretero.