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Los restaurantes navegan otra ola de cambios de los requisitos de mascarillas y vacunas

Masked people work in a restaurant kitchen
Elaine Chang y Steven Park en Yang’s Kitchen, en Alhambra en 2021. La eliminación de los mandatos de mascarilla y prueba de vacunación deja a los restaurantes crear sus propias políticas.
(Mariah Tauger/Los Angeles Times)
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Una cita atribuida a Mark Twain dice: “Si no te gusta el clima en Nueva Inglaterra ahora, solo espera unos minutos”.

Lo mismo podría decirse de los requisitos de mascarillas y vacunas en Los Ángeles, donde los trabajadores y propietarios de restaurantes han hecho malabarismos con las orientaciones -a veces confusas y contradictorias- a nivel estatal, del condado y locales durante los últimos dos años.

Hace apenas unas semanas, hubiera sido casi impensable no tener que mostrar un comprobante de vacunación antes de cenar en un restaurante cubierto de Los Ángeles. Pero pronto, eso ya podría dejar de existir.

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El programa SafePassLA, adoptado el 8 de noviembre por la ciudad de Los Ángeles, fue uno de los más estrictos del país. Requería una prueba completa de la vacunación contra el COVID-19 para los visitantes de la mayoría de las instalaciones públicas interiores, incluidos restaurantes y bares. La aplicación del programa, que comenzó a fines de noviembre, coincidió con un aumento de casos de COVID-19 a medida que la variante Ómicron se extendía por todo el país.

El 9 de marzo, el Concejo Municipal votó por unanimidad el inicio de derogación del requisito de prueba de vacunación de la ciudad. Esto se produjo inmediatamente después de que el condado de Los Ángeles relajara sus mandatos de uso de mascarillas en espacios cerrados y muestras de prueba de vacunación, dejando libertad a los propietarios de negocios individuales para que creen sus propias políticas. El condado sigue “recomendando encarecidamente” el uso de tapabocas en espacios cerrados; los “megaeventos” grandes en interiores con 1000 o más asistentes aún requerirán pruebas de vacunación.

¿Dónde deja eso a los propietarios y al personal de los restaurantes? Como siempre, haciendo todo lo posible para seguir la corriente y mantenerse al día con las reglas que podrían cambiar nuevamente en unos pocos meses. Los casos de COVID-19 han disminuido en todo California desde el aumento repentino de Ómicron en el invierno, pero un alza reciente en los casos de la subvariante BA.2 deja abierta la posibilidad de otro pico en el futuro cercano.

A los propietarios de negocios también se les deja establecer sus propias reglas con respecto al protocolo COVID, no solo qué exigir a los comensales visitantes, sino también a su propio personal. “Desde el primer cierre total, no hubo orientación alguna del Departamento de Salud, y mucho menos de nuestro gobierno local”, expuso Raymond Yaptinchay, co-chef/propietario de Spoon & Pork, con ubicaciones en la zona de Sawtelle y en Silver Lake. “Es una locura cómo cambian las reglas y no nos avisan”, expresó. “Tengo que averiguarlo viendo las noticias”.

No obstante, para Yaptinchay y su personal, la derogación de las pautas de uso de mascarillas y prueba de vacunación llega prematuramente. “Es demasiado pronto para hacer esto”, consideró. “Lo entiendo, todos están cansados de usar tapabocas, [pero] estamos en la primera línea”, dijo, refiriéndose a sí mismo y al personal de su restaurante.

Yaptinchay exige que su personal esté vacunado y con refuerzo. El personal de recepción también continuará usando mascarillas por el momento, señaló, una elección que tomaron. Los comensales han sido “bastante obedientes” con respecto a las reglas de vacunación. “Si arman un escándalo, les digo: ‘Eres más que bienvenido para comer afuera’”.

Lusy Gradzhyan, dueña de Lusy’s Mediterranean Cafe en Van Nuys, se hizo eco de la frustración de Yaptinchay con los mensajes gubernamentales inconsistentes.

“Entre los anuncios de los CDC, la salud del condado, el estado y el gobierno federal, a veces era difícil saber qué reglas se aplicaban y cuándo. Nos limitamos a las pautas del condado”, precisó Gradzhyan, a través de un traductor.“Ahora que se están levantando las regulaciones, es un alivio de la confusión y la comprensible frustración de los clientes”, remarcó.

Courtland Kimberly Miller, chef ejecutivo y copropietario de Main Kitchen Cafe, con ubicaciones en Canoga Park y Granada Hills, describió que su personal se siente “un poco aliviado” por la relajación de los protocolos, y agregó que depende de ellos si quieren usar tapabocas. “Aunque todos están vacunados, depende de ellos conservar la mascarilla; algunos lo prefieren”, comentó.

Octavio Olivas, chef/propietario de Ceviche Project en Los Ángeles, agradece los cambios recientes. “En las últimas dos semanas parece que las cosas están volviendo a la normalidad, lo cual es muy, muy bueno”, señaló.

Mantener saludable a su personal se hace más difícil debido al pequeño tamaño de Ceviche Project: tiene asientos en la barra y solo unas pocas mesas. “Mi restaurante es súper pequeño”, expuso. “De alguna manera no importa que usemos tapabocas, las personas están justo frente a nosotros sin ellos”.

Olivas exigía pruebas internas de COVID para su personal conformado por cinco personas: durante los últimos cuatro meses, cada vez que alguien se siente enfermo, puede realizarse la prueba y obtener los resultados en minutos. Sus empleados están vacunados y el uso de mascarillas para ellos es opcional.

Con una notable excepción, señaló Olivas, los clientes han sido buenos en seguir las reglas. “Tuvimos un incidente en el que un cliente habitual dijo: ‘Estamos vacunados’”. Pero resultó que no era así. “Después de un par de vinos, dijeron: ‘No pensamos vacunarnos’”. Olivas y su equipo se sorprendieron y les pidieron que se retiraran hacia el exterior.

El propietario y su equipo siguen enfocados en su trabajo y se adaptarán a los futuros cambios en la ley a medida que se presenten. “Aquí estamos; el verano va a ser genial”, dijo. “Estamos en modo positivo”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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