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EEUU y Qatar se unen a las conversaciones para poner fin a la guerra en Gaza

Columnas de humo tras ataques israelíes en el norte de la Franja de Gaza, vistas desde el sur de Israel,
Columnas de humo tras ataques israelíes en el norte de la Franja de Gaza, vistas desde el sur de Israel, el 8 de octubre de 2025.
(Emilio Morenatti / Associated Press)

El principal asesor para Oriente Medio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y otros altos funcionarios participaron el miércoles en el tercer día de conversaciones de paz entre Israel y Hamás en un complejo turístico en Egipto, una señal de que los negociadores buscan abordar las cuestiones más complejas del plan estadounidense para poner fin a la guerra en Gaza.

Hamás dice que busca garantías firmes de Trump y de los mediadores de que Israel no reanudará su campaña militar en el territorio palestino una vez que el grupo insurgente libere a todos los rehenes que siguen en Gaza.

Todas las partes se han mostrado optimistas con respecto a un acuerdo para poner fin a una guerra que ya cumplió dos años, ha causado decenas de miles de muertos palestinos y arrasado con la mayor parte del territorio. Pero aún no se han concretado partes clave del plan de paz, como los requisitos para el desarme de Hamás, el calendario y el alcance de la retirada de tropas israelíes del enclave y la creación de un organismo internacional para gobernar Gaza cuando Hamás deje el poder.

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En una señal de que las conversaciones iban bien, Trump dijo el miércoles que está considerando un viaje a Oriente Medio en cuestión de días.

“Puede que vaya allí en algún momento hacia el final de la semana”, declaró Trump desde la Casa Blanca el miércoles al inaugurar una mesa redonda sobre un asunto diferente. El viaje podría ocurrir el domingo, dijo, y agregó que “las negociaciones van muy bien”.

El enviado de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el yerno del presidente, Jared Kushner, llegaron el miércoles a Sharm el Sheij para asistir a las conversaciones, al igual que el primer ministro y principal diplomático de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y el principal asesor del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Ron Dermer.

Se esperaba también la llegada de representantes de grupos rebeldes marginales, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y la Yihad Islámica Palestina, que tiene un número desconocido de rehenes israelíes, según funcionarios que declararon bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa. Su asistencia subraya el objetivo de las conversaciones de abarcar a todos los grupos palestinos.

Mientras los mediadores de Qatar, Egipto, Turquía y Estados Unidos se reunían con ambas partes el miércoles por la mañana en conversaciones preliminares, un alto cargo de Hamás, Taher Nounou, dijo que el grupo ha intercambiado una lista de prisioneros palestinos que busca liberar a cambio de los rehenes israelíes en virtud del acuerdo.

En otra información, ministros de Relaciones Exteriores de países europeos y árabes viajarán el jueves a París para asistir a una reunión sobre el futuro de Gaza y señalar su apoyo al plan de paz de Trump. Se espera la participación de funcionarios de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, España, la Unión Europea, Egipto, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Indonesia, Canadá y Turquía.

La reunión se centrará en el posible despliegue de una fuerza internacional de estabilización, la gobernanza de Gaza después de la guerra, el desarme de Hamás y la ayuda humanitaria y la reconstrucción, dijeron funcionarios que hablaron bajo condición de anonimato porque no podían divulgar públicamente los detalles de la reunión.

Pero el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, criticó la iniciativa francesa por ser “urdida a espaldas de Israel en el sensible momento de las negociaciones en Sharm el Sheij”. El funcionario israelí dijo que espera que la iniciativa no “socave las negociaciones críticas para la liberación de rehenes, como ya sucedió en el pasado”.

El plan de paz de Trump

La propuesta de la Casa Blanca exige un alto el fuego inmediato y la liberación de los 48 rehenes que siguen en manos de los insurgentes en Gaza desde su asalto sorpresa al sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra y la devastadora campaña israelí. Se cree que alrededor de una veintena de los cautivos siguen vivos.

Además, prevé que Israel retire sus tropas de Gaza después de que Hamás se desarme, y que se establezca una fuerza de seguridad internacional. El territorio quedará bajo gobernanza internacional, supervisado por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair.

El presidente de Egipto, Abdel-Fattah el-Sissi, dijo en declaraciones televisadas el miércoles que, por el momento, las negociaciones eran “muy alentadoras”.

Netanyahu ha aceptado el plan de Trump. Su oficina indicó el martes que Israel estaba “cautelosamente optimista”, presentando las conversaciones como negociaciones técnicas sobre un plan que ambas partes ya habían aprobado.

El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, mostró en Ankara su optimismo de que un alto el fuego podría estar cerca. “Si se llega a un acuerdo hoy, se declarará un alto el fuego”, dijo en una conferencia de prensa.

El funcionario dijo que “se han logrado muchos avances hasta ahora” y que ambas partes “han mostrado gran voluntad para la liberación de los prisioneros y los rehenes”.

En un comunicado emitido el martes, Hamás reiteró sus demandas de larga data de un alto el fuego duradero y una retirada completa de Israel de Gaza, pero no mencionó su desarme, una medida a la que se ha resistido durante mucho tiempo. También se ha pronunciado en contra de la idea de un gobierno internacional, aunque ha aceptado que no tendrá ningún papel en el gobierno de Gaza después de la guerra.

En declaraciones desde Sharm el Sheij, el principal negociador del grupo, Khalil al-Hayya, dijo a la televisora egipcia Qahera que Hamás quería garantías firmes de Trump y los mediadores de que la guerra “no volverá”. Esta parecía ser su primera aparición pública desde que un ataque israelí dirigido el mes pasado contra él y otros líderes de la milicia en Qatar mató a seis personas, incluyendo a su hijo y al director de su oficina.

Israel y Hamás acordaron un alto el fuego en enero que supuso la liberación de algunos rehenes israelíes a cambio de palestinos encarcelados por Israel. Según ese pacto —en cuya negociación, Trump y Witkoff jugaron un papel importante— las dos partes debían iniciar entonces contactos sobre una tregua a largo plazo, la retirada israelí y la puesta en libertad de todos los cautivos.

Pero Israel rompió el alto el fuego en marzo y reanudó su campaña de bombardeos y ofensivas alegando que su objetivo era presionar a Hamás para la liberación de los rehenes restantes.

Las rondas de negociaciones previas han fracasado frecuentemente por el mismo obstáculo: Hamás exige garantías para el fin de la guerra y Netanyahu promete seguir luchando hasta que el grupo sea destruido. El plan de Trump intenta resolver todos los problemas a la vez, estableciendo el desarme de Hamás y un escenario de postguerra para gobernar el territorio con disposiciones para una campaña de reconstrucción masiva.

Rezando por un acuerdo

En el ataque liderado por Hamás hace dos años, los insurgentes entraron en el sur de Israel y mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, además de tomar a otras 251 como rehenes. La mayoría de ellas han sido liberadas en acuerdos de alto el fuego o de otro tipo.

Un número cada vez mayor de expertos, incluidos los designados por un organismo de Naciones Unidas, afirman que la ofensiva de Israel en Gaza equivale a un genocidio, una acusación que Israel rechaza. Más de 67.000 palestinos han perdido la vida en el territorio y casi 170.000 resultaron heridos, según el Ministerio de Salud gazatí.

El ministerio, que no distingue entre víctimas civiles y combatientes, pero sostiene que alrededor de la mitad son mujeres y niños, forma parte del gobierno dirigido por Hamás. La ONU y muchos expertos independientes consideran que sus cifras son la estimación más fiable de las bajas en tiempos de guerra.

El ministerio dijo el miércoles que los cuerpos de 10 personas muertas por ataques israelíes habían sido trasladados a hospitales locales en las últimas 24 horas. También se recibieron 61 heridos en los nosocomios, dijo el organismo en su informe diario.

En Gaza, donde grandes zonas han quedado reducidas a ruinas, los palestinos están desesperados por un avance. Miles que huyen de la más reciente ofensiva terrestre israelí en el norte del enclave y en Ciudad de Gaza han instalado tiendas improvisadas a lo largo de la playa en la parte central del territorio, a veces usando mantas para refugiarse.

“No hay comida, ni agua potable y los cruces están bloqueados”, dijo Um Sulaiman Abu Afash, una mujer desplazada de Ciudad de Gaza. “Nuestros niños duermen en las calles. Compramos agua potable. ¿A dónde vamos? No hay misericordia”.

Sara Rihan, una desplazada de Jabaliya, señaló que rezaba por el final de la guerra. “Espero que podamos regresar a nuestros hogares, incluso si no hay hogares”, apuntó. “Nuestra existencia en nuestra tierra es la mayor felicidad para nosotros”.

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