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Caravana migrante atacada por Trump llega a Tijuana en busca de asilo en Estados Unidos

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Alrededor de 345 personas que viajan en una caravana de migrantes fuertemente criticada por el presidente Trump, llegaron a Tijuana, el destino final del grupo en México antes de acercarse a la frontera con Estados Unidos para pedir asilo.

El domingo 29 de abril, unas 200 personas del grupo irán al cruce Tijuana-San Diego y solicitarán protección de EE.UU., según Gina Garibo, coordinadora del proyecto Pueblo Sin Fronteras, la organización detrás de la caravana compuesta principalmente por centroamericanos que dicen que tuvieron que huir por las condiciones de inseguridad que prevalecen en sus países.

Los miembros de la caravana interesados en solicitar asilo tuvieron sesiones de orientación legal el viernes 27 y sábado 28, para comprender sus derechos y saber qué esperar después de llegar al puerto de entrada de EE.UU.

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Un grupo de simpatizantes del lado de EE.UU. comenzó a marchar desde Los Ángeles hasta Friendship Park en San Diego para dar la bienvenida a la caravana en la frontera.

Las caravanas han sido una táctica bastante común para los grupos de defensa de los inmigrantes para llamar la atención a los solicitantes de asilo. Este grupo es bastante pequeño en comparación con otras caravanas, pero ganó gran visibilidad después de que Trump desató fuertes críticas desde el momento en que comenzó el 25 de marzo en la ciudad mexicana de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala.

La caravana atrajo a más de 1,000 personas cuando cruzó México. Trump y sus principales miembros del gabinete describieron a los participantes como una amenaza significativa para la seguridad de Estados Unidos y la evidencia de un sistema de control fronterizo deficiente.

Trump citó la caravana como una justificación para el muro fronterizo que quiere construir, a pesar de que los solicitantes de asilo planean entregarse a los funcionarios fronterizos en un puerto de entrada y tienen el derecho legal de buscar protección. Dijo que ordenó al Departamento de Seguridad Nacional “detener la caravana”, pero que hay que hacer mucho más.

“Necesitamos un muro fuerte e impenetrable que termine con este problema de una vez por todas”, escribió a sus partidarios.

El secretario de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, dijo el miércoles 25 de abril, por la noche, que cualquier persona que trate de cruzar a los Estados Unidos y que haga afirmaciones falsas a las autoridades de inmigración estará sujeta a enjuiciamiento criminal. Dijo que el enjuiciamiento también era posible para cualquier persona que pudiera ayudar o entrenar a los inmigrantes a hacer afirmaciones falsas ante las autoridades para ingresar a EE.UU.

La amenaza de Nielsen es consistente con la narrativa de la administración de que se cometen muchos fraudes al sistema de asilo, debido a que los solicitantes reciben instrucciones sobre qué decirle a las autoridades durante la entrevista. El secretario también dijo que los solicitantes de asilo en la caravana deberían buscar protección en el primer país seguro al que lleguen, incluido México.

El gobierno de EE.UU. está reuniendo recursos para garantizar que los casos se decidan rápidamente, dijo Nielsen. El procurador general Jeff Sessions, ha dicho que puede asignar jueces de inmigración adicionales para manejar casos que involucren a miembros de la caravana.

A medida que se acercaba la llegada al concurrido cruce fronterizo de Tijuana-San Diego, se montó en un camión en Tijuana que circulaba por la ciudad, una valla publicitaria de Amnistía Internacional que promovía el derecho de asilo en EE.UU.

El guatemalteco Ignacio Villatoro, de 41 años, dijo que la retórica de Trump sobre la caravana lo entristecía porque sentía que podría disminuir las posibilidades de obtener asilo para él, su esposa y sus cuatro hijos. Él intentará solicitar el asilo el domingo 29.

“Dios es justo y poderoso”, le dijo a Associated Press, deteniéndose fuera de su tienda de campaña. “Un milagro va a tocar los corazones de los agentes de inmigración y el presidente”.

Los Villatoros huyeron de un pueblo cerca de la frontera con México por razones que Ignacio se negó a discutir porque dijo que temía por la seguridad de su familia.

Esperan unirse a familiares que viven en Los Ángeles, donde dijeron que sus hijos podrían aprender inglés, ir a la escuela, jugar en los parques y comprar juguetes, lujos que están fuera del alcance de ellos en Guatemala.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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