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EE.UU. castiga a gobierno de Nicaragua por las violentas manifestaciones

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La administración Trump anunció el jueves 7 de junio que retirará las visas de varios funcionarios nicaragüenses a los que responsabiliza por la respuesta del país a una ola de manifestaciones antigubernamentales en las que las fuerzas de seguridad estatales han matado a docenas de personas.

Esta es la primera acción punitiva tomada por la administración a medida que crece la condena internacional al gobierno del presidente Daniel Ortega. En Washington, cuando la Organización de Estados Americanos abordó el tema de la agitación en Nicaragua, ciudadanos del país centroamericano protagonizaron protestas fuera de los hoteles locales.

La violencia está “socavando la democracia”, dijo el Departamento de Estado, en un país que constantemente ha estado bajo el gobierno autocrático de Ortega y su familia.

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“La violencia política de la policía y los asesinos progubernamentales contra el pueblo de Nicaragua, en particular contra los estudiantes universitarios, muestra una flagrante falta de respeto por los derechos humanos y es inaceptable”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Nauert no identificó a los funcionarios nicaragüenses que no se les permitirá viajar a Estados Unidos, citando reglas de privacidad, excepto para decir que incluye a comandantes de la policía y funcionarios regionales y nacionales.

En la historia reciente ha habido oleadas de inmigración desde Nicaragua a Estados Unidos, con muchas familias viviendo actualmente a tiempo parcial en cada país.

Grandes cantidades de nicaragüenses emigraron durante la dictadura de la dinastía Somoza en la primera mitad del siglo XX y luego durante la revolución sandinista en 1979 y, a continuación, la guerra de los ‘contras’ respaldada por Estados Unidos que intentó, pero no logró, derrocar a los sandinistas.

Ortega fue un destacado líder del movimiento sandinista de izquierda, pero muchos nicaragüenses dicen que ha abandonado esos ideales para presidir un gobierno plagado de corrupción.

En protestas no vistas desde tiempos de la revolución, decenas de miles de nicaragüenses han estado marchando contra el gobierno en todo el país. Las fuerzas de seguridad del Estado han abierto fuego contra algunas manifestaciones, en gran parte pacíficas. Más de 120 personas han sido asesinadas.

Hasta hace poco, Washington y Managua disfrutaban de buenas relaciones. Nicaragua no tiene el problema de la guerra de pandillas o la violencia de los carteles de drogas que ha afectado a otras partes de América Central. A pesar de reprimir la disidencia política, Ortega ha mantenido un clima amistoso para los negocios.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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