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‘Indy 500’: Un milagro latino en la pista

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Las carrera “Indy 500” es reconocida como la más importante en el automovilismo mundial. Desde 1911 se ha caracterizado por la velocidad de los autos y por los personajes e historias que han creado un mito inigualable. Cruzar la bandera a cuadros en este rectángulo de 2.5 millas le cambia la vida a todos los que participan en ella.

En esta 103va. edición todo el espíritu del evento tiene a dos personajes como protagonistas. Por un lado el fabricante de autos exóticos McLaren y por el otro a Ricardo Juncos, un inmigrante latino que llegó a Estados Unidos desde Argentina, con $400 dólares prestados.

Para poder participar se necesita un auto (alrededor de $500.000), un motor ($125.000), varios juegos de neumáticos ($25.000), combustible ($5000), aceites ($3000), un grupo de mecánicos e ingenieros (que posean experiencia en este circuito), uniformes, y también pagar los aranceles de participación y el alquiler ($25.000) de un espacio en el legendario callejón “Speed Alley” donde, desde 1930, se preparan los autos para la carrera.

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Un equipo necesita cerca de 1 millón de dólares para correr en el famoso evento. Los patrocinios por parte de empresas multinacionales cubren la mayoría de los gastos a cambio de espacios publicitarios en los lados de los carros. Muchos de estos contratos están basados en la participación y televisación de la carrera.

El drama del evento comenzó durante la clasificación para la carrera. Con 36 autos inscritos y con sólo 33 espacios disponibles, la presión por estar entre los que salen este domingo es intensa.

Millones de dólares y egos se juegan el todo o nada. McLaren, que vende autos con valores entre $200.000 y $1 millón y ha ganado varios campeonatos en Formula 1, formó un equipo que incluye: Gil De Ferran (ganador de las 500 millas en 2003 y el piloto mas rápido en la historia con una velocidad de 241 mph); Robert Finley (gerente de operaciones del equipo de Fórmula 1 Force India); Carlin Motorsport (campeones en Formula BMW, GP3, Formula Renault, Formula 2) bajo el liderazgo de Zac Brown, gerente general del equipo Mc Laren Formula 1.

A todo este talento se le suma Fernado Alonso, el bicampeón de Formula 1 y ganador de las 24 Horas de LeMans, lo que podría garantizar millones de dólares de ingreso al equipo y otorgarle la coronación al español como el mejor piloto en el siglo veintiuno.

Con un sólo auto y con una pasión incomparable, el equipo Juncos Racing recibió la noticia el pasado miércoles antes de la clasificación de que su patrocinador los abandonaba. El balde de agua fría hubiera dado un infarto a cualquier equipo dentro del Speed Alley. Pero Ricardo tomó la decisión de ir a las practicas del pasado viernes ya que todo su equipo había trabajado duramente para llegar a Indy.

El auto blanco sin ningún letrero publicitario fue bautizado “conejito blanco”. El mismo Kyle Kaiser, piloto del equipo, se subió con una sonrisa para darle una prueba a fondo y tratar de clasificar al día siguiente. Pero con la lluvia y los truenos a más de 200 mph Kyle perdió el control por un milisegundo y el auto se estrelló contra la pared destrozándose por completo. Por suerte Kaiser no sufrió daños físicos. Sin auto, sin patrocinio, y con todo un equipo de gente desconsolada, Ricardo debió enfrentar una situación sumamente difícil.

Fernando Alonso no se sintió cómodo en la práctica y el pasado sábado durante la tanda clasificatoria, el auto carecía de sólo 2 mph menos que los otros veinte autos en la pista. Esa diferencia estaba en el carro.

Los ingenieros decidieron hacer un ajuste y para ello debieron cancelar su vuelta rápida y comenzar de cero nuevamente. Cientos de reporteros rodeaban a Fernando. Las entrevistas no tenían fin. El ídolo mundial saldría 5 veces a la pista y al final del día quedaría en el 31 lugar.

La tanda clasificatoria sabatina sólo garantiza 30 lugares por lo que el equipo McLaren tendría que regresar el próximo día para tratar de clasificar entre los 6 últimos autos. El sexto carro, el conejito blanco de Juncos Racing, lo que quedaba del mismo, estaba en terapia intensiva.

Ricardo decidió reconstruir al bólido con partes de otros autos, trabajando sin parar desde el viernes hasta el domingo. Con una determinación indiscutible y trabajando a la par de sus mecánicos, poco a poco el auto comenzó a tomar forma.

Cuando llueve, la serie Indycar no deja que los autos que son capaces de alcanzar velocidades superiores a las 230 mph salgan al circuito ya que el peligro de un derrape que termine contra la pared es demasiado alto. Como si no fuera suficiente para poner a prueba el carácter de Kyle y Ricardo, la lluvia se hizo presente antes de la última oportunidad de salir a la pista.

Después de unas horas de retraso y con la pista húmeda los 6 carros que no calificaron el día anterior tendrían 4 vueltas cada uno para ver cuales 3 pasarían a tomar parte en la carrera. El joven Sage Karam giró a 227.740 mph, el canadiense James Hitchcliffe no pudo superar ese tiempo y con 227.543 temporariamente quedaría en el puesto 32. El Mclaren, con el campeón de Formula 1 fue el próximo auto y con 227.353 mph no pudo adelantarse al canadiense. Temporariamente estaba en la última posición dentro de la carrera. Max Chilton fue el próximo en el óvalo y giró a un promedio de 226.192. Más lento que Alonso, por lo que quedaba fuera de la carrera.

El conejito blanco fue el último en salir a la pista. El subestimado equipo sin patrocinio y sin ni siquiera una vuelta de práctica, se había convertido en el “espíritu” de Indianápolis. Con pasión, con perseverancia, con enfoque en cada detalle, el auto salió a la pista y su piloto Kyle Kaiser puso toda su confianza en el equipo que armó el auto de la nada.

Con un promedio de 227.372 mph (sólo 0.019 más rápido que su competidor más cercano) y con lágrimas en sus ojos dentro del casco, Kyle batió el tiempo de vuelta del campeón Alonso.

Juncos Racing creó una situación totalmente inesperada en el famoso circuito. Gil DeFerran pidió públicamente disculpas a todos los fans de McLaren en el mundo. Fernando Alonso se sintió insignificante, a tal punto que se encerró en su casa rodante por horas. Finley, el gerente, fue despedido esa misma tarde. Peor todavía, Zac Brown trato de “comprar” un asiento en otro equipo para Alonso, el cual no quiso aceptar.

Ricardo Juncos demostró que no es necesario tener el presupuesto más grande para hacer frente a las adversidades.

Juncos Racing se ganó el corazón de los fans. También recibió el llamado de 250OK, una empresa de inteligencia tecnológica, que al ver la hazaña realizada decidieron patrocinar el carro en la carrera.

También las empresas Hagerty Insurance, NFP y Global Medicine Response se han sumado para este domingo.

Juncos Racing merece todo el soporte de la comunidad Hispana. Indirectamente han demostrado que cuando se quiere, sí se puede. Este domingo no se pierdan las 500 millas de Indianápolis. La historia todavía se está redactando. El carro número 32 todavía debe girar 200 veces con los otros 33 autos y llegar a la bandera a cuadros. Pero claramente ya sabemos quién es uno los principales actores de este drama a alta velocidad.

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