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Viajar puede ser la clave para poner fin al enfermo romance con tus dispositivos electrónicos

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El culpable: por lo general, un teléfono inteligente en busca de un selfie.

Los ahogamientos y las caídas se encuentran entre las principales causas de muertes relacionadas con las selfies; muchos accidentes automovilísticos pueden atribuirse a conducir de forma distraída, gracias a la necesidad de responder a los mensajes de texto y correos electrónicos.

El smartphone se ha convertido en una atracción fatal.

También puede ser culpable de delitos menores que afectan incluso a más viajeros: la capacidad de subvertir o incluso destruir tu tiempo libre.

Ya es bastante malo que no nos tomemos todo el tiempo de vacaciones que tenemos asignado. Según Project: Time Off, más de la mitad de todos los estadounidenses dejan las vacaciones sobre la mesa, alrededor de 705 millones de días no tomados, lo que narra nuestros problemas (y, recientemente, pequeños triunfos) en nuestros esfuerzos por tener momentos recreativos.

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Los californianos usan 16.7 días de vacaciones al año, pero dejan alrededor del 30% de su tiempo libre sobre la mesa. En Colorado los trabajadores tienen un promedio de casi 28 días de vacaciones, el mejor en la nación, pero tampoco usan todo lo que reciben. De hecho, renuncian a casi ocho de esos días.

Aquí está el problema en conjunto: incluso cuando usamos nuestros días de vacaciones, es posible que no estemos prestando atención a las personas o lugares que nos rodean. Pero al igual que podemos desperdiciar nuestras vacaciones al no ser conscientes, viajar también puede ser la clave para desconectarse de los teléfonos inteligentes.

Blake Snow, autor del libro “Log Off: How to Stay Connected After Disconnecting” (2017), se refiere a los dispositivos electrónicos como el pulgar del rey, ya que tienden a gobernar nuestras vidas como déspotas monarcas.

No solo estaban gobernando su vida, dijo; la estaban arruinando. Como periodista, sintió “la presión cada minuto para estar informado todo el tiempo”. A pesar de que estaba constantemente en su teléfono y en sus dispositivos, le preocupaba que el hecho de no estar siempre en contacto con el mundo y con todos afectara sus perspectivas.

“Eso no era cierto”, dijo. Lo contrario era cierto. Una vez que se dio cuenta de esto y estableció límites electrónicos, su trabajo y su vida mejoraron.

Todo comenzó con lo que llamó su “Momento Montana”, unas vacaciones que se convirtieron en un evento que cambió su vida, escribió en “Log Off”. Snow, su familia y sus amigos estaban en Big Sky Country y no podían conectarse. Esto fue, recuerdó, después de 1,300 días consecutivos de estar en contacto, digitalmente hablando.

Dejaron sus teléfonos y comenzaron a hablar entre ellos, disfrutando juegos de mesa y apreciando la naturaleza. “Y nuestras vidas inmediatas fueron mejores por eso”, escribió en el libro.

Ahora su familia hace lo que él llama un “ayuno digital” dos veces al año: una semana sin nada electrónico. A sus hijos no les gusta, pero este reinicio ayuda a poner la conectividad en perspectiva.

Casi no puedes evitar estar en línea cuando eres un viajero. Google Maps te ayuda a navegar, y reservar un hotel de última hora a un precio con descuento o encontrar un restaurante cerca de ti es infinitamente más fácil con un teléfono inteligente.

Pero no es necesario responder a cada mensaje de texto o notificación, dijo Snow. No necesitas ser el leal súbdito de tu teléfono.

“En el fondo, creo que para muchos de los profesionales que trabajamos, lo más importante es llegar a un acuerdo [con la idea] de que el mundo seguirá sin mí”, dijo en una entrevista. “Una vez que nos enfrentamos a eso, estamos en una mejor posición para dejar nuestros teléfonos”.

Snow llamó a la incesante revisión del teléfono una compulsión que recompensa al usuario, creando un incentivo para repetir ese comportamiento.

Pero nuestro comportamiento con los electrónicos también imita algunas características de la adicción, dijo el doctor Gary Malone, psiquiatra de la adicción y director médico de psiquiatría para el Texas Health Arlington Memorial Hospital y el Texas Health Mansfield Recovery and Wellness Center.

Una clave para determinar si tienes un problema: ¿Tus dispositivos se interponen en lo que quieres hacer con tu vida? Si estás pasando todo tu tiempo en el teléfono o en tu computadora portátil para juegos y no prestas atención a las relaciones, eso dice mucho sobre tus prioridades, dijo Malone.

¿Y si decides parar? A diferencia de la adicción, reducir o cortar el uso no crea signos físicos de la abstinencia, señaló.

Snow relató que mientras estaba en Montana tuvo que reajustar su pensamiento para encontrar delicias analógicas como un pasatiempo o un deporte.

Eso no es sustituir una obsesión por otra, dijo. El Internet es infinito, pero algo como cuidar tus rosas (mi pasión analógica) tiene un punto final (al menos, espero que lo tenga) a diferencia del desplazamiento infinito de, digamos, Facebook.

¿Cómo empiezas a encontrar el camino de regreso? Snow sugirió tomarse unas vacaciones, lo que te hace redescubrir lo que disfrutas. Tienes la oportunidad de probar otras cosas y ver o redescubrir lo que te deleita y enriquece en un entorno diferente.

Esto se debe en parte a la razón por la que los hoteles Wyndham Grand han creado en cinco establecimientos, zonas libres de teléfonos, en sus restaurantes y en sus piscinas. La participación es voluntaria y ofrece una recompensa por hacerlo: posiblemente ganar una estancia de cinco noches gratis.

El problema con lo digital se hizo evidente, dijo Lisa Checchio, directora de marketing de Wyndham, cuando una propietaria informó que tenía que agregar sillas junto a la piscina. Solía ser que cuando estabas de vacaciones, lo primero que hacías era correr a la piscina y saltar dentro porque sabiamente llevabas tu traje de baño debajo de tu ropa, dijo.

Pero hoy en día, dijo, “los padres y los niños estaban sentados junto a la piscina, usando dispositivos”, lo que explica el déficit de asientos.

Ahora hay zonas libres de teléfonos, pero si no vas a participar, también está bien.

“La intención no es juzgar”, dijo. “El mejor servicio que podemos dar a nuestras familias es el tiempo”.

Ya sea que reduzcas tu uso o lo pares por completo, recuperarás esos minutos y quizás horas. Son nuestros para gastar como deseamos.

“Esa es la gran cosa”, dijo Snow. “Estás participando en experiencias activas, no pasivas. Es realmente poderoso”.

El rey esta muerto. Viva el nuevo gobernante de tu vida: la cordura digital.

¿Tienes un dilema de viaje o pregunta? Escribir a travel@latimes.com. Lamentamos no poder responder a todas las preguntas.

Si quieres leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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