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Los californianos desempleados recibirán 600 dólares extra en beneficios semanales a partir del domingo

 South L.A. WorkSource Center
Stanley Smith, centro, de WorkSource del sur de L.A. ayuda a Gregory Allen, derecha, en el laboratorio de computación con los servicios de búsqueda de trabajo el 26 de marzo. Unos 2.3 millones de californianos han solicitado el subsidio de desempleo desde el 12 de marzo.
(Dania Maxwell / Los Angeles Times)
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Los californianos que luchan por encontrar trabajo recibirán $600 adicionales en beneficios semanales de desempleo de un paquete de estímulo federal a partir del domingo, dijo el gobernador Gavin Newsom, ya que un diluvio de 2.3 millones de nuevos reclamos de desempleo en el último mes, tiene al estado luchando por conseguir recursos para quienes acaban de perder sus trabajos.

El dinero adicional de ayuda aprobado por el Congreso significa que el beneficio semanal promedio de California de 340 dólares se incrementará a 940 dólares, mientras que aquellos que reciben el máximo apoyo semanal del estado verán los cheques de 1.050 dólares. Los beneficios más altos durarán cuatro meses.

El primer pago se hará el domingo a los que ya han procesado las solicitudes y es para la semana que termina el 11 de abril. Los pagos se acreditarán a las tarjetas de débito del Departamento de Desarrollo de Empleo del estado.

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“Muchos californianos están sintiendo los efectos de esta pandemia, y este beneficio adicional es muy importante para nuestros trabajadores que han necesitado recursos durante este difícil momento”, manifestó Newsom en un comunicado el jueves.

Newsom dijo que los 2.3 millones de nuevas solicitudes de desempleo procesadas en las últimas cuatro semanas son más que todas las presentadas en 2019. El estado pagó casi 684.3 millones de dólares en beneficios de desempleo en el último mes. En la semana que terminó el 4 de abril, el Departamento de Desarrollo de Empleo procesó 925.450 solicitudes, lo que supone un aumento del 2.418% respecto a la misma semana del año pasado.

Pero el estado está viendo una tormenta de quejas de los trabajadores recién desempleados que no han podido comunicarse por teléfono con el Departamento de Desarrollo de Empleo para pedir ayuda en la presentación de solicitudes. En respuesta, los legisladores estatales pidieron el jueves que la agencia amplíe inmediatamente el horario del centro de llamadas más allá de la ventana diaria de 8 a.m. a mediodía que se ofrece actualmente.

El daño económico infligido por la pandemia COVID-19 ha expuesto otros defectos del programa de California para ayudar a los desempleados, incluyendo los beneficios estatales que no han seguido el ritmo de la inflación y una escasez de fondos de reserva que podría obligar al estado a pedir prestados miles de millones de dólares al gobierno federal para pagar los reclamos de desempleo.

El estado también sigue luchando por establecer un sistema para aplicar una parte de la Ley federal de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica contra el Coronavirus que, por primera vez, ofrecerá beneficios de desempleo a los trabajadores contratados y cesantes y a los de la economía informal. Esos cheques pueden tardar aún semanas.

“Es una tormenta perfecta”, dijo Carole Vigne, una abogada del grupo Legal Aid at Work, que ofrece servicios gratuitos a personas de bajos ingresos que buscan ayuda con problemas de empleo. “No hay manera de que una agencia de ese tamaño pueda manejar esta afluencia de solicitudes. Anticipo algunas demoras bastante largas a pesar de sus mejores esfuerzos”.

Newsom reconoció esta semana que es consciente de los problemas que implica la tramitación de tantas nuevas reclamaciones.

“Estamos tratando en tiempo real de mejorar nuestra capacidad de entrega”, aseguró durante una reunión informativa el martes. “Obviamente todos tenemos que hacer más y mejor para satisfacer el aumento de las solicitudes y el incremento de las consultas”.

Numerosos californianos desempleados se han quejado en las redes sociales de que ellos, u otros que conocen, no han podido comunicarse por teléfono con el Departamento de Desarrollo Económico y Social para solicitar nuevos reclamos y pedir ayuda con los problemas que les impiden presentarlos en línea.

John Muscarnero, residente del Valle de San Fernando, quien recientemente perdió su trabajo en la industria de servicios alimenticios, dijo que desmotiva que los centros de llamadas del EDD sólo estén abiertos cuatro horas al día y que las llamadas terminen con largas esperas y sin que conteste una persona en vivo.

“Llamé docenas de veces. Nunca logré comunicarme”, aseguró Muscarnero, quien no ha podido desenredar la burocracia que implica su reclamo de beneficios por desempleo. “Es un proceso frustrante y punitivo”.

Agregó que tiene que elegir entre pagar su alquiler y otras facturas, incluyendo el pago de su coche.

“El nivel de ansiedad está por las nubes”, dijo.

Fernando, residente del centro de Los Ángeles, que habló con el Times con la condición de que no se usara su apellido, luchó para presentar un reclamo después de perder su trabajo de ventas en una empresa de telefonía móvil. Dijo que llamó al EDD más de 90 veces antes de que finalmente consiguiera hablar con una persona en el teléfono que le ayudara a procesar su reclamación.

“Es una situación desafortunada”, señaló. “Alguien que fue despedido no va a poder pagar sus cuentas, comprar comestibles, pagar su alquiler”.

Abrir líneas telefónicas sólo cuatro horas al día no es aceptable, manifestó Hill, quien es presidente del Comité de Trabajo, Empleo Público y Jubilación del Senado, que supervisa el EDD.

“Deberían estar 12 horas al día”, apuntó Hill. “La [línea] telefónica es la parte crucial del proceso. Si puedes hacerlo en línea, has resuelto tu problema, pero si no logras realizarlo en línea por una razón u otra, estás casi en el infierno porque no hay nada que puedas hacer a menos que hables con alguien”.

El asambleísta Jim Patterson (R-Fresno) escribió a Newsom el jueves para pedir que el horario del teléfono del EDD se extienda de 8 a.m. a 5 p.m. de lunes a viernes y que se proporcionen horas adicionales el sábado. Señaló que algunos de sus electores han dicho que han tenido que esperar en el teléfono durante 2½ horas, y que su propio personal ha tratado de comunicarse y ha tenido que esperar 39 minutos o más.

“Docenas de personas se han quejado de que la función de devolución de llamada simplemente no funciona, porque nunca reciben una llamada de regreso”, escribió Patterson. “Aún más frustrante es que muchos electores han declarado que estuvieron esperando durante largos períodos, sólo para ser desconectados repentinamente ya sea mientras están en espera y/o cuando finalmente se comunican con un representante”.

Muchas de las personas que se comunican a los centros de llamadas del EDD tienen barreras lingüísticas que les impiden completar el proceso de reclamación en línea o se enfrentan a barreras tecnológicas, incluyendo la falta de acceso a Internet, que según Vigne es especialmente un problema para los trabajadores de bajos salarios.

La dotación de personal es un problema que ha obstaculizado el procesamiento de las reclamaciones tanto por teléfono como en línea.

Un impuesto federal a los empleadores paga los gastos de personal del estado para procesar las reclamaciones, y las asignaciones se hacen en base a la cantidad de casos. Con el desempleo en niveles bajos en los últimos años, el financiamiento federal a los estados para administrarlo ha disminuido en un 30% en la pasada década, dijo Maurice Emsellem, director del Programa de Oportunidad Justa en el Proyecto Nacional de Ley de Empleo en Berkeley.

Como resultado, el número de empleados del EDD asignados a la división de campo en la que se procesan la mayoría de las reclamaciones iniciales ha disminuido de 3.067 en 2010 durante la Gran Recesión a 1.516 este año, dijeron los funcionarios.

“Tienes a la mitad del personal haciendo mucho más trabajo”, subrayó Hill.

El EDD se ha movido para llenar algunos de los huecos trayendo jubilados y desplazando cientos de trabajadores del estado de otras funciones para ayudar a procesar nuevos reclamos y responder las llamadas telefónicas, dijo la secretaria de Trabajo de California Julie Su, en una declaración grabada en video el domingo en Facebook.

“Quiero reconocer los desafíos que la gente puede tener. Sé que llega a ser frustrante”, reconoció Su.

Aseguró que la agencia está trabajando para que las reclamaciones se procesen en tres semanas.

El estándar del gobierno de Estados Unidos requiere que el 90% de los reclamos para beneficios de desempleo sean procesados dentro de 21 días, y California pudo mantenerse cerca de ese número en febrero, de acuerdo con los más recientes informes del Departamento de Trabajo de EE.UU. En la semana que terminó el 29 de febrero, el departamento dijo que California procesó el 85.7% de las primeras solicitudes en 21 días.

Vigne dijo que lo más revelador será el desempeño en marzo cuando los reclamos se dispararon.

Los funcionarios del estado no divulgarán nuevos números, pero informaron que las “eficiencias”, incluyendo la renuncia a alguna verificación hasta después de que se emita un cheque, y el procesamiento de muchas reclamaciones a través de un sistema automatizado, están permitiendo que la mayoría de las reclamaciones se completen en tres semanas.

Una vez que se agoten los 600 dólares extra del paquete de estímulo federal, otro defecto del sistema de California será más evidente: los montos de los beneficios no se han mantenido a la par de la inflación como en otros estados.

Los beneficios se pagan con un impuesto remunerado por los empleadores sobre los primeros 7.000 dólares del salario de un empleado, pero California no ha aumentado esa cantidad desde 1984, apuntó Emsellem.

Como resultado, la media del beneficio semanal en California es sólo el 25% del sueldo semanal promedio de $1.340 en el estado, por lo que las personas que pierden sus trabajos sólo recuperan una pequeña parte de sus ingresos, señaló.

Los funcionarios electos se han mostrado reacios a aumentar los impuestos a los empleadores, por lo que el problema financiero ha crecido.

“Ha empeorado mucho”, declaró Emsellem. “La dinámica política es que los empleadores han rechazado cualquier tipo de reforma financiera”.

La Oficina del Analista Legislativo independiente dijo el jueves que los funcionarios tienen la opción de aumentar los beneficios a los californianos desempleados, ya sea dando a todos el máximo beneficio semanal de $450 o añadiendo $100 por semana además del estímulo federal.

Los costos podrían ser cubiertos tomando un préstamo del gobierno federal. Cuando los estados no tienen suficiente dinero para pagar los reclamos de desempleo durante las crisis, los estados piden prestado al fondo fiduciario federal de desempleo y el dinero se devuelve en parte con un impuesto más alto colocado temporalmente a los empleadores.

California pasó por eso con la Gran Recesión, cuando tuvo que pedir prestado 10.700 millones de dólares a Washington. Ese préstamo sólo fue devuelto en su totalidad en 2018, pero mientras tanto California tuvo que pagar cientos de millones de dólares de intereses por su deuda federal.

En 2019, antes de la pandemia, California recaudó 5.900 millones de dólares en impuestos de seguro de desempleo de los empleadores y emitió alrededor de 5.500 millones de dólares en beneficios totales.

Es inevitable que California y muchos otros estados pidan más préstamos debido a la magnitud del problema de desempleo causado por la pandemia, precisó Hill.

El estándar federal es que los estados deben mantener una reserva capaz de pagar un año de reclamaciones durante una recesión, pero Emsellem reveló que a finales de 2019, California tenía menos de cuatro meses de reservas.

“Si esto se prolonga mucho más, la mayoría de los estados van a terminar pidiendo prestado al gobierno federal”, señaló.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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