Anuncio

La pandemia convierte la bulliciosa frontera en un pueblo fantasma

El guardia de seguridad de Tijuana Fernando Reyes cierra la puerta de acceso peatonal Oeste el lunes. El cruce fronterizo de El Chaparral fue cerrado temporalmente el domingo en respuesta a la disminución del tráfico desde que se produjeron las restricciones relacionadas con la pandemia del coronavirus a los viajes no esenciales.
(Wendy Fry / The San Diego Union-Tribune)

La frontera México-Estados Unidos ha visto una caída sin precedentes del 70 por ciento en los cruces de la región

Share

La frontera de Tijuana se ha convertido en un pueblo fantasma.

De la típicamente bulliciosa zona fronteriza de la ciudad han desaparecido los estudiantes que cruzan a tomar clase, las quejas de los taxistas que compiten por los clientes y el olor a tortillas recién cocinadas.

Cerrada por las restricciones del coronavirus, la plaza ahora vacía frente al paso fronterizo de El Chaparral parece abandonada - su soledad deja ver muros con grafiti, calles llenas de basura y aceras desmoronadas.

“Parece sacado de una película de terror”, dijo Carlitos Vargas, quien ha trabajado durante 20 años en una farmacia de la Plaza Viva Tijuana, directamente frente a El Chaparral.

Anuncio

El paso fronterizo entre Estados Unidos y México que conecta la zona turística del norte de Tijuana con el centro comercial Las American Premium Outlets de San Ysidro fue cerrada el domingo 5 de abil después de una caída sin precedentes del 70 por ciento en los cruces de frontera en la región.

Las nuevas medidas contra el coronavirus en ambos países han restringido severamente los viajes transfronterizos, permitiendo solo a las personas que labora en trabajos esenciales o aquellos con razones médicas válidas.

El comercio y el tráfico de carga no se han restringido, pero se registró una caída de al menos un 20 por ciento, posiblemente hasta un 50 por ciento, según Alejandra Mier y Teran, presidenta de la Cámara de Comercio de Otay Mesa.

Algunos negocios alrededor de El Chaparral siguen abiertos pero no hay clientes a la vista. Cerrado por restricciones de la enfermedad coronavirus, la plaza ahora vacía frente al paso fronterizo de El Chaparral está abandonada.
(Alejandro Tamayo/The San Diego Union Tribune)

El alcalde de Tijuana Arturo González dijo que los funcionarios de la ciudad tuvieron que adoptar inicialmente algunas medidas estrictas, como patrullas a las 6 de la mañana con la participación del ejército, para desalojar la playa de la ciudad y las zonas turísticas como Playas de Tijuana.

El mes pasado, las multitudes en las playas y bares de Tijuana aumentaron inicialmente cuando San Diego implementó regulaciones más estrictas que cerraron sus áreas y lugares de recreación. Pero González dijo que las nuevas regulaciones fronterizas y la vigilancia lo han resuelto.

“Quiero reportar que, por ejemplo, en Playas de Tijuana este domingo, fue un día con casi cero visitantes, fue muy tranquilo y sin problemas. Esto es muy importante para combatir el coronavirus... Sé que es difícil. Sé que es difícil, pero es por la salud de todos nuestros seres queridos”, dijo González.

Tijuana tuvo el salto más alto de casos en un solo día con 51 nuevos casos, pasando de 95 el martes a 146 el miércoles. En Baja California hubo 263 confirmados casos confirmados hasta el jueves, con un total de 17 defunciones por la enfermedad en todo el estado. Sin embargo, los expertos en salud consideran que ese número es solo una fracción del total de casos reales debido a las limitadas pruebas que se realizan en todo el estado.
Esther Morales, propietaria de un pequeño negocio, hace tamales en la tamalería La Antigüita en la Calle Cuarta cerca de la frontera.

Dijo que apenas puede mantenerse abierta durante la crisis económica provocada por el cierre parcial de la frontera.

“La mayor parte de mi negocio proviene de gente que se lleva mis tamales para ir a Estados Unidos, así que si la gente no viene de Estados Unidos o va a Estados Unidos, el negocio va muy mal”, dijo.

Morales dijo que sigue abierta, pero que lo máximo que ha vendido en tamales desde que entraron en vigor las nuevas restricciones fronterizas son unos 500 pesos o unos 20 dólares en un día.

“En este momento, me estoy preparando para llevar algunos tamales para donar a los refugios porque las cosas están mucho peor allí”, dijo Morales. “Mañana iré al mercado a preparar unos tamales frescos y si no puedo venderlos, los llevaré de nuevo a los albergues para que tengan algo de comida”.

Algunos negocios alrededor de El Chaparral siguen abiertos pero no hay clientes a la vista. Cerrado por restricciones de la enfermedad coronavirus, la plaza ahora vacía frente al paso fronterizo de El Chaparral está abandonada.
(Alejandro Tamayo/The San Diego Union Tribune)

El empresario Miguel Marshall en Tijuana, dijo que tuvo que cerrar temporalmente el servicio de su muy popular Cereus Bar cerca de la frontera debido a las restricciones por la enfermedad del coronavirus, así como Elvira, su nuevo restaurante y bar en la calle Sexta, una zona turística.

Marshall dijo que su cafetería Nativo, adyacente a Cereus Bar, solo sirve comida para llevar o a domicilio, añadiendo que ha tenido que reducir temporalmente el 80 por ciento de su personal.

Las regulaciones por el coronavirus en Tijuana permiten a la gente comprar bebidas alcohólicas para llevar o recoger en algunos establecimientos. Cereus lanzó una campaña de marketing de Beber en casa para ofrecer estas opciones.

Marshall dijo que cree que la ciudad y las pequeñas empresas podrán recuperarse rápidamente alrededor de agosto o septiembre.

“Yo diría que la gente es resistente y que apoya a los negocios locales”, dijo Marshall. “Conocen la lucha y entienden que la base de la economía local es a través de las pequeñas empresas. Tijuana siempre ha sido conocida por su proceso de reinvención, y hoy nos estamos reinventando una vez más para una nueva era de negocios en la que la salud y la sensibilización se convertirán en el principal tema del programa”.

Los negocios en las tiendas de comestibles se mantienen estables a lo largo de la ciudad, junto con las fábricas de proveedores de alimentos en la zona fronteriza oriental de la ciudad.

La mayoría de las 593 maquiladoras de la ciudad, incluidas las que producen dispositivos electrónicos y piezas de automóviles, siguen funcionando, a pesar de que la Secretaría de Economía de Baja California ha dicho que todas las que no producen dispositivos médicos deben cerrar. Las empresas están esperando directrices más claras del gobierno federal sobre qué fábricas se consideran esenciales.

En la Plaza Viva Tijuana - que ya luchaba económicamente antes de que comenzara la crisis del coronavirus - Vargas, el trabajador de la farmacia, no es tan optimista.

La crisis del coronavirus solo ha empeorado las cosas, dijo.

Muchos restaurantes de la frontera tuvieron que cerrar a pesar de que técnicamente se les permite permanecer abiertos bajo las regulaciones del coronavirus. Vargas dijo que la falta de tráfico peatonal en los cruces fronterizos ya ha cerrado cerca de un cuarto de los restaurantes de la frontera.

“Creo que la gente está muy, muy asustada. ¿Quién sabe cómo saldremos de esto o qué estará abierto para cuando termine?” dijo Vargas.

Anuncio