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Hágase la prueba de coronavirus si ha estado en una protesta, instan los funcionarios de salud

Demonstrators at Belvedere Park protest police brutality.
Manifestantes en el Belvedere Park de Los Ángeles el domingo protestan contra la brutalidad policial.
(Robert Gauthier / Los Angeles Times)
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Los funcionarios de salud quieren que se hagan una prueba de detección del coronavirus si han estado en una protesta o en una gran reunión donde la gente no ha usado mascarillas.

La directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, dice que si usted ha sido parte de una gran multitud en la que las personas no han estado usando protectores para la cara, y estuvo en contacto cercano durante al menos 15 minutos, debe someterse a una prueba.

Pero no se haga la prueba inmediatamente después de asistir a un gran evento, indicó. Si se la hace tan pronto, “es probable que resulte negativa”, dijo Ferrer el viernes, “porque su carga viral aún será demasiado baja para que sea detectada en una prueba”.

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También advirtió que las pruebas negativas no eran una razón para bajar la guardia. Incluso si su resultado fue negativo, “aún necesita mantenerse alejado de los demás durante 14 días después de haber tenido esa exposición”.

El COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, puede tener un largo período de incubación, generalmente hasta de 14 días.

Y si vive en casa con personas mayores o con alguien con una afección médica subyacente, “es particularmente importante que mantenga seis pies de distancia y se cubra la cara, incluso mientras esté con ellos en su casa”, indicó Ferrer.

También aconsejó a aquellos con exposición a grandes multitudes, que incluye a participantes sin mascarilla, que evitaran preparar comida para otros, compartir utensilios, ropa de cama y toallas e incrementar la limpieza y desinfección de superficies comunes.

La semana pasada, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU también advirtieron sobre el potencial de grandes reuniones para provocar otros brotes.

“Creo que existe la posibilidad, desafortunadamente, de que este sea un evento de propagación”, dijo el Dr. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU, en una audiencia en el Congreso el jueves. La forma de minimizar eso es, agregó, hacer que cada individuo se responzabilice y se examine y que reconozca que así es como pueden proteger a los seres queridos. “En tres, cinco, siete días, hágase la prueba, asegúrese de no estar infectado”.

Muchos expertos en salud han apoyado el derecho de los manifestantes a protestar por el asesinato de George Floyd, un hombre negro que murió después de que un oficial de policía blanco de Minneapolis colocó su rodilla sobre el cuello de Floyd durante más de ocho minutos.

Más de 1.000 personas, entre ellas expertos en enfermedades infecciosas y salud pública, han firmado una carta abogando por manifestaciones contra el racismo, diciendo que los efectos de este causan profundas disparidades en la salud pública.

“La supremacía blanca es un problema letal de salud pública que precede y contribuye al COVID-19. Los negros tienen el doble de probabilidades de ser asesinados por la policía en comparación con los blancos, pero los efectos del racismo son mucho más generalizados”, dice la carta, lo que lleva a dramáticas disparidades en la esperanza de vida, mortalidad materna e infantil y afecciones médicas crónicas. “Son el resultado de sistemas de opresión y prejuicios de larga data que han sometido a las personas de color a la discriminación en el entorno de la salud, la disminución del acceso a la atención médica y la alimentación saludable, las condiciones de trabajo inseguras, el encarcelamiento masivo, la exposición a la contaminación y el ruido, y los tóxicos efectos del estrés”.

La carta insta a los manifestantes a tratar de disminuir sus riesgos de contraer el coronavirus mediante el uso de coberturas faciales y mantenerse al menos a seis pies de distancia de otras personas o, si eso no es posible, manifestarse junto a un solo grupo de individuos, en lugar de mezclarse ampliamente con otros grandes grupos.

La carta también pide a la policía que deje de usar gases lacrimógenos, aerosol de pimienta u otros irritantes respiratorios para someter a los manifestantes, lo que sólo hará que las personas tosan y griten, enviando así gotitas infecciosas a otros, expuso el Dr. Peter Chin-Hong, un profesor de medicina y especialista en enfermedades infecciosas en UC San Francisco, quien ayudó a editar la carta.

El Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno federal, dijo a la estación de radio WTOP-FM de Washington, DC el viernes que las grandes manifestaciones eran “una configuración perfecta para una mayor propagación del virus”, porque los manifestantes están físicamente cerca el uno del otro coreando y gritando.

Instó a los manifestantes a mantener sus mascarillas en todo momento. A veces, señaló Fauci, ha observado en la televisión que algunos manifestantes se las quitan cuando comienzan a protestar.

La ciencia muestra que grandes reuniones de cualquier tipo (funerales, congregaciones de iglesias, conferencias, eventos festivos como el Mardi Gras) han jugado un papel descomunal en la propagación de la enfermedad. Y aunque la transmisión puede ocurrir fácilmente en interiores, también puede suceder en exteriores.

Los científicos que estudiaban reuniones festivas en Alemania que se celebraban en el exterior descubrieron que el riesgo de transmisión era 2½ veces mayor como resultado de que las personas se unieran en grandes grupos, expuso el Dr. Scott Gottlieb, ex comisionado de la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU al programa de noticias “Face the Nation” el domingo.

“Es probable que veamos que los casos aumentan”, manifestó Gottlieb. Pero agregó que sería difícil determinar si los casos incrementaron debido a las protestas o a la reapertura de la economía.

“Intentar descifrar cuál es la contribución de las protestas versus la contribución de la reapertura general va a ser difícil”, señaló Gottlieb. Probablemente tomará un par de semanas más ver cuáles son los efectos de la reapertura y las manifestaciones sobre las tasas de transmisión de enfermedades, concluyó.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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