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¿Puede California contener una oleada de coronavirus? Las próximas dos semanas serán críticas

A staffer passes a COVID-19 self-test kit to a driver at the Hansen Dam Recreation Center test site in Sylmar
Un miembro del personal entrega un kit de autoevaluación de COVID-19 a un conductor en el sitio de prueba del Centro Recreativo Hansen Dam en Sylmar.
(Genaro Molina/Los Angeles Times)
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Las próximas dos semanas se están convirtiendo en críticas para California mientras los funcionarios esperan ver si las restricciones impuestas a fines de junio y julio muestran signos de desaceleración de la rápida propagación del coronavirus en las comunidades de todo el estado.

Esta semana estuvo marcada por una serie de hitos sombríos cuando California rompió un récord de un día para nuevos casos de coronavirus, más de 11.000 el martes, así como el aumento de las tasas de infección y el creciente número de hospitalizaciones. Debido a que el coronavirus puede tardar semanas en incubarse, gran parte del incremento actual todavía está vinculado a las personas expuestas al virus en junio, ya que los condados reabrieron rápidamente la economía y muchos volvieron a las viejas pero peligrosas rutinas, como ir a bares y asistir a fiestas y otros eventos sociales. Una gran cantidad de gente también regresó a los lugares de trabajo que no implementaron nuevos protocolos de seguridad.

La gran pregunta ahora es si los californianos cambiaron su comportamiento lo suficiente en julio para reducir las tasas de infección. Las autoridades comenzaron a generar alarmas en los días previos a las vacaciones del 4 de julio y en las últimas semanas han cerrado bares, restaurantes, centros comerciales, gimnasios y otros establecimientos minoristas en muchas áreas.

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“Ahora está en manos de todos”, dijo Bárbara Ferrer, directora de salud pública del condado de Los Ángeles. “Sin embargo, no tenemos mucho tiempo. La situación cambia en un momento donde realmente espero que los hospitales puedan brindar más atención de la que es posible”.

El 28 de junio, el gobernador Gavin Newsom ordenó el cierre de bares en el condado de Los Ángeles y varios otros, y un día después, Ferrer advirtió sobre “aumentos alarmantes en casos, tasas de positividad y hospitalización”. Para el 1 de julio, Newsom dio la orden de que se cerraran los restaurantes y bares en 19 condados, lo que afecta al 72% de la población del estado.

Han pasado unas dos semanas desde entonces, pero tomará al menos tres semanas saber si las acciones que se realizaron esa semana cambiaron decisivamente el curso de la pandemia, expuso la Dra. Christina Ghaly, directora de servicios de salud del condado de Los Ángeles. Ghaly dijo el miércoles que si las personas volvían a tener un comportamiento más seguro: quedarse en casa tanto como sea posible, evitar reuniones sociales, cubrirse la cara, mantener la distancia física y los lugares de trabajo siguiendo nuevos protocolos de seguridad, el condado de Los Ángeles podría evitar que los hospitales y las UCI se abrumaran.

Incluso más empresas han cerrado esta semana, con Newsom ordenando el cierre de todos los bares y comedores interiores en restaurantes. Y en los condados más afectados que albergan a más del 88% de los californianos, también cerró las operaciones interiores de gimnasios, lugares de culto, salones de belleza, salones de uñas, centros comerciales, salones de tatuajes, boliches, salas de juego y oficinas para industrias no esenciales.

Si algo está claro, dijeron funcionarios de todo el estado, ahora corresponde a los residentes y las empresas hacer todo lo posible para frenar la propagación de la enfermedad. El porcentaje de adultos más jóvenes que se infectan con el coronavirus está creciendo, y ellos ahora representan una mayor proporción de pacientes hospitalizados con COVID-19, lo que significa casi el 30% de los adultos jóvenes en el condado de L.A.

“Fiestas de cumpleaños, visitas con abuelos... las barbacoas: están contribuyendo a retrasar o revertir la reapertura de negocios”, señaló el Dr. Grant Colfax, director de salud pública de San Francisco.

California registró el martes su mayor número de casos nuevos en un solo día, 11.142 infecciones; el martes también marcó la segunda cifra más alta de muertes en un solo día en todo el estado, con 144 decesos, según el rastreador de coronavirus de California de Los Angeles Times.

El miércoles, se reportaron al menos otros 8.000 nuevos casos de coronavirus y más de 125 muertes en todo el estado.

Ha habido un total acumulado de más de 354.000 casos confirmados y arriba de 7.300 muertes relacionadas con el coronavirus en todo el estado. De ellos, más de 143.000 casos y alrededor de 3.900 decesos ocurrieron entre los residentes del condado de L.A.

Más de 6.700 personas con infecciones confirmadas por coronavirus estuvieron en el hospital en todo el estado el martes. Eso es más del doble del promedio diario en mayo, cuando había alrededor de 3.000 individuos hospitalizados en todo el estado con infecciones confirmadas.

En el condado de Los Ángeles, los funcionarios estimaron que la tasa de transmisión efectiva del coronavirus ha aumentado ligeramente a 1.07, según los datos publicados el miércoles, aunque el número real podría estar entre 0.94 y 1.2. Eso significa que los funcionarios estiman que, en promedio, cada 1 persona infectada con el virus lo transmite a otros 1.07 individuos.

San Francisco informó el miércoles una tasa de transmisión aún peor de aproximadamente 1.3.

“El virus no sólo sigue allá afuera, está ahí más que nunca antes”, manifestó Colfax, director de salud pública de la ciudad. “Si no lo hacemos mejor, estaremos viendo problemas importantes a fines de agosto y septiembre, con un pico promedio de 900 pacientes hospitalizados a principios de octubre”, un número 10 veces más nocivo que lo que la ciudad está viendo ahora.

Colfax dijo que es “ciertamente posible” que si las condiciones no mejoran, los funcionarios podrían tener que revertir los esfuerzos de reapertura en San Francisco y el área metropolitana de la Bahía.

Con la creciente evidencia sobre el impacto desproporcionado que la pandemia está teniendo en las comunidades latinas y negras, los funcionarios del condado de Los Ángeles anunciaron el miércoles planes para expandir las pruebas donde más se necesitan.

Las autoridades anunciaron que abrirán seis nuevos sitios de prueba en comunidades de color: Montebello, South Gate, Azusa, Panorama City, Compton y el área de Downey-Norwalk. Y agregarán capacidad en cuatro sitios existentes en Bellflower, Pomona, El Monte y East Los Angeles.

Un sorprendente 89% de las personas que dieron positivo para el coronavirus en un sitio en Willowbrook, al sur de Watts, han sido latinas, a pesar de que el 71% de aquellos que se hicieron la prueba se identificaron como latinos, dijo la Dra. Erika Flores Uribe, médico de la sala de emergencias y directora de acceso de idiomas e inclusión en el departamento de servicios de salud del condado.

El resultado es cercano al de un estudio en el Distrito de la Misión de San Francisco, en el que el 95% de las personas que dieron positivo para el coronavirus eran latinos.

Además, los residentes latinos están dando positivo a una tasa mucho más alta que cualquier otro grupo racial o étnico en el condado de Los Ángeles, una tendencia que ha sido constante durante meses, señaló Ghaly, directora de servicios de salud del condado de Los Ángeles.

La disparidad podría reflejar que los residentes blancos tienen menos riesgo de estar expuestos al coronavirus.

Los residentes blancos tienen menos probabilidades de vivir en hogares llenos de gente o laborar en trabajos esenciales que requieren que los empleados salgan de sus hogares para ganar dinero, expuso Ghaly. La disparidad en la llamada tasa de positividad también podría reflejar un mayor acceso y uso de los recursos de prueba por parte de los habitantes blancos.

“Lamentablemente, las razones subyacentes por las cuales las comunidades de color se ven desproporcionadamente afectadas por los peores resultados de COVID-19 están relacionadas con problemas estructurales y sistémicos, incluidos los determinantes sociales de la salud que el condado está trabajando para abordar y mitigar en medio de esta pandemia”, dijo Ghaly.

La pobreza también aumenta el riesgo de dar positivo.

En las comunidades con las tasas de pobreza más altas, arriba del 15% de las pruebas de coronavirus tuvieron resultados que confirmaron la infección; en los barrios más ricos, menos del 8% de las pruebas dieron positivo.

“Esto refleja, una vez más, la carga que enfrentan nuestras comunidades de bajos ingresos en términos de su exposición al virus, y también el hecho de que no estaban accediendo a las pruebas en un nivel apropiado dado su grado de carga”, expuso Ghaly.

Para determinar dónde el condado debe agregar sitios de prueba, los funcionarios hicieron un análisis para crear un mapa de las áreas del condado de Los Ángeles que tenían la mayor necesidad de más exámenes de coronavirus, en función de factores como la tasa de positividad, la tasa de mortalidad por coronavirus y tasa a la que los residentes acceden a los servicios de prueba.

Los resultados mostraron que partes del sur de Los Ángeles, el sureste del condado de L.A., el Valle de San Gabriel, el Valle de Pomona, el Valle de San Fernando y el Valle de Antelope necesitaban un mayor acceso a las pruebas.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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