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Este condado sabía que el coronavirus podría devastar a sus trabajadores agrícolas. ¿Por qué las autoridades no hicieron nada?

Trabajadores agrícolas quitan la maleza en un campo de tomate en French Camp, California.
Trabajadores agrícolas quitan la maleza en un campo de tomate en French Camp, California.
(Max Whittaker / For The Times)

Hasta el 70% de los nuevos casos de coronavirus en el fértil Valle de San Joaquín de California pueden ser trabajadores latinos, pero los defensores dicen que carecen de pruebas y de acceso a la atención médica.

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A medida que los casos de coronavirus comenzaron a aumentar en el condado de San Joaquín en junio, el alcalde de Stockton, Michael Tubbs, propuso que los ciudadanos usaran una mascarilla en su ciudad en el centro de un fértil valle, donde la agricultura es el rey y la pobreza está generalizada.

La resolución que recibió de la directora de servicios de emergencia del condado, una figura clave en la coordinación de la respuesta a la pandemia, fue inquietante, dijo.

“Manténgase en su carril”, escribió Shellie Lima en un correo electrónico enviado a Tubbs el 9 de junio y obtenido por The Times, días antes de que el condado permitiera la apertura de salones, hoteles y campamentos de día. “Estoy en contra de la ordenanza de uso de mascarilla propuesta para Stockton... ¿Por qué nuestros funcionarios electos creen que tienen el conocimiento médico para exigirla?”

Trabajadores toman un descanso para desayunar en French Camp, California.
Los trabajadores agrícolas toman un descanso para desayunar mientras laboran en un campo de tomates en French Camp, California.
(Max Whittaker / For The Times)
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Semanas después, San Joaquín está tan abrumado por los casos de COVID-19 que los equipos médicos militares han sido enviados a dos hospitales locales. Las camas de la UCI son escasas, y el aumento ha afectado especialmente a los trabajadores agrícolas.

Aunque las cifras del condado dicen que alrededor del 31% de los casos en general están en la comunidad latina, algunos en la línea del frente estiman que hasta el 70% de los casos han afectado a ese grupo demográfico, en una región donde representan aproximadamente el 42% de la población, según cifras del Censo. Los expertos coinciden en que los recuentos de casos oficiales en todo el estado pueden ser bajos debido a problemas con las pruebas.

“Tal vez no piensan que es grave, quizá las personas que probablemente se vean afectadas no son una prioridad para ellos, o podría ser que es solo una falta de comprensión de la ciencia”, dijo Tubbs de la respuesta del condado. “Seguimos tratándolo como si esto no fuera evitable. Lo es”.

Delfino Perez weeds a tomato field in French Camp
Delfino Pérez quita la maleza en un campo de tomate en French Camp, California.
(Max Whittaker / For The Times)

En una entrevista reciente con el Times, Lima dijo que enviar el correo electrónico desde la cuenta de su condado fue un accidente y que su contenido no reflejaba las opiniones de su oficina. Pero agregó que mucho “ha cambiado” desde que lo escribió, y reconoce que la respuesta del condado “podría ser mejor”.

Como el gobernador Gavin Newsom detalló el viernes, hay muchas razones por las cuales los trabajadores latinos, incluidos los agrícolas que representan el 93% de los operadores agrícolas del estado, están siendo los más afectados por los casos de California. Los trabajadores agrícolas, en particular, a menudo residen en viviendas abarrotadas, compartiendo espacio con otras familias. Muchos son transportados a sitios de trabajo en camionetas llenas, y tienen poco acceso a la atención médica, incluidas las pruebas y el equipo de protección personal. Cuando caen enfermos, la realidad de la pérdida de salarios puede llevarlos a trabajar de igual manera, exponiendo a otros.

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Pero según los defensores de los empleados agrícolas, el coronavirus también está devastando a los trabajadores agrícolas latinos porque durante mucho tiempo han sido tratados como mano de obra disponible en California, arriesgando sus vidas en olas de calor y campos cargados de pesticidas para ayudar a poner comida en las mesas de las personas. La pandemia solo ha amplificado la preparación de políticas conservadoras, presiones económicas y disparidades históricas que atraviesan las tierras de cultivo de los condados del interior de California, dicen, lo que resulta en una ayuda del gobierno que parece muy poca y tardía.

A caregiver wrangles children at a Head Start daycare center for the children of farmworkers in Stockton
Una cuidadora supervisa a los niños en una guardería de Head Start para los hijos de trabajadores agrícolas en Stockton.
(Max Whittaker / For The Times)

“Es alarmante”, dijo José Rodríguez, presidente de El Concilio, una organización de defensa y servicios que administra centros de cuidado infantil y viviendas asequibles para trabajadores agrícolas. “Es decepcionante que los proveedores de servicios de salud o de salud pública no sientan la urgencia de descubrir cómo lo obtienen (el virus) estas personas y luego tratar de contenerlo”.

Aunque el virus ha afectado a otros condados agrícolas, como Monterey, San Joaquín se destaca como un lugar que esquivó la pandemia temprano pero no utilizó ese tiempo para prepararse. Hasta el viernes, el condado superó los 10.000 casos y ha contabilizado 110 muertes. Más de 3.700 de sus casos han llegado en las últimas dos semanas.

La Dra. Maggie Park, oficial de salud pública de San Joaquín, dijo que su condado ha estado trabajando para proteger a los trabajadores agrícolas desde marzo, cuando inició la temporada de recolección de cerezas y comenzaron a llegar los trabajadores migrantes, pero “a pesar de los mejores esfuerzos de todos, todavía tenemos algunos”.

Los trabajadores agrícolas y sus familias en San Joaquín aseguran que hasta ahora han visto poca ayuda.

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From left, siblings Carla, Samuel and Citlati Mendoza and their niece, Mila Gros
Desde la izquierda, los hermanos Carla, Samuel y Citlati Mendoza y su sobrina, Mila Gros, pasan el rato en su casa en un centro de vivienda para migrantes en French Camp.
(Max Whittaker / For The Times)

Citlali Mendoza, de 18 años, actualmente vive con sus padres trabajadores agrícolas en un complejo bajo de apartamentos cerca de la cárcel del condado. Cada año, la familia pasa unos nueve meses en San Joaquín antes de regresar a México por los meses restantes.

Mendoza, quien comenzará en Modesto Junior College este otoño, dijo que está “muy preocupada” por la salud de su madre y su padre, especialmente debido a las condiciones difíciles en su complejo de apartamentos. Su unidad es de unos pocos cientos de pies cuadrados, llena de estampas de santos católicos y un reloj de pared de la Última Cena, y compartida por seis personas. Pero ella comenta que la familia no ha recibido ayuda o información de fuentes gubernamentales sobre la propagación del virus.

“Es difícil”, dijo. “Estoy realmente asustada”.

Farmworkers weed a tomato field in French Camp, California.
En las primeras horas de la mañana, los trabajadores agrícolas limpian un campo de tomate en French Camp.
(Max Whittaker / For The Times)

Eulogio Granados es un intermediario que contrata a trabajadores agrícolas y a las cuadrillas para granjas locales, un acuerdo común protege a los productores de las responsabilidades legales de ser empleadores directos, pero los productores dicen que es indispensable porque sus necesidades laborales fluctúan con la temporada. Granados aseguró que ha pagado de su bolsillo por mascarillas para su equipo, costándole $300 el último lote de 100 de ellas. Su primo ha cosido unos de tela para que las reparta.

“Debería buscar ayuda, pero nadie lo está haciendo”, dijo Granados, de pie cerca de un campo de tomates verdes donde su equipo estaba limpiando malezas. “Eso es mucho dinero”.

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Gloria López, otra contratista laboral, dijo que su empleador requiere distanciamiento social y que recibió miles de mascarillas del condado esta semana. Planeaba distribuirlas tan pronto como las recibiera. Pero Luis Díaz, de 19 años, comentó que su empleador, diferente al de López, no proporcionó equipo de protección, y cree que debería haber “más ayuda para la comunidad”.

Farmworkers weed a tomato field in French Camp
Los trabajadores agrícolas retiran la maleza de un campo de tomate en French Camp.
(Max Whittaker / For The Times)

Tim Pelican, el comisionado agrícola del condado encargado de ayudar a unas 3.580 granjas que cubren 787.000 acres, dijo que él también está frustrado por el lento ritmo de respuesta. Destacó que mientras el condado está trabajando en programas, incluidas pruebas móviles para trabajadores agrícolas y sitios de cuarentena para aquellos que viven en condiciones de hacinamiento, actualmente no están disponibles.

“Desde mi punto de vista, creo que algunas de las acciones llegaron demasiado tarde”, manifestó Pelican. “Creo que todos sabían que eso sucedería”.

Newsom anunció el viernes que su administración estaba trabajando en un programa de viviendas de cuarentena para trabajadores agrícolas, y Park dijo que lo discutió en una llamada con funcionarios estatales el jueves por primera vez. Newsom también prometió más educación para los empleadores, un mayor acceso a la licencia por enfermedad y la aplicación de las leyes laborales, incluido el requisito de que los empleadores reporten brotes.

Rodríguez, un activista comunitario, comentó que las pruebas y el seguimiento de la comunidad latina es otro problema. Muchos residentes son indocumentados, carecen de seguro y temen que buscar tratamiento podría conducir a la deportación, señaló. Su organización recientemente arregló con el departamento de salud pública del condado un sitio de prueba emergente para la comunidad latina. Dijo que asistieron 300 personas, pero el departamento de salud pública llegó con solo 30 pruebas.

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Four-year-old Valentina has her temperature checked as she arrives at a Head Start daycare center
A Valentina, de cuatro años, le controlan la temperatura cuando llega a una guardería de Head Start para los hijos de trabajadores agrícolas en Stockton.
(Max Whittaker / For The Times)

Rodríguez organizó otro día de pruebas en una tienda latina de comestibles. Aparecieron más de 600 personas, aunque estaban disponibles solo 300 pruebas. Rodríguez reveló que alrededor del 10% de las pruebas dieron positivo, pero nuevamente se sintió consternado porque el departamento de salud pública no hizo un seguimiento. El laboratorio envió los resultados directamente a su organización para que fueran compartidos con los examinados, precisó.

Park dijo que el condado continúa contratando para realizar rastreos, pero que está abrumado por los números. En un día reciente, el condado tenía alrededor de 450 casos positivos reportados, dijo. Es probable que cada uno de esos casos haya expuesto a varias personas.

“Es una gran hazaña llegar a todos ellos”, manifestó Park. Agregó que muchos trabajadores agrícolas informan que están desempleados, temerosos de crear problemas con los empleadores, lo que hace imposible identificar brotes.

Homeless men infected with Covid-19 recover in a recuperative care center for homeless infected with the coronavirus
Los hombres sin hogar infectados con COVID-19 se recuperan en un centro de atención en la Gospel Rescue Mission en Stockton.
(Max Whittaker / For The Times)

La epidemióloga supervisora de San Joaquín, Kelly Rose, dijo que el sistema estatal de seguimiento también dificulta determinar cuántos trabajadores agrícolas han caído enfermos porque puede dejar fuera a algunos involucrados en la labor agrícola. Los conductores de camiones, señaló como ejemplo, pueden estar trabajando en granjas pero podrían clasificarse como trabajadores de transporte. San Joaquín ha contado oficialmente solo 102 casos de coronavirus atribuidos a trabajadores agrícolas, según los datos de Rose.

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Funcionarios del condado y del estado dijeron que están trabajando arduamente para garantizar que San Joaquín y condados similares tengan los materiales y la mano de obra necesarios para manejar los casos. Brian Ferguson, portavoz de la oficina de servicios de emergencia del gobernador, expuso que el estado ha enviado alrededor de 600.000 mascarillas N95 al condado, junto con más de 1.5 millones de mascarillas quirúrgicas y otros suministros. En todo el estado, Feguson señaló que se han asignado casi 12 millones de mascarillas quirúrgicas específicamente para trabajadores agrícolas.

Lima dijo que San Joaquín ha publicado información en español y otros idiomas. El condado también distribuyó 1.200 kits de saneamiento a trabajadores esenciales, y Pelican, el comisionado de agricultura, detalló que su agencia distribuyó 2.000 mascarillas de tela a las instalaciones de viviendas para migrantes, junto con aproximadamente 500.000 mascarillas de respirador, directamente a los productores y empleadores.

Farmworkers take a break to eat breakfast while weeding a tomato field in French Camp
Los trabajadores agrícolas toman un descanso para desayunar mientras escardan un campo de tomates en French Camp.
(Max Whittaker / For The Times)

Juanita Ontiveros, quien comenzó a trabajar por los derechos de los trabajadores agrícolas con César Chávez hace décadas, dijo que no le sorprende que la ayuda haya tardado en llegar. Ella señala que los trabajadores agrícolas han tenido que luchar durante mucho tiempo las batallas por los “derechos humanos básicos”, como la sombra y el agua limpia. Recientemente, entregó gomas elásticas a los trabajadores de campo que intentaban hacer mascarillas con tela, agregó, y ha estado haciendo inspecciones de campo para ayudar a los trabajadores a comprender sus derechos de distanciamiento social y otras medidas de protección.

Ontiveros dijo que los gobiernos estatales y de los condados deben pensar con anticipación cuando se trata de proteger a los latinos de California. Los tomates están comenzando a madurar, enfatizó, lo que requiere que los trabajadores monten en grandes cosechadoras mientras que la fruta se tira de los cinturones para su clasificación. A ella le gustaría ver escudos de plexiglás entre los trabajadores, similar a lo que se ha colocado en restaurantes y supermercados.

Le preocupan, además, los cierres de campamentos de migrantes en el invierno. Algunos trabajadores agrícolas regresan a sus países de origen, mientras que otros intentan sobrevivir en situaciones de vida temporal. Ontiveros consideró que el estado y los condados deberían mantener la vivienda disponible para los trabajadores esenciales, argumentando que es peligroso obligarlos a viajar durante la pandemia.

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Gloria Lopez, 65, works in a tomato field in French Camp
Gloria López, de 65 años, trabaja en un campo de tomates en French Camp.
(Max Whittaker / For The Times)

Ella dijo que ese tipo de planificación requiere la visión de los afectados, pero los propios trabajadores agrícolas han sido excluidos en gran medida de las conversaciones sobre sus necesidades.

“Muchas veces [el gobierno piensa] que porque son trabajadores agrícolas, [el gobierno] puede decir lo que es bueno para ellos, pero casi nunca les pide sus propias sugerencias e ideas”, manifestó Ontiveros.

Algunos en Stockton dijeron que el condado también ha sido demasiado lento ayudando a la población sin hogar, en su mayoría personas de color, lo que presentó una creciente crisis en el área antes de la pandemia. Aunque un programa estatal para trasladar a algunos individuos vulnerables sin refugio a hoteles ayudó, proporcionando 76 habitaciones para aquellos en riesgo de contraer el virus, 71 desamparados se han contagiado, según cifras oficiales del condado, enviándolos a hospitales locales en algunos casos. Park expuso que ahora el condado está trabajando para asegurar habitaciones de hotel para quienes no cuentan con vivienda y que esperan los resultados de las pruebas.

Farmworkers weed a tomato field in French Camp,
Los trabajadores agrícolas quitan la maleza de un campo de tomate en French Camp.
(Max Whittaker / For The Times)

Pero los activistas comentaron que no hay un lugar para que las personas sin refugio puedan ir si son positivas pero no necesitan hospitalización, o se recuperan lo suficiente como para ser liberadas. Uno de los principales proveedores de servicios para desamparados de la ciudad, la Gospel Rescue Mission, “se metió en la lucha”, dijo Britton Kimball, su jefe de operaciones. Kimball personalmente ayudó a renovar dos edificios en aproximadamente una semana para servir como centros de recuperación para individuos sin hogar con COVID, las únicas camas de ese tipo en el condado, subrayó.

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Hasta ahora, unas 50 personas han utilizado la instalación. Kimball señaló que sin él, los individuos sin hogar contagiados con el virus podrían verse obligados a permanecer en las calles, posiblemente propagando el virus.

“Se podría pensar que desde la perspectiva del condado esto triunfaría sobre todo, pero ese no parece ser el caso”, dijo Kimball recientemente, ya que parte de su clientela con virus positivo se sentaron en un patio privado a tomar el sol. “Se hicieron muchas promesas pero han tardado en cumplirlas”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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