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Ante la nueva ola de casos de COVID-19 durante el fin de semana, las autoridades hablan de un posible toque de queda

Cars line up for COVID-19 testing at Dodger Stadium.
Los autos hacen fila para las pruebas de coronavirus en el Estadio de los Dodgers el 11 de noviembre.
(Robert Gauthier / Los Angeles Times)
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Una nueva oleada de casos de coronavirus el sábado y el domingo ha alarmado a las autoridades del condado de Los Ángeles, que dicen que podrían considerar la imposición de un toque de queda y otras medidas de salud en un esfuerzo por detener la propagación de COVID-19.

Los nuevos casos superaron los 3.000 durante dos días consecutivos del fin de semana. Las autoridades de salud pública del Condado registraron 3.780 nuevos casos del virus el sábado, el total más alto en un solo día desde el pico de la crisis a mediados de julio. El domingo se reportaron 3.061 nuevos casos y tres muertes.

En medio del aumento, se espera que el Departamento de Salud Pública del Condado proponga una serie de recomendaciones para la Junta de Supervisores esta semana.

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“Las opciones potenciales podrían ser instituir un toque de queda para que los negocios no tengan que cerrar completamente de nuevo, sino que se limiten más a las actividades esenciales”, dijo el supervisor Mark Ridley-Thomas en un comunicado.

El condado de L.A. permanece en el nivel púrpura más estricto del plan de reapertura de cuatro fases del estado, lo que significa que muchos negocios deben permanecer cerrados para operaciones internas. Aún así, las autoridades relajaron algunas reglas en los últimos dos meses, incluyendo el permitir que las peluquerías y barberías operen bajo techo con ciertas precauciones y el permitir que los centros de entretenimiento familiar reabran al aire libre.

El aumento de nuevos casos podría poner en peligro esos logros. El toque de queda es una de las pocas alternativas para restringir aún más las operaciones comerciales, dijo la supervisora Sheila Kuehl.

“Después de que la gente bebe por un tiempo, tal vez pierda la inhibición y el buen juicio y así posiblemente un toque de queda podría ayudar”, dijo Kuehl. “Pero tendríamos que ver si funciona en otras jurisdicciones. Eso podría ayudarnos a mantener nuestros negocios abiertos siempre y cuando sean perfectamente responsables”.

El promedio de siete días de casos nuevos casi se ha duplicado en las últimas semanas, con el Condado reportando cerca de 2.371,9 casos nuevos cada día durante la última semana en comparación con 1.241,9 casos dos semanas antes de eso, según un análisis de Los Angeles Times.

Aunque las hospitalizaciones aún no han alcanzado el nivel observado durante el verano, cuando había más de 2.200 pacientes con coronavirus confirmados en los hospitales del Condado, el número se ha disparado de un mínimo de 687 a finales de septiembre a 1.049 pacientes hasta el sábado, lo que hace temer que el aumento pueda superar el número de camas de cuidados intensivos disponibles.

Por otro lado, más personas se están haciendo la prueba - 340.636 durante la semana que terminó el 8 de noviembre, el total semanal más alto desde el comienzo de la pandemia, según datos del Condado.

Pero una mayor proporción de esas pruebas también están dando positivo, lo cual, según los funcionarios, indica que la transmisión del virus ha aumentado. La tasa de positividad se ha mantenido en un 4% desde finales de agosto, pero ha subido a un 6% esta semana.

“Creo que es una alarma para todos nosotros”, dijo el domingo la supervisora del condado de Los Ángeles, Hilda Solís. “No queremos volver. No deseamos tener que cerrar todo, pero si no tenemos cooperación, eso es lo que tendremos que hacer”.

La perspectiva de un nuevo toque de queda en todo el Condado provocó una variedad de respuestas del público.

Olivia Sánchez, residente del este de Los Ángeles, comentó que cree que un toque de queda en todo el Condado es una buena idea, si es lo que se necesita para frenar la propagación del coronavirus. Sánchez, de 57 años, dijo que ha comido en un restaurante una vez en los últimos ocho meses... y esa vez fue afuera, en un Denny’s.

Sánchez, quien es conductora de autobús, dijo que planea quedarse en casa “todo el tiempo que sea necesario”, cocinando para su familia y haciendo carne asada en el patio trasero.

“Lo que sea necesario”, subrayó. “Tengo mi Lysol. Tengo mis toallitas”.

Las autoridades de salud han culpado a varios factores por el aumento de nuevos casos, lo que ha reflejado una tendencia que se siente en todo Estados Unidos. El clima se ha vuelto más frío, lo que obliga a la gente a quedarse en el interior. Más personas están asistiendo a pequeñas reuniones con familiares y amigos, y hay una sensación general de fatiga cuando se trata de seguir las restricciones de salud pública, dicen los funcionarios.

Mat Estrada, residente de Hancock Park, dijo que le preocupa que un nuevo toque de queda pueda desencadenar una reacción pública, ya que algunos creen que los funcionarios de salud del Condado han ido demasiado lejos. Si eso sucede, señaló, los residentes podrían hacer caso omiso de otras medidas, como el uso de cubrebocas y la permanencia en sus casas.

“Todo el mundo está muy exasperado porque esto ha durado mucho tiempo y ha sido muy agotador”, manifestó el planificador financiero de 55 años. “Cualquier nueva restricción, para un cierto número de personas, va a ser demasiado”.

Estrada, que fue a Hollywood el domingo para hacerse la prueba de COVID-19, dijo que él y su pareja planean quedarse en casa este Día de Acción de Gracias, cocinando sin invitados y posiblemente haciendo una llamada de Zoom con sus dos hijos, que viven en otras partes del estado. El riesgo de que viajen comentó, no vale la pena.

“Simplemente no hay razón para hacerlo ahora”, manifestó.

Stuart Waldman, presidente de la Asociación de Industria y Comercio del Valle, dijo que no hay una gran demanda de horas de trabajo en restaurantes y bares al aire libre. Muchos lugares de comida ya han reducido sus operaciones como resultado del brote, sirviendo a los clientes en estacionamientos y otros espacios al aire libre, expuso.

“Si tenemos que ajustarnos lo haremos”, dijo Waldman. “Creo que un toque de queda sería un inconveniente menor”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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