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Estos son los planes de los comerciantes para un Black Friday distinto a todos

Compradores del Black Friday en Glendale Galleria, en 2018.
(Gary Coronado / Los Angeles Times)
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Esas filas colmadas del Black Friday que serpentean por el estacionamiento del centro comercial en la oscuridad de la noche, frente a tiendas de campaña, sillas de jardín y refrigeradores llenos de sobras del Día de Acción de Gracias aún calientes, no van exactamente de la mano con el distanciamiento social.

Eso coloca a los minoristas en una posición difícil antes de un día de compras célebre, típicamente marcado por multitudes frenéticas y ofertas, con tiendas que abren sus puertas incluso antes del amanecer. Mientras que los casos de COVID-19 aumentan en todo el país y los funcionarios de salud pública instan a los estadounidenses a quedarse en casa tanto como sea posible -además de un nuevo toque de queda que cubre al 94% de los californianos- las compras en las tiendas en la jornada posterior al Día de Acción de Gracias serán moderadas.

Eso está dando lugar a mensajes contradictorios de los minoristas: salgan el Black Friday, pero no todos a la vez. Considere simplemente comprar en línea. ¿No puede hacerlo este fin de semana? No hay problema: los descuentos por las fiestas, que comenzaron más temprano que nunca antes, continuarán durante semanas.

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“El poder del Black Friday ha ido disminuyendo a lo largo de los años y ahora, con el COVID, es prácticamente inexistente en las tiendas y se ha trasladado al entorno online”, afirmó Marshal Cohen, analista jefe de la industria para la firma de investigación de mercado NPD Group. “Lo que hizo la pandemia fue forzar algo que ya era inevitable”.

El Black Friday del año pasado registró un récord de ventas online de $7.400 millones de dólares, un aumento del 19.6% con respecto al año anterior, según datos de Adobe. Si las proyecciones son precisas, este Black Friday superará esa suma, y se espera que las ventas en línea generen $10.300 millones.

“Rara vez hemos visto tanto crecimiento, pero no es sorprendente dado el aumento de las compras en línea impulsado por la pandemia”, comentó el portavoz de Adobe, Kevin Fu.

Mientras los minoristas se ven obstaculizados por los cierres temporales de tiendas, los límites a la capacidad y los pedidos de quedarse en casa desde marzo, muchos han apelado a los compradores en línea durante meses. También difundieron ofertas navideñas a partir de octubre y prometieron mantenerlas hasta bien entrado diciembre.

Los observadores de la actividad minoristas dicen que, a pesar de un año desafiante, hay indicios de que la demanda reprimida y los “regalos por culpa” impulsarán las ventas durante el importantísimo período de fin de año.

La Federación Nacional de Minoristas pronosticó el lunes que las ventas navideñas de noviembre a diciembre, que combinan la actividad en tiendas y en línea, totalizarían entre $755.300 millones y $766.700 millones. Eso reflejaría un aumento interanual del 3.6% al 5.2%, superando el incremento promedio de las ventas navideñas del 3.5% durante los últimos cinco años. “Existe incertidumbre sobre la disposición de los consumidores a gastar, pero con la mejora de la economía, la mayoría tiene posibilidad de hacerlo”, indicó Jack Kleinhenz, economista jefe de la federación minorista, en un comunicado. “Después de todo lo que han pasado, creemos que habrá un factor psicológico; una sensación de merecimiento, para ellos mismos y sus familias, de tener unas fiestas mejores que lo normal”.

Las categorías de obsequios populares incluyen tecnología, pequeños electrodomésticos, artículos para el hogar, juguetes y proyectos para hacer uno mismo, que Cohen resumió como cosas que ayudan a “vivir una vida mejor mientras se está en casa”, dado que los estadounidenses probablemente seguirán pasando mucho tiempo allí el año que viene. En ese sentido, se espera que las ventas de ropa sean escasas, con la excepción de prendas de dormir y pantuflas, señaló.

Aunque la importancia del Black Friday ha ido disminuyendo durante años, seguía siendo el mejor día de compras hasta 2019, según NPD Group.

Es imposible predecir cuántos compradores se aventurarán a salir esta vez. Pero los consumidores están condicionados para pensar en el Black Friday como una jornada de compras, y las tiendas se han estado preparando cuidadosamente para recibir a aquellos que se presenten, aunque con una gran cantidad de reglas a seguir y restricciones.

Westfield ha estado haciendo simulacros antes del gran día, informó Molly Unger, vicepresidenta de administración de centros comerciales. La compañía tendrá mostradores de tráfico en la totalidad de sus 29 centros comerciales de EE.UU -los del condado de Los Ángeles, como Westfield Century City y Westfield Topanga, están actualmente limitados al 25% de su capacidad- y restringirá la entrada en las puertas o en sus garajes, o bloqueará espacios de estacionamiento si llegan demasiadas personas a la vez.

“Están listos y han estado practicando”, enfatizó. “No se trata de cerrar, se trata de reducir la cantidad de personas que ingresan”.

Las opciones de recogida de artículos en la tienda y en la acera ayudarán a los clientes a entrar y salir rápidamente, y Unger supone que no muchos desearán pasear tranquilamente por las tiendas, como en años anteriores.

“El comportamiento de los clientes ha cambiado”, señaló. “Sigue siendo una experiencia social ir a un centro comercial, pero ahora están orientados a la misión concreta. No vienen solo a pasar el rato”.

Es casi seguro que eso afectará las ventas en las tiendas de todo el país al reducir drásticamente las compras impulsivas, agregó Cohen. “El Black Friday no será tan grande como antes”, predijo. “Habrá mucha gente que comprará, no quiero que se malinterprete, pero no veremos esa carrera loca, esa histeria masiva que solía ocurrir. Eso no existe más”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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