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OPINIÓN: En la batalla por la reapertura de escuelas en L.A. los estudiantes de color pierden una vez más

 Los niños de color deben tener las mismas oportunidades que el resto de los estudiantes.
La presión por reabrir las escuelas es cada vez mayor. Los niños de color deben tener las mismas oportunidades que el resto de los estudiantes.
(Elisabeth Frausto)
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A medida que se abren distritos escolares más afluentes y escuelas privadas en todo el condado de Los Ángeles, los niños de color de bajos ingresos en las escuelas públicas de Los Ángeles se ven obligados a aceptar una educación inferior solo en línea, lo que profundiza la desigualdad que enfrentan nuestras comunidades.

El lunes por la noche el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles alcanzó el nivel requerido en la disminución de casos Covid, que permite reabrir las escuelas primarias. Y los Centros para el Control de Enfermedades publicaron nuevas pautas el viernes recomendando que los campus en las comunidades con las tasas de transmisión más altas vuelvan a abrir para el aprendizaje híbrido siempre que tengan las medidas de seguridad que LAUSD ya tiene listas. Sin embargo, los líderes sindicales de maestros en Los Ángeles se niegan a regresar en persona para enseñar a los niños de color en comunidades de bajos ingresos hasta que no hayan sido todos vacunados, citando un mayor riesgo de infección.

“Nuestros estudiantes son el 90 por ciento de color y viven en vecindarios donde tienen una alta densidad de viviendas, no cuentan con la atención médica que necesitan y sus padres son trabajadores esenciales”, dijo Arlene Inouye, líder de UTLA, a KTLA la semana pasada cuando se le preguntó sobre la posición del sindicato de que aún no es lo suficientemente seguro como para volver a las aulas.

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Cuando los líderes de UTLA dicen que los maestros no pueden regresar a las escuelas porque las tasas de infección son demasiado altas en las comunidades a las que sirven, con una gran mayoría de estudiantes negros y latinos pobres, ¿están diciendo que temen que nuestros niños los infecten? ¿UTLA está diciendo que, si el LAUSD sirviera a menores blancos más ricos, sería una historia completamente diferente y ellos estarían dispuestos a regresar?

Como madre latina en el sureste de Los Ángeles, no pude evitar sentirme ofendida e indignada por los comentarios de Inouye. Primero pensé, ¿dónde está la compasión y el deber de servicio a estas comunidades marginadas? ¿Se imagina a un médico, una enfermera o un trabajador de la tienda de comestibles diciendo algo similar y negándose a atender a personas de color de bajos ingresos?

Con el consenso científico de los CDC de que las escuelas pueden y han reabierto de manera segura en lugares con tasas de transmisión aún más altas que las nuestras en Los Ángeles, siempre que existan medidas de seguridad, es hora de preguntar por qué UTLA siempre antepone su agenda a costa de que nuestros niños negros y latinos salgan siempre perdiendo.

El sistema escolar en Los Ángeles ha fallado a los estudiantes de color por décadas. Durante la pandemia, muchos han luchado con el aprendizaje a distancia debido a la mala calidad del Wi-Fi y la falta de experiencia con el uso de la tecnología. En LAUSD, el número de calificaciones D y F se ha disparado durante el aprendizaje a distancia, y la brecha en el porcentaje de D o F entre los estudiantes afroamericanos (23.2%) y latinos (24.9%) y sus compañeros blancos (12.9%) y asiáticos ( 7.6%) se ha estado ampliado desde el año escolar pasado, según EdSource.

No hay duda de que debido a las desigualdades sociales que han persistido durante demasiado tiempo en Los Ángeles, incluido el acceso deficiente a la atención médica, las comunidades latinas desatendidas han sido las más afectadas por la pandemia. En el condado de Los Ángeles, las muertes entre los residentes latinos son casi el triple del de los residentes blancos.

Por lo tanto, no es sorprendente que muchos padres latinos, que todavía pueden estar tratando de superar el trauma de perder a sus seres queridos o perder sus trabajos, o ambos, tengan miedo de enviar a sus hijos de regreso a la escuela. Nadie puede culpar a los padres por no confiar la seguridad de sus hijos a un distrito escolar que no les ha servido bien durante tanto tiempo. LAUSD necesita involucrar a los padres y construir esa confianza ahora, mientras mejora el aprendizaje a distancia para las familias que eligen mantener a sus hijos en casa.

Pero UTLA también debe dejar de explotar ese miedo y actuar como si estuvieran protegiendo a nuestras familias cuando en realidad están difundiendo información errónea sin el respaldo de la ciencia para avanzar su propia agenda. Ademas, deben dejar de descartar las voces de muchas familias latinas, como la mía, que quieren enviar a nuestros hijos de regreso a la escuela.

Mi comunidad latina, compuesta predominantemente por inmigrantes latinos, no solo es resistente, sino también muy capaz de tomar las mejores decisiones para la educación de nuestros hijos. Asegurar que nuestros hijos reciban una buena educación es la razón por la que la mayoría de nosotros, o nuestros padres, emigramos a este país. No necesitamos un sistema escolar burocrático que nos diga qué es lo mejor para nuestros hijos. No necesitamos tener más miedo. Como inmigrantes, muchos ya viven con temor día tras día.

Lo que requerimos es que las escuelas vuelvan a abrir de manera segura para aquellos que quieran regresar, y necesitamos que el distrito explique exactamente cómo mantendrán a nuestros niños seguros cuando lo hagan. Los padres deben recibir información transparente, objetiva y detallada. Necesitamos ver cómo se implementará el plan de seguridad de cada campus y saber cómo planean tener suficiente jabón de manos, toallitas desinfectantes, cuántos niños por salón de clases, quién revisará su temperatura y esos otros aspectos logísticos.

El hecho es que la reapertura completa de las escuelas primarias en el condado de Los Ángeles es inminente y, para algunas familias, esto significa la luz al final de un túnel oscuro. No se debe permitir que UTLA apague esta luz para las familias negras y latinas vulnerables. Creando un sistema separado y desigual que ofrece opciones para familias blancas más ricas en L.A. mientras priva a las familias de bajos ingresos de color esa misma elección es una clara injusticia social y racial.

Los científicos, las autoridades de salud estatales y federales y los pediatras han destacado el terrible daño socioemocional que el cierre de escuelas está causando a los estudiantes y están pidiendo una “reapertura inmediata” de las escuelas públicas en todo el condado de Los Ángeles. La evidencia científica también continúa aumentando, mostrando que las escuelas pueden reabrir de manera segura sin que los maestros o el personal escolar estén completamente vacunados.

“Estamos consternados de que millones de niños en todo California estén sufriendo y experimentando los impactos negativos de cierres prolongados de escuelas”, dijo el filial del sur de California de la Academia Americana de Pediatría en un comunicado emitido el 3 de febrero. Tres días después, Los Ángeles Times publicó un editorial titulado: “Los niños están sufriendo. Sigan la ciencia y vuelvan a abrir las escuelas de inmediato”.

¿Cuándo dejarán de recibir menos los niños negros y latinos? ¿Cuándo dejarán los líderes de la educación de culpar a la pobreza y la raza como una excusa para fallarles a nuestros pequeños? Después de todo lo que hemos pasado con esta pandemia, pensé que finalmente sería el momento para que el sistema pusiera a nuestros menores en primer lugar. Estaba equivocada. Una vez más, están poniendo a nuestros niños al final.

Todos los menores, independientemente de su raza o estado de ingresos, merecen la opción de volver a sus aulas tan pronto como el Departamento de Salud lo permita. Y cuando regresen, tenemos que asegurarnos de que no sea como de costumbre. El distrito debe abordar décadas de desigualdad y disparidades raciales. Nuestros pequeños merecen algo mejor que la educación inferior que están recibiendo ahora y que muchos niños de color de bajos ingresos han recibido durante años.

*Esmeralda Fabián es madre de dos hijos y miembro de Speak UP que trabaja con familias de habla hispana en el sureste de Los Ángeles y en todo el distrito.

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