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Los Ángeles advierte contra viajes de vacaciones de primavera

Man at LAX
Un hombre camina por la Terminal Internacional Tom Bradley, en gran parte desierta, en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el 31 de diciembre.
(Brian van der Brug / Los Angeles Times)
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Con Los Ángeles más cerca de una reapertura económica más amplia de lo que ha estado en meses, se insta a los residentes a que redoblen los pasos necesarios para frustrar la transmisión del coronavirus, incluyendo evitar viajar durante la próxima temporada de vacaciones de primavera.

Aunque el condado más poblado de la nación continúa experimentando una caída constante, aunque desacelerada, en términos de casos de coronavirus recientemente reportados, ese progreso es precario y podría revertirse fácilmente, dicen las autoridades.

“Con un mayor número de casos en otros estados y más variantes de preocupación en circulación, los viajes de primavera pueden llevar a otro aumento que, francamente, sería casi imposible de tolerar”, señaló la directora de Salud Pública de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, en un comunicado el jueves. “Viajar aumenta el riesgo de contraer y propagar COVID-19”.

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Los funcionarios señalaron que la advertencia de viaje del condado aún está vigente, lo que significa que cualquier persona que llegue de otro estado debe ponerse en cuarentena durante 10 días.

Ese aviso también recomienda a los residentes “permanecer dentro de las 120 millas de su lugar de residencia” y evitar viajar a menos que sea necesario para trabajar, estudiar o recibir atención médica.

“Por favor, posponga el viaje y continúe haciendo su parte para desacelerar la propagación para que nuestro proceso de recuperación no se descarrile”, señaló Ferrer.

La advertencia reciente de Los Ángeles se basa no solo en la precaución, sino también en la experiencia. Los viajes durante las vacaciones del Día de Acción de Gracias, dicen los funcionarios de salud, fueron el combustible para el aumento repentino del otoño en California, creando un infierno viral masivo que arrasó el estado durante semanas.

Más recientemente, el número de casos nuevos y de personas que luchan contra el COVID-19 en el hospital se ha desplomado en toda la entidad.

Durante la semana pasada, Los Ángeles informó un promedio de 1.519 nuevos casos de coronavirus diarios, una disminución del 32% con respecto a hace dos semanas, según datos compilados por el Times.

“Hemos vuelto a los niveles de nuevos casos que vimos justo antes del aumento”, señaló Ferrer a principios de esta semana.

También es prometedor que el condado aún no haya visto un incremento notable en las infecciones derivadas del Super Bowl o las vacaciones de febrero, como el fin de semana del Año Nuevo Lunar, el día de San Valentín o el día de los presidentes.

Hasta el miércoles, había 1.341 pacientes con coronavirus positivos hospitalizados en todo el condado, un número que no se había visto desde mediados de noviembre. La cifra de personas con COVID-19 en cuidados intensivos, 429, fue la más baja desde el 23 de noviembre, según muestran los datos estatales.

Aún así, el optimismo en esta época a menudo se expresa con cautela.

Hace casi un año que Los Ángeles declaró por primera vez una emergencia por coronavirus y, aunque la región ha aprendido mucho desde entonces, esas lecciones han tenido un costo casi incalculable.

Alrededor de 22.000 angelinos han muerto a causa de COVID-19, y casi 100 más siguen perdiendo la batalla contra la enfermedad diariamente.

Eso, enfatizan los funcionarios, es la razón por la que sigue siendo importante que los residentes mantengan la guardia alta y continúen comprometidos con los comportamientos y medidas que pueden ayudar a mantener a raya al virus, como usar cubrebocas en público, evitar las multitudes y lavarse las manos con regularidad.

“Tenemos un camino claro hacia adelante, fuera de este infierno en el que hemos estado viviendo durante el último año en Los Ángeles”, señaló el jueves el alcalde Eric Garcetti. “Pero mirando hacia el futuro, no será automático. No será fácil. Y sí, todavía nos enfrentaremos a vientos en contra”.

Sin embargo, la luz comienza a asomarse por el horizonte. Con la caída sostenida y significativa de los casos, el condado ahora está cerca de pasar del nivel púrpura, el más estricto en la ruta de reapertura de cuatro categorías de California, al nivel rojo, más permisivo.

Alcanzar este nivel permitiría reabrir comedores y cines con el 25% de su capacidad, o hasta 100 personas, lo que sea menor; gimnasios, estudios de danza y yoga con el 10% de aforo; museos, zoológicos y acuarios para abrir actividades en interiores con el 25% de afluencia; y tiendas, centros comerciales interiores y bibliotecas para volver a abrir al 50% de su capacidad.

Los Ángeles nunca se ha movido del color púrpura desde que el estado implementó el sistema por niveles a fines de agosto.

Hacerlo requerirá que el condado registre una tasa diaria ajustada de casos de coronavirus igual o inferior a 7.0 contagios nuevos diarios por cada 100.000 personas, durante dos semanas. La última cifra local fue de 7.2.

Sin embargo, eso podría cambiar pronto después de que el estado develara revisiones al plan de reapertura esta semana.

California dedicará ahora el 40% de las vacunas contra COVID-19 disponibles a los residentes en las áreas más desfavorecidas, incluidas zonas como el sur de Los Ángeles, el lado este, Koreatown, Compton, el sureste del condado y el este del valle de San Fernando.

Una vez que se hayan administrado 2 millones de dosis en estas comunidades, la entidad relajará el umbral para ingresar al nivel rojo, lo que permitirá que los condados con una tasa de hasta 10 casos nuevos por día por cada 100.000 personas progresen.

En otras palabras, Los Ángeles podría estar preparado para salir del nivel púrpura tan pronto como la próxima semana, aunque eso depende, tanto de que el estado alcance su objetivo de vacunación, como de que la tasa de casos del condado se mantenga lo suficientemente baja.

Si Los Ángeles se mantiene en el camino correcto, subir de nivel podría ser solo el primer paso hacia un futuro que parece más cercano a la normalidad prepandémica, en comparación con lo que se ha vivido los últimos meses.

“Podríamos estar en el último trecho de esta terrible carrera que hemos estado corriendo, para dejar atrás esta atroz pandemia”, señaló Garcetti. “Diariamente se vacunan más angelinos. Todos los días el invierno se retira y el clima cálido se acerca. Seguimos comprometidos con hacer esas pequeñas cosas que colectivamente tienen un impacto grande para que podamos vencer este virus”.

Pero, continuó, “el futuro no está garantizado”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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