Anuncio

Crece la esperanza de un boom económico en Los Ángeles mientras el COVID-19 se desvanece y los turistas regresan

Women shop
Beverly Bennett, a la derecha, y Elizabeth Arnold, ambas de fuera de la ciudad, compran en Designer Sample Store en Third Street Promenade, en Santa Mónica, el martes.
(Al Seib / Los Angeles Times)
Share

Los Ángeles está viendo nuevas señales de una economía en recuperación, con una caída en los casos de coronavirus que permite una reapertura de bares más rápida de lo esperado, así como una mayor capacidad para restaurantes y otras empresas.

Al avanzar el martes al nivel amarillo menos restrictivo del sistema de reapertura codificado por colores de California, el condado más poblado del país ahora puede desencadenar su economía en la mayor medida posible, lo que genera esperanzas de una recuperación significativa en los sectores golpeados durante mucho tiempo por la pandemia.

Una franja de negocios y lugares, incluidos restaurantes, gimnasios, cines, parques de diversiones, estadios y museos, podrán operar a mayor capacidad a partir de esta semana. Los bares en interiores podrán reabrirse sin necesidad de servir comida.

Anuncio

Las relajadas restricciones, cuyos detalles se darán a conocer el miércoles y entrarán en vigor el jueves, están acompañadas de una nueva sensación de optimismo en una región que fue un epicentro nacional de la pandemia hace solo unos meses, con hospitales al borde de su capacidad y gigantescas cifras de decesos por día.

Después de alcanzar un máximo de 241 muertes diarias durante un período de siete días en enero, Los Ángeles ahora registra alrededor de 19 decesos relacionados con el COVID al día, la cifra más baja desde el otoño.

California tiene ahora la tasa de casos de coronavirus más baja de cualquier estado y, si las crecientes multitudes en los distritos comerciales, centros comerciales y restaurantes son un indicio, los residentes encerrados durante mucho tiempo se sienten más seguros al salir.

Doane Liu, directora ejecutiva del Departamento de Desarrollo de Convenciones y Turismo de Los Ángeles, informó que, en el peor momento de la pandemia, la ocupación de los hoteles de la ciudad cayó por debajo del 20%. Esa cifra ya superó el 50% y está en camino de acercarse al 70% para mediados de 2022, comentó.

La Junta de Convenciones y Turismo de Los Ángeles, un grupo sin fines de lucro que comercializa la ciudad, ha comenzado a publicar anuncios con el mensaje “Comience su regreso” en 20 mercados de medios nacionales.

El turismo es una parte importante de la economía del condado y fue devastado por la pandemia de COVID-19. Algunos impulsores esperan ver una recuperación significativa del sector durante el verano, pero no están seguros de la amplitud de este resurgimiento.

Un pronóstico de UCLA publicado en marzo dijo que las industrias de ocio y hospitalidad de California crecerían más rápido este año que cualquier otro sector, con un aumento del 10%, a medida que los restaurantes y parques temáticos comiencen a reabrir.

“Hay una demanda reprimida de viajes. Más de dos tercios de los estadounidenses dicen que planean viajar este verano”, señaló Liu. “Las cosas realmente están reabriendo, como Universal Studios y los museos”.

También se pueden ver señales prometedoras en Belmont Shore, el popular distrito comercial de Long Beach que suele ser un imán tanto para los residentes como para los turistas.

Desde las recientes reaperturas, el restaurante Simmzy’s en 2nd Street ha experimentado las ventas más altas de su historia, incluso desde antes de la pandemia, según la gerente Rachel Gerdeman.

“La gente solo desea salir de casa. Quieren comer, estar cerca de otras personas”, explicó. “Es grandioso”.

Con el condado ahora en el nivel amarillo, Simmzy’s pronto podrá reabrir su barra de mostrador.

Sin embargo, después de más de un año de cierres económicos intermitentes, el cambio al nivel amarillo hizo poca diferencia para Shella García, quien ha sido propietaria de la tienda de ropa para niños Sweet Threads en Belmont Shore durante cuatro años.

“Es un martes normal”, dijo García encogiéndose de hombros.

Su compañera de trabajo, Jaimie Lor, explicó que, si bien el apoyo local no ha vuelto a la normalidad, ha notado un ligero aumento en los visitantes de fuera del estado. García estuvo de acuerdo: ella misma se fue de la ciudad recientemente.

“Con la eliminación de las restricciones, definitivamente quiero salir”, comentó García. “Con suerte, eso traerá negocios aquí”.

Una pregunta más complicada es qué pasará con los minoristas que atienden a los trabajadores de oficina en lugares como Century City, el centro de Los Ángeles y Westwood. Muchas empresas han tenido a sus empleados laborando, en gran medida, de forma remota durante más de un año, devastando empresas que dependen del apoyo de los trabajadores presenciales.

María Salinas, presidenta y directora ejecutiva de la Cámara de Comercio del Área de Los Ángeles, señaló que las empresas estarían creando “una nueva normalidad”.

“Vamos a emerger en un tipo diferente de economía que creo que será mucho más flexible”, consideró. “Vemos eso en todas partes, en todas las industrias: repensar cómo usan la tecnología, cómo venden sus productos, cómo se comunican con su fuerza laboral”.

Salinas dijo que las empresas están siguiendo “métodos híbridos” para regresar a la oficina que brinden a las personas más flexibilidad y establezcan protocolos de seguridad.

Tanto para los trabajadores como para los clientes, señaló, “pueden tener todas las medidas de seguridad, pero parte de lo que va a lograr es la psique de sentirse cómodo al entrar en un espacio”.

Stuart Waldman, presidente de la Asociación de Industria y Comercio del Valle, dijo que se ha comunicado con más de 100 de los miembros de su grupo durante los últimos tres meses.

Por ahora, indicó, no parece que la gente esté “bastante preparada aún mentalmente para volver a la oficina con toda su fuerza”.

“Abarca toda la gama”, agregó Waldman. “He hablado con oficinas que quieren que todos regresen de inmediato. He dialogado con oficinas que se están conectando por medio de internet parcialmente. Y acabo de hablar con alguien en un bufete de abogados en Warner Center que quiere deshacerse de su oficina, no creen que la necesiten”.

Pasar al nivel amarillo fue aclamado como un gran logro para Los Ángeles. Llegó allí al registrar una tasa diaria ajustada de casos nuevos de menos de 2 por cada 100.000 personas, una positividad general en las pruebas de menos del 2% y un índice de positividad de equidad en salud de menos del 2.2% durante dos semanas consecutivas.

Según los datos publicados el martes, la última tasa de casos ajustada del condado fue de 1.6, una de las cifras más bajas del estado.

“Hemos hecho un trabajo realmente decente defendiéndonos si nos fijamos en nuestros números de casos”, explicó la directora de Salud Pública, Bárbara Ferrer. “Y creo que la gente está verdaderamente interesada en este momento en ver cómo avanza nuestra recuperación”.

En general, los funcionarios son optimistas sobre el futuro, pero han expresado su preocupación por una reciente caída semanal del 23% en las dosis de vacunas administradas. También dijeron que se debe seguir con el distanciamiento físico, el uso de cubrebocas y otras reglas de seguridad si el condado quiere evitar una regresión, lo que sucedió dos veces el año pasado después de las reaperturas.

“El arduo trabajo que estamos haciendo como comunidad, para protegernos a nosotros mismos y a los demás de esta infección, nos permite volver a las muchas actividades que apreciamos. Gracias a todos por todo el uso de cubrebocas, el distanciamiento, así como el lavado de manos y la vacunación”, señaló Ferrer.

Para el Cinco de Mayo, los funcionarios instaron a las personas a evitar grandes multitudes, usar cubrebocas en todo momento, excepto cuando coman o beban y, si celebran con otras personas fuera de su hogar, que lo hagan al aire libre.

Los individuos que no han sido inoculados por completo aún deben usar cubrebocas en la mayoría de los entornos con otras personas. Quienes estén completamente vacunados no necesitan usar cubrebocas en la mayoría de los espacios al aire libre, pero deben mantenerlas puestas cuando hay mucha gente.

Hasta ahora, algunos dueños de negocios dicen que están viendo los beneficios de la reapertura en curso.

En Ronan, un restaurante en Melrose Avenue, la actividad ha ido aumentando semana tras semana, indicó la copropietaria Caitlin Cutler.

La última orden de salud, explicó, significa que el restaurante puede tener 20 asientos en el interior, en lugar de 16, además de los que están en el patio y en el estacionamiento.

Que los ingresos del restaurante crezcan y que la gente coma en el interior es “realmente gratificante”, subrayó.

“Esa es parte de la razón por la que trabajas en un restaurante: tener clientes habituales, ver a la gente regresar, hacer que celebren su cumpleaños, aniversarios y graduaciones”, comentó Cutler. “Durante un año pusimos comida en una caja y la enviamos a un extraño”.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

Anuncio