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Uno por uno, puerta por puerta. Cómo las “promotoras” de un hospital están cerrando brechas para el acceso de servicios

A woman leaves pamphlets on a door handle of a residence
Rocío Matlabalcazar reparte folletos el jueves a los residentes de Costa Mesa.
(Scott Smeltzer / Times Community News)
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Es otro jueves por la mañana en Shalimar Drive en Costa Mesa.

Los autos retumban por la carretera. A lo lejos, la música de banda sale por las ventanas abiertas de un apartamento en la planta baja. El patio de recreo está vacío y todos los niños han regresado a sus aulas. Los recién llegados a la cuadra, al menos este día, llevan portapapeles en una mano y una pila de volantes guardados en bolsas de plástico transparentes en la otra.

Es hora de hacer sus rondas matutinas.

Los zapatos tocan el pavimento y, antes de que siquiera comiencen a subir las escaleras de los edificios de apartamentos cercanos, previo a que se dirijan a los pasillos estrechos, el grupo de cuatro personas se acerca a los residentes para preguntar: ¿Ya se han puesto la vacuna contra el COVID-19?, si no, ¿saben dónde conseguirla? ¿Tienen alguna inquietud?

Esta es una rutina para las “promotoras” de Hoag Memorial Hospital Presbyterian en Newport Beach: representantes bilingües que conectan a familias de bajos ingresos con servicios en diferentes rubros, como salud mental o asistencia para el alquiler y, más recientemente, comparten información sobre el COVID-19 y cómo obtener vacunas.

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A flier has information about vaccines in Spanish
Una integrante del programa de promotoras tiene folletos sobre vacunas.
(Scott Smeltzer / Times Community News)

El programa comenzó hace unos tres años, dijo Arturo Díaz, supervisor del Centro Melinda Hoag Smith para una Vida Saludable.

El centro brinda servicios de salud mental y distribución de alimentos, también alberga organizaciones sin fines de lucro como Share Our Selves. De igual manera, es donde se encuentra el Centro de Recursos Familiares de Newport Mesa.

Díaz señaló que el programa de promotoras está financiado por los filántropos Todd y Linda White. Díaz recordó que el equipo estaba estudiando el programa de promotoras para Latino Health Access, una organización sin fines de lucro en Santa Ana, cuando los White se acercaron al centro.

“Los White nos preguntaron, ‘Si fuéramos a financiar algo, ¿qué harían con eso?’ Y [el programa de promotoras] fue lo primero que me vino a la mente, específicamente porque es comunitario”, indicó Díaz.

“La idea era salir y hacer que estos servicios fueran accesibles para aquellos que no saben que estamos en este lugar”, comentó. “Tenemos mucha gente pasando por aquí, lo cual es hermoso, pero todavía hay personas que, o no saben de nosotros o tienen dificultades para entrar. La depresión te provoca eso”.

“A veces puede ser muy difícil”, explicó. “Escuchas a alguien llamar a tu puerta. No para venderte nada, sino para decir: Oye, ¿cómo están todos y sabían que estos servicios se encuentran disponibles?”. “Y te sorprenderías de cuántas personas solo necesitan ese poco de aliento. ¿Cuánto tiempo han estado esperando tener a alguien con quien hablar?”.

Las promotoras de Hoag van a vecindarios, como Shalimar y Oak View en Huntington Beach, para transmitir información sobre los servicios disponibles en el Centro Melinda Hoag Smith for Healthy Living y sobre las noticias cambiantes de la pandemia.

En un momento, llevaron sus computadoras portátiles a Oak View para que las personas interesadas se registraran para una cita de vacunación.

El equipo está compuesto por cuatro trabajadores, Rosalba Lezo, Rocío Matlabalcazar, Bryan Giraldo-Martínez y Santiago Pedraza, además de Díaz y los trabajadores sociales del centro.

Lezo dijo que ella y Pedraza intentan estar en el barrio de Shalimar al menos dos días a la semana, por ocho horas cada día.

“Estamos hablando de una comunidad que no sabía dónde hacerse la prueba de coronavirus. ¿Había pruebas disponibles? ¿Tenías que pagar por ello? ¿Cuándo comenzamos a recibir noticias? Llegamos aquí, literalmente de puerta en puerta, porque mucha información errónea la obtienen a través de las redes sociales. Ahí es donde la estaban obteniendo”, explicó Díaz.

“Empezamos a venir aquí y decir, ‘Mira, esta es la información más reciente. A medida que la recibamos, se la presentamos a ustedes. Aquí es donde puedes hacerte la prueba. No cobran. Si te están cobrando, debes informarnos para saber que no debemos promocionar ese lugar’”, expuso.

“Pero eso no sucedería a través de una llamada telefónica. No confiarían en nosotros. Somos simplemente personas comunes, pero debido a que [las promotoras] ya son un rostro en la comunidad, no son extrañas”, continuó Díaz.

A woman hands fliers through the front door to a resident
Rosalba Lezo, derecha, una promotora, distribuye folletos sobre las vacunas contra COVID-19 a un residente de Costa Mesa.
(Scott Smeltzer / Times Community News)

Los datos muestran que las comunidades latinas en Orange se han visto muy afectadas por la pandemia, según los expertos, esto se debe a que muchos trabajan en el sector de servicios o están empleados en rubros esenciales.

La tasa de positividad del cuartil de equidad en salud se introdujo en octubre, como una métrica que determina el nivel de un condado para garantizar que los vecindarios desfavorecidos no superen significativamente la tasa de positividad general de una zona. En Orange es 1.4%.

“Ahora mismo estamos promoviendo la distribución de alimentos, la información sobre las vacunas, así como las clínicas que tenemos disponibles. El solo hecho de llevar eso a la comunidad, creo que es una gran oportunidad para ayudar a las personas desatendidas”, explicó Lezo.

Pedraza agregó: “A veces, las personas de bajos ingresos se pierden en un área tan próspera, por lo que [estamos] tratando de resaltar estos puntos [donde] no están obteniendo los recursos que necesitan”.

“En ciertas ocasiones, creo que, como profesionales, pensamos que sabemos lo que la gente necesita, pero si no estás aquí escuchándolos, observando por ti mismo, es algo fuera de la vista y de la mente”, subrayó Díaz. “Pero una vez que estás aquí, haciendo las caminatas, puedes ver no solo las necesidades económicas, sino también el impacto psicosocial de la pobreza”.

Nguyen escribe para Times Community News.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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