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Crece la confianza en que lo peor de la pandemia quedó atrás para California

A mother and daughter hug.
Jeymy Mendoza, de 16 años, abraza a su madre, María Jiménez, de 34, mientras esperan en la fila, en abril, para recibir la vacuna Pfizer en una clínica móvil ambulante, en Los Ángeles.
(Al Seib / Los Angeles Times)

Los expertos en salud pública son optimistas en cuanto a que las tasas de casos de coronavirus y las vacunaciones tienden en la dirección correcta.

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La batalla de California contra el coronavirus progresó tan rápidamente en los últimos meses que muchos expertos se muestran optimistas de que el estado ya pasó lo peor de la pandemia, y que es poco probable que se desate otra ola catastrófica, a medida que aumenta la vacunación y las tasas de casos siguen cayendo.

Si esos pronósticos se mantienen firmes, California entrará al verano mejor de lo que muchos pensaban. Los funcionarios estatales esperan que la economía se reabra en gran medida para el 15 de junio. Y aunque las variantes del coronavirus causaron preocupación a principios de este año, funcionarios y expertos sostienen que en general han sido menos agresivas de lo que se temía y que las vacunas parecen ofrecer protección contra ellas.

“Soy optimista”, consideró el Dr. Robert Kim-Farley, médico epidemiólogo y experto en enfermedades infecciosas de la Facultad de Salud Pública Fielding, de UCLA. “Creo que vamos en la dirección correcta: nunca tendremos un brote como el que tuvimos durante el tsunami viral de la temporada posterior a las fiestas de fin de año, solo porque ahora tenemos muchas personas vacunadas y otras tantas que tienen inmunidad natural por haber tenido la enfermedad”.

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Kim-Farley y otros señalaron que siempre es posible que el virus regrese en algunas áreas donde la gente se niega a vacunarse. Pero las tasas de vacunación en California van en alza rápidamente. “Es posible que haya algunos brotes de vez en cuando, especialmente si el virus llega a personas no inmunizadas. Pero no veremos esas grandes amenazas que nos ocurrieron anteriormente”, agregó Kim-Farley.

El lunes, los funcionarios afirmaron que el condado de Los Ángeles podría alcanzar la “inmunidad colectiva” contra el coronavirus a mediados o finales de julio. La condición, a veces llamada también inmunidad comunitaria, se produce cuando suficientes personas han sido inoculadas -o han obtenido inmunidad natural- para proteger a la población más grande contra el virus.

Algunos médicos y dentistas, que se enfrentan a un aumento de los costes de los equipos de protección individual mientras atienden a menos pacientes, afirman que las compañías de seguros deben tomar cartas en el asunto.

May. 7, 2021

Con alrededor de 400.000 aplicaciones por semana, el condado tiene casi dos millones de primeras dosis por delante, antes de que el 80% de todos los residentes de 16 años o más hayan recibido al menos una inyección, señaló la directora de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, en una rueda de prensa. La funcionaria enfatizó que la cantidad de población estimada que necesita ser vacunada en el condado de Los Ángeles para llegar a la inmunidad colectiva es una suposición, “pero asumimos que probablemente sea alrededor del 80%”.

California se encuentra en una situación de marcada disminución de transmisión gracias a que hay una cantidad cada vez menor de personas vulnerables al coronavirus, ya sea debido a la vacunación o a una infección previa con la enfermedad, expuso Kim-Farley.

Aunque es poco probable que California llegue al punto en el que no haya nuevos casos diarios y se elimine el virus, “me siento muy seguro de que estamos dejando esto atrás, llegando a esa luz al final del túnel tan prometida, de reducir notablemente el número de casos que nos permita luego poder levantar todas estas restricciones gracias a la baja pronunciada de las tasas de transmisión en la comunidad”, señaló Kim-Farley.

En términos generales, las diferentes regiones de California pueden avanzar más rápidamente unas que otras en el aumento de la inmunidad.

El Dr. George Rutherford, epidemiólogo de UC San Francisco, cree que el Área de la Bahía verá primero alguna forma de inmunidad colectiva, tal vez a mediados de junio o principios de julio, seguida por el sur de California -urbano y suburbano- y la zona agrícola, en algún momento después de eso.

Pero todo depende de que las tasas de vacunación se mantengan estables y no disminuyan más abruptamente de lo que lo han hecho en semanas recientes.

Además, los científicos confían cada vez más en que las vacunas disponibles en EE.UU, “hasta cierto punto protegen contra casos graves para todas las variantes”, consideró la Dra. Catherine Blish, profesora de medicina y enfermedades infecciosas de la Universidad de Stanford. “Y esas son realmente muy buenas noticias”.

La semana pasada, los condados de Los Ángeles y San Francisco se encontraban entre los últimos de California en ingresar al menos restrictivo nivel amarillo, lo cual permite que las empresas abran en la mayor medida posible según el marco estatal de regulaciones pandémicas, codificado por colores.

Ambos condados tienen uno de los índices de menos casos nuevos de coronavirus al día, entre los 58 condados de California, y muestran cómo existen diferentes caminos para superar la pandemia. Si bien San Francisco, con una población de menos de 900.000 personas, experimentó un aumento de casos en el pico de otoño e invierno, sus hospitales nunca se vieron colapsados como los del condado de Los Ángeles. San Francisco registró 538 muertes por COVID-19 en el transcurso de la pandemia, con una tasa de mortalidad de 62 por cada 100.000 habitantes. También tiene una de las tasas de vacunación más altas del estado; el 66% de sus residentes han recibido al menos una dosis.

Mientras tanto, el condado de Los Ángeles siguió una vía mucho más letal para alcanzar bajas tasas diarias de nuevos casos de coronavirus, y su índice de mortalidad casi cuadruplica al de San Francisco: registró más de 24.000 muertes por COVID-19, o 238 decesos por cada 100.000 residentes, de los más altos del estado. “Es por eso que ahora observan fuertes caídas de los índices [del coronavirus en el condado de Los Ángeles], porque hubo muchas infecciones adquiridas naturalmente”, explicó Rutherford.

En el condado de Los Ángeles, hogar de 10.1 millones de personas, alrededor del 49% de los residentes tienen al menos una dosis de la vacuna. Pero el Departamento de Servicios de Salud local estima que quizá el 62% de los habitantes tienen inmunidad al virus, ya sea porque han sido inoculados o porque sobrevivieron a la enfermedad.

Algunos expertos en enfermedades infecciosas sospechan que el condado de Los Ángeles se vio más afectado que San Francisco por varias razones, incluidos sus niveles más altos de pobreza y las viviendas abarrotadas, pero también por un mayor escepticismo sobre los mandatos del uso de mascarillas y las restricciones comerciales. Las encuestas demostraron que los residentes del Área de la Bahía apoyaron más las restricciones relacionadas con la pandemia que los del sur de California.

El estado aún necesita conservar un ritmo digno de vacunaciones para mantener a raya las infecciones por COVID-19. Las altas tasas de vacilación sobre las vacunas, incluso si se limitan a grupos de comunidades, todavía pueden derivar en brotes. Por ejemplo, la introducción de una variante muy transmisible, como la que se identificó por primera vez en Reino Unido (B.1.1.7), “puede extenderse como la pólvora en una comunidad no vacunada”, señaló Blish. “Realmente necesitamos seguir vacunándonos... Me gustaría llegar hasta el 80% de la población, dada la increíble transmisibilidad de la B.1.1.7 “, añadió.

A principios de este año, la aparición de variantes de COVID-19 generó preocupaciones. Pero los estudios aseguraron que las vacunas existentes funcionan bien contra las dos cepas más dominantes en California: la que se identificó por primera vez en Reino Unido (B.1.1.7) y la variante propia, identificada en California (B.1.427/B.1.429). “Todo lo que hemos visto con las cepas debe brindar una gran tranquilidad en cuanto a la protección que proporcionan las vacunas, en particular las que tenemos en Estados Unidos”, agregó el Dr. Eric Topol, director del Scripps Research Translational Institute, en La Jolla.

Hayley Smith, redactora de planta de The Times, contribuyó con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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