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Entran en vigor las nuevas reglas del uso de cubrebocas en Los Ángeles ante el gran aumento de casos de coronavirus

A man wearing a mask indoors sweeps a floor.
Peter Hawks, un aprendiz de tatuador, barre dentro de Three Kings Tattoo el viernes en Highland Park. A partir del sábado por la noche, los residentes nuevamente deberán usar cubrebocas en espacios públicos interiores, independientemente de su estado de vacunación.
(Francine Orr / Los Angeles Times)
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El aumento de los casos de coronavirus en el condado de Los Ángeles continuó el sábado cuando entró en vigor una nueva norma que exige el uso de mascarilla en lugares públicos cerrados, una restricción que las autoridades esperan que frene la propagación del virus entre los no vacunados.

El condado es, con mucho, la mayor jurisdicción del país que vuelve a exigir mascarilla. Pero con el aumento de los casos de COVID-19 en todo el país, en gran parte debido a la variante altamente infecciosa del Delta, los funcionarios de otros lugares estarán atentos para ver si el esfuerzo funciona.

Durante la última semana, el condado ha informado un promedio de más de 1.000 nuevos casos de coronavirus por día, un recuento que, aunque es solo una fracción de los conteos altísimos observados durante oleadas anteriores, sigue siendo seis veces más alto que a mediados de junio.

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El número de casos diarios ha incrementado: el jueves se reportaron 1.537 nuevos contagios y el viernes se agregaron 1.902 más.

Las hospitalizaciones por COVID-19 también se duplicaron durante ese mismo período, de 223 el 15 de junio, a 462 el jueves. Más de 8.000 pacientes con coronavirus fueron hospitalizados en todo el condado durante los días más oscuros de la ola invernal.

Exigir a todos el uso de cubrebocas, comentaron los funcionarios, brinda aún más protección a quienes están vacunados y, al mismo tiempo, garantiza que las personas no inoculadas ya no puedan eludir los requisitos de utilizar mascarilla en interiores.

Cada infección prevenida, agregan los expertos, es una posibilidad menos de que el coronavirus mute de formas potencialmente peligrosas, como sucedió con la variante Delta.

Según la orden del condado, vigente a las 11:59 p.m. del sábado pasado, se requiere el uso de cubrebocas en todos los entornos públicos interiores, como teatros, tiendas, gimnasios, oficinas y lugares de trabajo, así como en restaurantes cuando no se coma ni se beba. Las excepciones incluyen a niños menores de 2 años.

Los espacios públicos interiores se verán afectados, como teatros, tiendas, lugares públicos y centros comerciales. Las reglas de uso de cubrebocas esencialmente volverán a ser lo que eran antes de que el condado las suprimiera para la reapertura del 15 de junio. En ese momento, algunos minoristas abandonaron las directrices de esta protección.

La orden continuará permitiendo las cenas en restaurantes interiores, pero requiere que las personas mantengan sus cubrebocas puestos mientras hacen el pedido y cuando esperen la comida.

Aunque los casos y las hospitalizaciones van en aumento en todo el país, las autoridades indican que las nuevas infecciones y las hospitalizaciones involucran de manera abrumadora a personas no vacunadas. De hecho, más del 97% de los pacientes que ingresan a nosocomios en todo el país con COVID-19 no están inoculados, señaló la Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).

Walensky señaló que los legisladores locales podrían considerar medidas de uso de cubrebocas adicionales “si tienen áreas de baja vacunación y altas tasas de casos”, al menos hasta que mejoren los índices de inoculación de una comunidad.

Aproximadamente el 52% de los residentes de Los Ángeles están completamente vacunados y aproximadamente el 60% ha recibido al menos una dosis. Pero dada la enorme población de la región, eso todavía deja a millones de personas vulnerables.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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